jueves, 9 de agosto de 2012

Un nuevo modelo de reconciliación


Aung San Suu Kyi preconiza un nuevo modelo de reconciliación ante los participantes de la conferencia de la CIAI

«Una profunda aceptación de los demás, y una voluntad de abrirse a la unidad en la diversidad afirmarán los valores de reconciliación, paz y seguridad en cualquier sociedad y comunidad», dijo la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi a los participantes de la conferencia internacional sobre Paz, Seguridad y Reconciliación en Myanmar organizada por la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales (CIAI) del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

En colaboración con la Conferencia Cristiana de Asia y el Consejo de Iglesias de Myanmar (MCC en inglés), la conferencia tuvo lugar del 2 al 5 de agosto en la sede del MCC en Yangón, Myanmar.

El icono mundial de la lucha de los pueblos por los derechos humanos, la libertad y la democratización Suu Kyi entró en diálogo con los participantes sugiriendo fórmulas sencillas pero profundas para la construcción de la paz.

«Habría que superar las fronteras del odio y la envidia; sólo entonces podemos pensar en la reconciliación y la paz. La reconciliación puede ir sólo en una dirección. Una vez que se ha logrado la reconciliación, se puede alcanzar la paz y establecer un clima de seguridad. Una sociedad que no ha logrado la reconciliación no puede ser una sociedad pacífica», declaró Suu Kyi.

 Suu Kyi, una de las prisioneras políticas más conocidas del mundo, se dedica ahora a promover la reconciliación y la paz en un Myanmar étnica y políticamente dividido. Fue sometida a arresto domiciliario durante más de quince años hasta que fue liberada en noviembre de 2010.

Se le concedió el premio Nobel de la Paz en 1991, pero no lo recibió hasta junio de este año en Oslo. Cuando le fue entregado el premio, Suu Kyi afirmó: «para mí, personalmente, recibir el premio Nobel de la Paz significa extender mi preocupación por la democracia y los derechos humanos más allá de las fronteras nacionales. El premio Nobel de la Paz ha abierto una puerta en mi corazón”.

Suu Kyi discutió con los participantes en la sede del MCC sobre la necesidad de encontrar la paz dentro de uno mismo para poder emprender la tarea de la construcción de la paz. «Las personas justas no abusan de su poder, ven lo bueno en los demás, lo cual es esencial para la paz y la reconciliación. La habilidad para ver especialmente lo bueno en los demás es la clave de la paz y la reconciliación», declaró.

Más allá de las fronteras en nombre de la reconciliación


«Si alguien tiene envidia del prójimo, entonces siempre le odiará. El odio es el sentimiento humano más peligroso. Las personas que no tienen confianza en sí mismas intentan ver los errores de los demás y así siembran el odio y los aspectos negativos en sus relaciones. Actuando de esta manera, destruyen la paz y la harmonía en sus comunidades y en sus naciones. Es necesario ir más allá de las fronteras del odio y de la envidia, sólo entonces podemos pensar en la paz y en la reconciliación», continuó Suu Kyi.

El sentido del humor de Suu Kyi, así como su voluntad de decirles la verdad a los poderosos se pusieron de manifiesto cuando instó a los participantes a «darle la vuelta al enfoque de sus programas poniendo en primer lugar la reconciliación, y después la paz, puesto que sólo cuando haya paz podrá haber seguridad».

En respuesta al interés continuo y constante de la lucha de Suu Kyi por parte de la familia ecuménica durante las últimas décadas, Suu Kyi habló de sus propias conexiones con la tradición espiritual budista y expresó su agradecimiento por la solidaridad y las oraciones de los pueblos de todas las confesiones.

Respondió a la pregunta sobre el papel de la comunidad internacional en el contexto específico del desarrollo económico, la democratización y el estado de derecho de un país diciendo: «no pueden separarse el estado de derecho y la justicia. El desarrollo económico no es un sustituto de la democracia en ninguna sociedad, y el desarrollo político es necesario para lograr la paz entre los pueblos y las comunidades. La comunidad internacional tiene un papel fundamental en la reconciliación y la construcción de la paz en cualquiera de las sociedades a las que concierne esta preocupación».

Los participantes expresaron su agradecimiento a Suu Kyi por su disposición para reunirse y dialogar con los participantes de la conferencia, así como por sus iniciativas concretas, fundadas, enérgicas y basadas en la no violencia para la construcción de la paz,  y por el amor que demuestra hacia su pueblo, que son un modelo extraordinario para los que trabajan hoy en día en un mundo asolado por los conflictos.

La conferencia de la CIAI, que trató de desarrollar estrategias para la construcción de la paz en un Myanmar dividido étnica y políticamente, reunió en torno a 40 participantes. En ella se propusieron varios planes de acción para un compromiso ecuménico más firme de acompañamiento a las iglesias en su respuesta a los conflictos, para introducir la participación cristiana en los esfuerzos de reconciliación y construcción de las comunidades de paz en Myanmar.

Fuente: CMI

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