Vivimos
en una sociedad dividida entre permanentes y sucesivas antinomias que se
reflejan en las relaciones personales, comunitarias e institucionales. Las
consecuencias de nuestra historia violenta tiñen la vida cotidiana de decepcionantes
muestras de intolerancia, desconfianza, incomunicación y prejuicios, y continúan
restando posibilidades a un sano proceso de diálogo social. En este contexto el
grupo de Curas en Opción por los Pobres dio a conocer su “Repudio ante recientes
declaraciones”. Con este documento nos permitimos dialogar como miembros de la
misma iglesia y la misma patria, solo en aquellos puntos en los que deseamos
sumar otra voz que amplíe la perspectiva.
Ante ya viejas declaraciones del genocida Jorge R. Videla, la publicación de textos, libros y reportajes, y ahora, ante las lamentables declaraciones de un cura enLa Pampa , nos parece que no
podemos quedar callados. Se corre el riesgo de creer que toda la Iglesia avala con su
palabra o su silencio cómplice semejantes desatinos. Y es por eso que ofrecemos
nuestra palabra:
Ante ya viejas declaraciones del genocida Jorge R. Videla, la publicación de textos, libros y reportajes, y ahora, ante las lamentables declaraciones de un cura en
Para
quienes desconozcan el tema: el hecho aludido se produjo el pasado 2 de agosto,
cuando el cura Juan Luis Hidalgo saludó por su cumpleaños a Videla en una
página de Facebook que lo reivindica. Allí Hidalgo escribió: "No fueron 30
mil ni fueron inocentes. Feliz cumpleaños, General! Un soldado nunca pide
perdón por haber salvado a su patria de una dictadura comunista".
El Obispo Diocesano de La Pampa , Mario Aurelio Poli, dio a conocer una
carta en la que manifestó su posición respecto a lo ocurrido con Hidalgo, un
episodio que calificó de "insoportable escándalo en nuestra
sociedad". Señaló que esta situación generada por el cura, de 32 años de
edad, "nos causó perplejidad, tristeza y un grave daño a la Iglesia , y sus expresiones
son ajenas a nosotros y a nuestro oficio de amar". Así lo expresó en la
carta que - según la agencia Télam - envió a las parroquias e iglesias de la
diócesis, para ser leída por todos los sacerdotes en las homilías del fin de
semana.
+ Celebramos que se sigan desenvolviendo los juicios por los crímenes de lesa humanidad, y lamentamos aquellos que siguen paralizados o cajoneados. Celebramos una justicia independiente que condena ejemplarmente a los culpables, y declara inocentes a quienes lo son, o de quienes al menos no hay pruebas suficientes.
+ Celebramos los procesos de memoria, verdad y justicia, ya que creemos que ninguna sociedad puede crecer, ser libre y adulta con verdades desaparecidas.
70
veces 7 también celebra las voces - aun escasas y con algún grado de temor - de
aquellos que se animan a asumir sus responsabilidades o hacer su autocrítica
por la lucha armada en los años 60 y 70. Es parte de un lento desarrollo que merecemos
ampliar y profundizar para sanar tantas heridas, para consolar el sufrimiento
producido por tanta muerte.
+ Repudiamos las declaraciones del señor Videla, y como miembros plenos dela
Iglesia lamentamos el silencio cómplice de ciertas
jerarquías, el acompañamiento a prácticas asesinas, y hasta el asesoramiento y
bendición del sistema represivo y genocida.
+ Repudiamos las declaraciones del señor Videla, y como miembros plenos de
Por
nuestra parte no dejamos de recordar a aquellos miembros de la jerarquía que en
tiempos difíciles hicieron opciones valientes, aun en medio de la confusión y
los riesgos. Algunos están vivos y tienen el coraje de contemplar el pasado –
propio y colectivo - con la compasión que produce la sabiduría de los ancianos.
Otros se han ido; es bueno y justo recordarlos en la profundidad del misterio
del hombre, en sus fortalezas y sus fragilidades.
+ En días en que celebramos la reactivación del juicio por la desaparición, torturas y asesinato de nuestros hermanos Gabriel Longuevielle y Carlos Murias, y la condena preventiva por el asesinato del padre obispo Enrique Angelelli, tres hermanos en la fe dela Iglesia en La Rioja , lamentamos y
abominamos las declaraciones del cura Jorge Luis Hidalgo, de La Pampa , afirmando que Videla
no debe pedir perdón, con una retórica militar que es aberrante en un cura.
