jueves, 3 de febrero de 2011

Una pausa para la reflexión poética

SI FUÉRAMOS CAPACES...

Si fuéramos capaces

de juntar hombro con hombro,

brazos con brazos

y llevar el mismo ritmo en este tiempo aciago...

Si fuéramos capaces

de compartir tantos sueños,

fatigas, lágrimas y fracasos

que nos acompañan en el camino diario...

Si nos hiciéramos uno,

unos con otros respetándonos,

unos junto a otros solidarizándonos,

sin dejar de ser proyecto evangélico...

Si nos hiciéramos grito,

rostro y buena noticia

dentro y fuera de la Iglesia

para todos los que buscan a tientas...

Si nos abrazáramos

más allá de las conveniencias,

de leyes, credos y mandatos

psicológicos, sociales y religiosos...

Si al abrazarnos

nos transmitiéramos luz,

calor, vida y sabor

para gustar toda la creación...

Si construyéramos un bloque

de enamorados corazones

sensibles a todo lo que surge

en los cuatro puntos cardinales...

Si construyéramos una casa,

tu casa solariega en esta tierra,

con puertas y ventanas abiertas

y sala de encuentros bien acogedora...

Si fuéramos luz humilde

que no quiere ocultarse

y no teme manifestarse

en las plazas y sendas de la historia....

Si fuéramos sal no devaluada

que no teme mezclarse

ni perderse entre la gente

para darles sabor y gracia...

Si creyéramos que es posible

encontrarte y gozarte

en nuestro lodo de siempre

cubierto ya con tantos disfraces.

Si creyéramos, si fuéramos,

si hiciéramos, si nos abrazáramos...

¡Qué hermosa arquitectura se alzaría

para que todos viviéramos a gusto,

en este tiempo y en esta tierra,

más allá de nuestras ideologías!


Florentino Ulibarri (en Fe adulta)

No hay comentarios:

Publicar un comentario