lunes, 20 de agosto de 2012

En diálogo virtual con los Curasopp


Vivimos en una sociedad dividida entre permanentes y sucesivas antinomias que se reflejan en las relaciones personales, comunitarias e institucionales. Las consecuencias de nuestra historia violenta tiñen la vida cotidiana de decepcionantes muestras de intolerancia, desconfianza, incomunicación y prejuicios, y continúan restando posibilidades a un sano proceso de diálogo social. En este contexto el grupo de Curas en Opción por los Pobres dio a conocer su “Repudio ante recientes declaraciones”. Con este documento nos permitimos dialogar como miembros de la misma iglesia y la misma patria, solo en aquellos puntos en los que deseamos sumar otra voz que amplíe la perspectiva.

Ante ya viejas declaraciones del genocida Jorge R. Videla, la publicación de textos, libros y reportajes, y ahora, ante las lamentables declaraciones de un cura en La Pampa, nos parece que no podemos quedar callados. Se corre el riesgo de creer que toda la Iglesia avala con su palabra o su silencio cómplice semejantes desatinos. Y es por eso que ofrecemos nuestra palabra:

Para quienes desconozcan el tema: el hecho aludido se produjo el pasado 2 de agosto, cuando el cura Juan Luis Hidalgo saludó por su cumpleaños a Videla en una página de Facebook que lo reivindica. Allí Hidalgo escribió: "No fueron 30 mil ni fueron inocentes. Feliz cumpleaños, General! Un soldado nunca pide perdón por haber salvado a su patria de una dictadura comunista".
El Obispo Diocesano de La Pampa, Mario Aurelio Poli, dio a conocer una carta en la que manifestó su posición respecto a lo ocurrido con Hidalgo, un episodio que calificó de "insoportable escándalo en nuestra sociedad". Señaló que esta situación generada por el cura, de 32 años de edad, "nos causó perplejidad, tristeza y un grave daño a la Iglesia, y sus expresiones son ajenas a nosotros y a nuestro oficio de amar". Así lo expresó en la carta que - según la agencia Télam - envió a las parroquias e iglesias de la diócesis, para ser leída por todos los sacerdotes en las homilías del fin de semana.

+ Celebramos que se sigan desenvolviendo los juicios por los crímenes de lesa humanidad, y lamentamos aquellos que siguen paralizados o cajoneados. Celebramos una justicia independiente que condena ejemplarmente a los culpables, y declara inocentes a quienes lo son, o de quienes al menos no hay pruebas suficientes.

+ Celebramos los procesos de memoria, verdad y justicia, ya que creemos que ninguna sociedad puede crecer, ser libre y adulta con verdades desaparecidas.

70 veces 7 también celebra las voces - aun escasas y con algún grado de temor - de aquellos que se animan a asumir sus responsabilidades o hacer su autocrítica por la lucha armada en los años 60 y 70.  Es parte de un lento desarrollo que merecemos ampliar y profundizar para sanar tantas heridas, para consolar el sufrimiento producido por tanta muerte.

+ Repudiamos las declaraciones del señor Videla, y como miembros plenos de la Iglesia lamentamos el silencio cómplice de ciertas jerarquías, el acompañamiento a prácticas asesinas, y hasta el asesoramiento y bendición del sistema represivo y genocida.

Por nuestra parte no dejamos de recordar a aquellos miembros de la jerarquía que en tiempos difíciles hicieron opciones valientes, aun en medio de la confusión y los riesgos. Algunos están vivos y tienen el coraje de contemplar el pasado – propio y colectivo - con la compasión que produce la sabiduría de los ancianos. Otros se han ido; es bueno y justo recordarlos en la profundidad del misterio del hombre, en sus fortalezas y sus fragilidades.

+ En días en que celebramos la reactivación del juicio por la desaparición, torturas y asesinato de nuestros hermanos Gabriel Longuevielle y Carlos Murias, y la condena preventiva por el asesinato del padre obispo Enrique Angelelli, tres hermanos en la fe de la Iglesia en La Rioja, lamentamos y abominamos las declaraciones del cura Jorge Luis Hidalgo, de La Pampa, afirmando que Videla no debe pedir perdón, con una retórica militar que es aberrante en un cura.

