miércoles, 2 de marzo de 2011

El puñal y la herida por Héctor Abad Faciolince

Ojalá uno no fuera definido por su pertenencia a un grupo, a una nación o a un pueblo, sino que cada ser humano fuera considerado por lo que es en sí mismo. Las culpas caducan y no conviene vivir siempre rumiando la memoria del oprobio. Si entre mis antepasados hay esclavistas o violadores blancos, si en mis genes hay una esclava o un violador negro, si en la historia de mi sangre hay una mujer india, un abuelo judío o un bisabuelo árabe, de nada de esto yo soy responsable. No puedo cargar con su orgullo ni con su vergüenza. La identidad no es colectiva. Cada uno es lo que es. Y en nuestros países de origen bastardo todos somos, como decía un poeta, el puñal y la herida. De eso somos hijos, del puñal y de la herida.(fragm.)

Fuente: Carta de la Paz

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