Dichosos los no violentos
porque han renunciado a la agresividad,
porque no les gusta eso de "ojo por ojo y diente por diente",
porque no desean ni hacen mal a nadie.
Feliz el que no responde a la injuria con otra injuria,
al insulto con otro insulto, a la bofetada con otra bofetada.
Dichosos ellos porque la paz será siempre su compañera.
Felices los que cuando les piden, dan;
los que cuando ven que alguien los necesita,
no le vuelven la cara sino que se dan;
los que saben animar, ayudar, acompañar,
los que saben alegrar a quienes viven a su lado.
Dichosos los que tienen la paz en el corazón
acurrucada como una paloma,
y nunca desean la violencia para que no se espante esa paloma.
Esa paloma significa que saben amar.
Felices ustedes los que aman a los suyos
y hacen de su casa un hogar abierto.
Dichosos los que aman a los amigos, a los cercanos...
Pero serán más dichosos si son capaces de amar a sus enemigos,
si aprenden a devolver bien por mal.
Dichosos ustedes si
rechazan positivamente toda violencia
y se declaran ante el mundo "AMIGOS DE LA PAZ"
y dicen ¡no! a la guerra, y a la carrera de armamentos,
y al terrorismo, y al manejo, y a la mentira...
mientras que se manifiestan partidarios
del pan, la salud y la cultura.
Dichosos ustedes si se profesan amigos
de todos los hombres y de todos los pueblos.
Dichosos mil veces ustedes,
hombres y mujeres de la Paz.
Dichosos ustedes porque la Paloma de Dios
se acurruca serena en su corazón,
porque son hijos del fuego,
HIJOS DEL AMOR.
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