Nosotros celebraríamos también que no quedara impune el asesinato de Wenceslao Pedernera, laico que en Sañogasta participaba en el proyecto diocesano de cooperativa para peones de la zona. Su  familia, que mucho ha sufrido, merece la memoria, la verdad y la justicia.

+ Repudiamos, también, toda reaparición, evidente o disimulada de la “teoría de los dos demonios”, en discursos periodísticos, blogs o lo que fuere; algo que no solamente es falso de toda falsedad, sino que además, en nada ayuda a la memoria, la verdad y la justicia.

Del padre obispo Carmelo Giaquinta aprendimos algo muy simple pero poco mencionado: “ni teoría de los dos demonios ni teoría de los ángeles y los demonios, que es maniqueísmo”
En el 2000 decía para Radio María:

La Iglesia institucional con el Episcopado a la cabeza, que tal vez pudo detener el aluvión, no estuvo a la altura de las circunstancias y equivocó el cauce. La actitud elegida no estuvo inspirada por la valentía del Espíritu. Por una parte, creyó que debía hacer declaraciones públicas contra la violencia y el Terror de Estado, e hizo algunas muy importantes. Pero por otra, se dedicó a realizar tratativas confidenciales con el poder político en favor de los desaparecidos, pero sin poner ningún signo eficaz de oposición a las tropelías del mismo, como podría haber sido instituir oficialmente una Mesa a la cual presentar las denuncias de desaparición de personas. Así el lobo se comió al cordero. Y sobrevino la monstruosidad del Imperio del Terror, cuyas consecuencias pesarán todavía por varias generaciones.

Periodista: Su explicación parece culpar por igual a las Fuerzas Armadas y a la guerrilla. ¿Se inspira acaso en la teoría de los dos demonios?

Mons. Giaquinta: De ninguna manera. Según esa teoría, todo habría sido igual: tanto el caos que desató la guerrilla, cuanto el terror que implantó el Estado. Y por supuesto que no era lo mismo. A la esencia de la guerrilla pertenecía implantar el caos para instaurar después un orden social nuevo. En cambio, a la esencia del Estado, así estuviese regido por los militares, pertenecía el defender el estado de derecho. Apartarse del mismo para defenderlo y adoptar los métodos que decía combatir, fue una monstruosidad, que constituye de veras un crimen de lesa humanidad.
A diferencia de la teoría de los dos demonios, mi explicación parte de la observación directa de los hechos, y esto desde su génesis. Me opongo, por supuesto, a otra teoría, que nadie formula, pero que está implícita en muchas explicaciones de la represión: la teoría de los demonios y los ángeles. Según ella, los demonios, es decir los militares argentinos, se habrían escapado del infierno para invadir el mundo angelical de la sociedad argentina. Y le aseguro que la cosa no fue así”
Nos parece oportuno hacer este aporte para reflexionar con seriedad.

+ Lamentamos que cierto periodismo obsesionado por enfrentar al gobierno nacional no dimensione que ciertos temas, como los acá señalados, deben ser “temas de Estado”, que superen a cualquier gobierno; destacando –además el temor de que -si tuvieran poder o gobierno ciertos sectores o gobernantes- estos pilares de nuestra identidad se verían no sólo seriamente dañados, sino clausurados en nombre de una falsa “reconciliación”.

Creemos en la necesidad de un debate honesto, con tiempo, con contención de las pasiones, en el que la sociedad toda se haga cargo. Un debate de todos, no solo de algunos, porque se trata de la responsabilidad social sobre el pasado, el presente y el futuro. Esto no se resuelve con la lógica del ganar o perder con el uso de la tragedia que nos trasciende individualmente para involucrarnos como cuerpo social lacerado.
Hay palabras a las que no renunciamos: Memoria, Verdad, Justicia, Perdón, Pacificación, Reconciliación, por más que algunos sospechen de la intencionalidad de esta opción. Sabemos que toda expresión está sujeta a la interpretación de quien oye o lee.

