martes, 21 de junio de 2011

Antígona Vélez: espejo de la sociedad

Hace 60 años se estrenaba en el Teatro Nacional Cervantes, con la dirección de Enrique Santos Discépolo, Antígona Vélez, el segundo texto teatral concebido por el poeta y narrador Leopoldo Marechal a lo largo de su carrera.
Antígona Vélez se transformó en una obra muy emblemática a la hora de hablar del teatro de Marechal. "Intenté una obra dramática que fuese argentina y universal -explicó entonces el autor-. Me propuse recoger una fábula de tipo universal, tal como la que nos puede ofrecer el teatro griego y ponerla en acto de nuestros hombres y darle otra vida en nuestro paisaje? Elegí la época más dramática para la llanura, que es la de su conquista."
Pompeyo Audivert es el responsable de la nueva puesta -que podrá verse en el Cervantes a partir de pasado mañana.
Ana Yovino, la protagonista de esta versión, ha recreado en distintos momentos de su carrera a ese personaje: hizo la Antígona, de Anouilh, y luego la del autor peruano José Watanabe. "Pareciera que Antígona es una fuerza que viaja a través del tiempo y que algún autor necesita ponerla en un contexto determinado y, en ese contexto, siempre florece", explica la actriz.
Esta Antígona es como una fuerza sobrenatural, acechada por la noche, por esa pampa, el barro donde está su hermano muerto. La cruzan, también, las fuerzas de las brujas que están ahí arengando, la llaman los pájaros. Varias fuerzas atraviesan a esta mujer que la llevan a poder casi lo imposible. Porque, aunque sabe que va a morir, ella va hacia lo que tiene que hacer, dar sepultura a su hermano."
Pompeyo Audivert define a Antígona como "una fuerza colectiva que copa un cuerpo y lo impele a un tipo de justicia que restablece el orden humano, que es lo que ha sido vulnerado con el castigo de la justicia histórica. La misma que Facundo Galván quiere aplicar sobre el traidor al no enterrarlo".
En este marco histórico, Audivert explica que esto adquiere en la Argentina actual una potencia muy particular. "Nosotros somos una sociedad Antígona, que está pudiendo recién enterrar a muertos que no habían tenido sepultura. Incluso, donde no se ha podido recuperar el nombre, se ha podido recuperar esa historia y dar un nombre a aquello que la truncó, que la extinguió, que la desapareció. Se está pudiendo llevar a cabo el ritual de lo humano. Por eso me parece que los crímenes de lesa humanidad son tipificados como tales y, entre ellos, está el de no enterrar el cuerpo del enemigo, el de la extinción de ese cuerpo, de su identidad sagrada. Querer castigar más allá de la frontera de lo histórico."

Fragmentos de una nota de Carlos Pacheco - Para LA NACION - 21/06/2011

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