+ En días en que celebramos la reactivación del juicio por la desaparición, torturas y asesinato de nuestros hermanos Gabriel Longuevielle y Carlos Murias, y la condena preventiva por el asesinato del padre obispo Enrique Angelelli, tres hermanos en la fe de
Nosotros
celebraríamos también que no quedara impune el asesinato de Wenceslao
Pedernera, laico que en Sañogasta participaba en el proyecto diocesano de
cooperativa para peones de la zona. Su familia, que mucho ha sufrido, merece la
memoria, la verdad y la justicia.
+ Repudiamos, también, toda reaparición, evidente o disimulada de la “teoría de los dos demonios”, en discursos periodísticos, blogs o lo que fuere; algo que no solamente es falso de toda falsedad, sino que además, en nada ayuda a la memoria, la verdad y la justicia.
+ Repudiamos, también, toda reaparición, evidente o disimulada de la “teoría de los dos demonios”, en discursos periodísticos, blogs o lo que fuere; algo que no solamente es falso de toda falsedad, sino que además, en nada ayuda a la memoria, la verdad y la justicia.
Del
padre obispo Carmelo Giaquinta aprendimos algo muy simple pero poco mencionado:
“ni teoría de los dos demonios ni teoría de los ángeles y los demonios, que es
maniqueísmo”
En el
2000 decía para Radio María:
“La Iglesia institucional con
el Episcopado a la cabeza, que tal vez pudo detener el aluvión, no estuvo a la
altura de las circunstancias y equivocó el cauce. La actitud elegida no estuvo
inspirada por la valentía del Espíritu. Por una parte, creyó que debía hacer
declaraciones públicas contra la violencia y el Terror de Estado, e hizo
algunas muy importantes. Pero por otra, se dedicó a realizar tratativas
confidenciales con el poder político en favor de los desaparecidos, pero sin
poner ningún signo eficaz de oposición a las tropelías del mismo, como podría
haber sido instituir oficialmente una Mesa a la cual presentar las denuncias de
desaparición de personas. Así el lobo se comió al cordero. Y sobrevino la
monstruosidad del Imperio del Terror, cuyas consecuencias pesarán todavía por
varias generaciones.
Periodista: Su explicación parece culpar por igual a las Fuerzas Armadas y a la guerrilla. ¿Se inspira acaso en la teoría de los dos demonios?
Mons. Giaquinta: De
ninguna manera. Según esa teoría, todo habría sido igual: tanto el caos que
desató la guerrilla, cuanto el terror que implantó el Estado. Y por supuesto
que no era lo mismo. A la esencia de la guerrilla pertenecía implantar el caos
para instaurar después un orden social nuevo. En cambio, a la esencia del
Estado, así estuviese regido por los militares, pertenecía el defender el
estado de derecho. Apartarse del mismo para defenderlo y adoptar los métodos
que decía combatir, fue una monstruosidad, que constituye de veras un crimen de
lesa humanidad.
A diferencia de la teoría de los dos demonios, mi
explicación parte de la observación directa de los hechos, y esto desde su
génesis. Me opongo, por supuesto, a otra teoría, que nadie formula, pero que
está implícita en muchas explicaciones de la represión: la teoría de los
demonios y los ángeles. Según ella, los demonios, es decir los militares
argentinos, se habrían escapado del infierno para invadir el mundo angelical de
la sociedad argentina. Y le aseguro que la cosa no fue así”
Nos parece oportuno hacer este aporte para
reflexionar con seriedad.
+ Lamentamos que cierto periodismo obsesionado por enfrentar al gobierno nacional no dimensione que ciertos temas, como los acá señalados, deben ser “temas de Estado”, que superen a cualquier gobierno; destacando –además el temor de que -si tuvieran poder o gobierno ciertos sectores o gobernantes- estos pilares de nuestra identidad se verían no sólo seriamente dañados, sino clausurados en nombre de una falsa “reconciliación”.
Creemos
en la necesidad de un debate honesto, con tiempo, con contención de las
pasiones, en el que la sociedad toda se haga cargo. Un debate de todos, no solo
de algunos, porque se trata de la responsabilidad social sobre el pasado, el
presente y el futuro. Esto no se resuelve con la lógica del ganar o perder con
el uso de la tragedia que nos trasciende individualmente para involucrarnos
como cuerpo social lacerado.
Hay
palabras a las que no renunciamos: Memoria, Verdad, Justicia, Perdón,
Pacificación, Reconciliación, por más que algunos sospechen de la
intencionalidad de esta opción. Sabemos que toda expresión está sujeta a la
interpretación de quien oye o lee.
