domingo, 4 de marzo de 2012

Perdonen y serán perdonados

Evangelio según san Lucas 6, 36-38

Jesús dijo a sus discípulos:
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.»

Palabra del Señor.


1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?


· Guías para la lectura:

Aquí Lucas resume claramente la perfección moral del cristiano en la misericordia, puesto que suple la expresión adicional “sean perfectos”, que utiliza Mateo, por “sean compasivos”, y Dios mismo es caracterizado en primer lugar por esta compasión. De ahí que Santo Tomás diga que la máxima de las virtudes divinas es la misericordia.

Y éste es en realidad un tema que surca todo el evangelio de Lucas, que suele llamarse “el evangelio de la misericordia”. En el capítulo 15 Lucas nos ofrece las preciosas parábolas de la misericordia de Dios, y en el capítulo 10 la parábola del buen samaritano, que tuvo compasión del hombre caído.

En este texto nos explica cuáles son las dos manifestaciones de esta misericordia: una es la bondad en el juicio, la comprensión de los errores ajenos, el perdón. La otra es la generosidad, la capacidad de dar, de compartir lo que tenemos. En los dos casos, la medida que usemos con los demás es la que usará Dios con nosotros para juzgarnos o para regalarnos la felicidad eterna.

Cuando nosotros miramos al hermano con compasión, y tomamos con ternura y paciencia sus defectos y caídas, cuando tratamos de poner en la balanza sobre todo las cosas buenas que hemos tratado de descubrir en él, y le agregamos unas cuantas razones que nos ayudan a comprenderlo, Dios hace lo mismo con nosotros. Cuando en lugar de pasar indiferentes ante un hermano, poniendo excusas para no ayudarlo, nos proponemos más bien tratar de hacerlo feliz y hacerle todo más llevadero., Dios también deja de mirar nuestras imperfecciones y pecados, y nos prepara una gran alegría.

No significa que Dios esté midiendo matemáticamente cada una de nuestras acciones, sino que el perdón, la compasión y la generosidad abren el corazón, amplían su espacio, y lo disponen para recibir más abundantemente la alegría, la paz y la vida que Dios gratuitamente quiere regalar.



2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?


· Preguntas para la meditación:



· ¿En quién está modelada nuestra acción misericordiosa?

· ¿De qué manera se contrapesan nuestras tendencias de juicio, condena y falta de perdón?

· ¿Cómo se medirá lo que damos?



3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?


Abre mi corazón cerrado Señor, sánalo de sus miserias, para que no mire a los demás con ojos crueles o indiferentes, sino comprensivos, generosos; así como tú me miras comprendiendo mi debilidad y llenándome de tus dones.



4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?


Reflexiono en la actitud y motivación de mi corazón cuando pienso y hablo sobre otros. ¿Es de juicio y condena? ¿Es de perdón y generosa? En definitiva: ¿Son actos de misericordia que aprendo de Dios para conmigo?



5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?


· Preguntas para la acción:



· ¿Cómo y para con quién cambiaré mis pensamientos de juicio y condena?

· ¿A quién debo perdonar y cómo debo dar?

· ¿Cómo aprender de la misericordia de Dios para que moldee mi corazón?


Fuente: www.arzbaires.org.ar

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