Queremos reafirmar algunos conceptos que a veces se confunden:

Perdonar no es olvidar sino mirar la ofensa, la herida, con otros ojos. Es sanar la memoria ingrata.
Perdonar no es negar la ofensa sino reconocerla: existió.
Perdonar no es un deber, es una opción libre.
Perdonar no exige renunciar a los propios derechos, a la aplicación de la justicia.
Perdonar al otro no es disculparlo, descargarlo de su responsabilidad.

El perdón es un proceso personal y  no es sinónimo de reconciliación  porque ésta requiere de dos partes decididas a restablecer una relación.  
La paz de un país se basa fundamentalmente en la justicia pero no hay justicia, ni auténtica reconciliación, sin perdón personal.
Para lograr una reconciliación nacional es necesario que el Estado, los ciudadanos, y las distintas facciones políticas desarrollen  procesos de perdón.
El perdón llega allí donde no llega la justicia. La justicia se queda en la sanción de aquellos actos que, de uno o de otro modo, la han violado. Pero el perdón trata de superar los resentimientos, los odios, los instintos de venganza. La justicia, cuando llega, se queda dentro de la normatividad jurídica. El perdón logra la sanación integral de la persona y del colectivo social.

La reconciliación política requiere dar pasos:
·        Reconocimiento y legitimación de la memoria por cada una de las partes.
·        Acuerdo sobre el origen del conflicto y reconocimiento de los hechos que involucra.
·        Reconocimiento de las diversidades vinculadas al origen del conflicto.
·        Reconocimiento de la legitimidad de las diferencias entre las personas, de las emocionalidades de las experiencias, de las significaciones atribuidas a las mismas
·        Aceptación de que hay un juicio moral que no es compartido y que se requiere acordar valores básicos para prevenir conflictos futuros.
·        Reconocimiento de las consecuencias del daño material, físico, psicológico o moral. Reparación.
·        Aceptación que durante el proceso de reconciliación se darán diferencias que será preciso reconocer, hablar y encauzar para facilitar la resolución.

Hay que seguir andando…

+ Celebramos, finalmente, la recuperación del “nieto 106” a quien hacemos llegar nuestro abrazo fraterno, e invitamos a quien sea que colabore, incite, sugiera a todo aquel o aquella que pudiera ser uno de los centenares de nietos aún buscados, a que no sólo contribuya con un nuevo mojón en la búsqueda de verdad, justicia e identidad, sino que además contribuya a la liberación de un cautivo que, sin saberlo, sigue siendo una víctima más de la dictadura genocida.

Celebramos cada verdad existencial alcanzada pero respetamos las decisiones de hombres y mujeres cercanos a los 40 años que han construido sus vidas como humanamente pudieron. Tristemente las dudas se ciernen sobre todos los adoptados en aquellos años infaustos; es parte de la terrible herencia histórica. Pero el dilema solo puede resolverlo cada uno en el santuario de su conciencia inviolable.

En el Evangelio de Juan, Jesús dijo que “la verdad nos hará libres”; a esa verdad pues queremos invitar a todos, a “pedir perdón” por las mentiras que no nos dejan ser libres, y a caminar como hermanos y hermanas de la Patria en busca de más verdad, para que aumente la memoria y con justicia, seamos libres.

Amén.

Agosto 2012

1 comentario:

  1. Como cristiano catolico apostolico romano ,y que siempre abrace a jesus como ejemplo de mi vida, por supuesto que no puedo llegar a su perfeccion porque estoy inserto en una sociedad con muchas faltas de todo; no obstante me someto fielmente a lo expresado por los curasopp,y a pesar de mi edad seguire bregando por la verdad aunque me cuesta bastante luchar por ella debido que en algunos pasajes de mi vida no pude expresar esa verdad porque algunos de aquellos que estaban en una lucha armada eran mis amigos aunque no compartia sus actitudes y acciones tal es asi que sufri mucho por esas cosas que vi y no podia denunciar, fui un observador que podria decirse con cierta complicidad. Varios de ellos ya no estan mas.Espero como siempre lo hice que la sociedad en que vivimos se torne mas justa ,solidaria y capaces de protejer a sus mayores en condicion de pasividad que forman parte de sus sectores vulnerables,y las sociedades que no lo hagan sera porque padecen una severa anomia que las pone en riesgo de disolucion.

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