Queremos
reafirmar algunos conceptos que a veces se confunden:
Perdonar no es olvidar
sino mirar la ofensa, la herida, con otros ojos. Es sanar la memoria ingrata.
Perdonar no es negar la ofensa sino reconocerla: existió.
Perdonar no es un deber, es una opción libre.
Perdonar no exige renunciar a los propios derechos, a la aplicación de la justicia.
Perdonar al otro no es disculparlo, descargarlo de su responsabilidad.
Perdonar no es negar la ofensa sino reconocerla: existió.
Perdonar no es un deber, es una opción libre.
Perdonar no exige renunciar a los propios derechos, a la aplicación de la justicia.
Perdonar al otro no es disculparlo, descargarlo de su responsabilidad.
El perdón es un
proceso personal y no es sinónimo de
reconciliación porque ésta requiere de
dos partes decididas a restablecer una relación.
La paz de
un país se basa fundamentalmente en la justicia pero no hay justicia, ni
auténtica reconciliación, sin perdón personal.
Para lograr una reconciliación nacional es necesario que el Estado, los ciudadanos, y las distintas facciones políticas desarrollen procesos de perdón.
Para lograr una reconciliación nacional es necesario que el Estado, los ciudadanos, y las distintas facciones políticas desarrollen procesos de perdón.
El perdón
llega allí donde no llega la justicia. La justicia se queda en la sanción de
aquellos actos que, de uno o de otro modo, la han violado. Pero el perdón trata
de superar los resentimientos, los odios, los instintos de venganza. La
justicia, cuando llega, se queda dentro de la normatividad jurídica. El perdón
logra la sanación integral de la persona y del colectivo social.
La reconciliación política requiere dar pasos:
·
Reconocimiento y
legitimación de la memoria por cada una de las partes.
·
Acuerdo sobre el origen
del conflicto y reconocimiento de los hechos que involucra.
·
Reconocimiento de las
diversidades vinculadas al origen del conflicto.
·
Reconocimiento de la
legitimidad de las diferencias entre las personas, de las emocionalidades de
las experiencias, de las significaciones atribuidas a las mismas
·
Aceptación de que hay
un juicio moral que no es compartido y que se requiere acordar valores básicos
para prevenir conflictos futuros.
·
Reconocimiento de las
consecuencias del daño material, físico, psicológico o moral. Reparación.
·
Aceptación que durante
el proceso de reconciliación se darán diferencias que será preciso reconocer,
hablar y encauzar para facilitar la resolución.
Hay que seguir andando…
+ Celebramos, finalmente, la recuperación del “nieto
Celebramos cada verdad
existencial alcanzada pero respetamos las decisiones de hombres y mujeres
cercanos a los 40 años que han construido sus vidas como humanamente pudieron. Tristemente
las dudas se ciernen sobre todos los adoptados en aquellos años infaustos; es
parte de la terrible herencia histórica. Pero el dilema solo puede resolverlo
cada uno en el santuario de su conciencia inviolable.
En el Evangelio de Juan, Jesús dijo que “la verdad nos hará libres”; a esa verdad pues queremos invitar a todos, a “pedir perdón” por las mentiras que no nos dejan ser libres, y a caminar como hermanos y hermanas dela Patria
en busca de más verdad, para que aumente la memoria y con justicia, seamos
libres.
En el Evangelio de Juan, Jesús dijo que “la verdad nos hará libres”; a esa verdad pues queremos invitar a todos, a “pedir perdón” por las mentiras que no nos dejan ser libres, y a caminar como hermanos y hermanas de
Amén.
Agosto 2012
Agosto 2012
Como cristiano catolico apostolico romano ,y que siempre abrace a jesus como ejemplo de mi vida, por supuesto que no puedo llegar a su perfeccion porque estoy inserto en una sociedad con muchas faltas de todo; no obstante me someto fielmente a lo expresado por los curasopp,y a pesar de mi edad seguire bregando por la verdad aunque me cuesta bastante luchar por ella debido que en algunos pasajes de mi vida no pude expresar esa verdad porque algunos de aquellos que estaban en una lucha armada eran mis amigos aunque no compartia sus actitudes y acciones tal es asi que sufri mucho por esas cosas que vi y no podia denunciar, fui un observador que podria decirse con cierta complicidad. Varios de ellos ya no estan mas.Espero como siempre lo hice que la sociedad en que vivimos se torne mas justa ,solidaria y capaces de protejer a sus mayores en condicion de pasividad que forman parte de sus sectores vulnerables,y las sociedades que no lo hagan sera porque padecen una severa anomia que las pone en riesgo de disolucion.
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