Aung San Suu Kyi
preconiza un nuevo modelo de reconciliación ante los participantes de la
conferencia de la CIAI
«Una
profunda aceptación de los demás, y una voluntad de abrirse a la unidad en la
diversidad afirmarán los valores de reconciliación, paz y seguridad en
cualquier sociedad y comunidad», dijo la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi a
los participantes de la conferencia internacional sobre Paz, Seguridad y
Reconciliación en Myanmar organizada por la Comisión
de las Iglesias para Asuntos Internacionales (CIAI) del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).
En colaboración con la Conferencia Cristiana de Asia y el Consejo de Iglesias de Myanmar (MCC en inglés), la conferencia tuvo
lugar del 2 al 5 de agosto en la sede del MCC en Yangón, Myanmar.
El icono mundial de la lucha de los
pueblos por los derechos humanos, la libertad y la democratización Suu Kyi
entró en diálogo con los participantes sugiriendo fórmulas sencillas pero
profundas para la construcción de la paz.
«Habría que superar las fronteras
del odio y la envidia; sólo entonces podemos pensar en la reconciliación y la
paz. La reconciliación puede ir sólo en una dirección. Una vez que se ha
logrado la reconciliación, se puede alcanzar la paz y establecer un clima de
seguridad. Una sociedad que no ha logrado la reconciliación no puede ser una
sociedad pacífica», declaró Suu Kyi.
Suu Kyi, una de las
prisioneras políticas más conocidas del mundo, se dedica ahora a promover la
reconciliación y la paz en un Myanmar étnica y políticamente dividido. Fue
sometida a arresto domiciliario durante más de quince años hasta que fue
liberada en noviembre de 2010.
Se le concedió el premio Nobel de la Paz en 1991, pero no lo
recibió hasta junio de este año en Oslo. Cuando le fue entregado el premio, Suu
Kyi afirmó: «para mí, personalmente, recibir el premio Nobel de la Paz significa extender mi
preocupación por la democracia y los derechos humanos más allá de las fronteras
nacionales. El premio Nobel de la
Paz ha abierto una puerta en mi corazón”.
Suu Kyi discutió con los
participantes en la sede del MCC sobre la necesidad de encontrar la paz dentro
de uno mismo para poder emprender la tarea de la construcción de la paz. «Las
personas justas no abusan de su poder, ven lo bueno en los demás, lo cual es
esencial para la paz y la reconciliación. La habilidad para ver especialmente
lo bueno en los demás es la clave de la paz y la reconciliación», declaró.
Más allá de las fronteras en nombre de la reconciliación
«Si alguien tiene envidia del
prójimo, entonces siempre le odiará. El odio es el sentimiento humano más
peligroso. Las personas que no tienen confianza en sí mismas intentan ver los
errores de los demás y así siembran el odio y los aspectos negativos en sus
relaciones. Actuando de esta manera, destruyen la paz y la harmonía en sus
comunidades y en sus naciones. Es necesario ir más allá de las fronteras del
odio y de la envidia, sólo entonces podemos pensar en la paz y en la
reconciliación», continuó Suu Kyi.
El sentido del humor de Suu Kyi,
así como su voluntad de decirles la verdad a los poderosos se pusieron de
manifiesto cuando instó a los participantes a «darle la vuelta al enfoque de
sus programas poniendo en primer lugar la reconciliación, y después la paz,
puesto que sólo cuando haya paz podrá haber seguridad».
En respuesta al interés continuo y
constante de la lucha de Suu Kyi por parte de la familia ecuménica durante las
últimas décadas, Suu Kyi habló de sus propias conexiones con la tradición
espiritual budista y expresó su agradecimiento por la solidaridad y las
oraciones de los pueblos de todas las confesiones.
Respondió a la pregunta sobre el
papel de la comunidad internacional en el contexto específico del desarrollo
económico, la democratización y el estado de derecho de un país diciendo: «no
pueden separarse el estado de derecho y la justicia. El desarrollo económico no
es un sustituto de la democracia en ninguna sociedad, y el desarrollo político
es necesario para lograr la paz entre los pueblos y las comunidades. La
comunidad internacional tiene un papel fundamental en la reconciliación y la
construcción de la paz en cualquiera de las sociedades a las que concierne esta
preocupación».
Los
participantes expresaron su agradecimiento a Suu Kyi por su disposición para
reunirse y dialogar con los participantes de la conferencia, así como por sus
iniciativas concretas, fundadas, enérgicas y basadas en la no violencia
para la construcción de la paz, y por el amor que demuestra hacia su
pueblo, que son un modelo extraordinario para los que trabajan hoy en día en un
mundo asolado por los conflictos.
La conferencia de la CIAI , que trató de
desarrollar estrategias para la construcción de la paz en un Myanmar dividido
étnica y políticamente, reunió en torno a 40 participantes. En ella se
propusieron varios planes de acción para un compromiso ecuménico más firme de
acompañamiento a las iglesias en su respuesta a los conflictos, para introducir
la participación cristiana en los esfuerzos de reconciliación y construcción de
las comunidades de paz en Myanmar.
Fuente: CMI
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