viernes, 5 de noviembre de 2010

Dialogando sobre Mediación

Jordi Palou-Loverdos es uno de los pocos abogados del mundo autorizado a actuar ante la Corte Penal Internacional (La Haya).

En diálogo con Carta de la Paz expresó hace pocos días:

“En verdad la mediación en conflictos se presenta ahora como un instrumento nuevo, sobre todo porque lo ha trabajado en los últimos treinta o cuarenta años el mundo anglosajón, y ellos son especialistas en presentar las cosas como nuevas. Pero es preciso destacar la existencia, por ejemplo, de los textos de la antigua China, donde allí se trabajaba la mediación en conflictos a todos los niveles, y de hecho en muchas otras culturas de norte, sur este y oeste del planeta se ha trabajado antiguamente la mediación, tanto en su vertiente teórica como práctica. Por lo tanto lo que se presenta como una innovación es que a partir de la entrada del instrumento formal como tal, algunas sociedades y particularmente la nuestra, están empezando a regular y legislar sobre los procesos de mediación, con el fin de que cada vez más tenga trascendencia social y jurídica aquello que se da entre las partes, sean dos o sean más, que deciden someterse o acompañarse del proceso de mediación. Los buenos oficios de un tercero de buena fe que intenta acompañar a las partes en su proceso conflictivo y facilitar la comunicación y, en su caso, un acuerdo entre ellos, es tan viejo como la humanidad.
(…) La gran fuerza de las mediaciones cívicas o de la diplomacia ciudadana o de las facilitaciones de diálogos, es su ausencia de poder (que no de capacidad de influencia): es la sociedad civil que se pone realmente a disposición sin ningún interés, porque no tiene el poder ni la influencia política para decidir nada y no tiene detrás ningún interés político, económico, o estratégico.

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