“No terminaré nunca de entender la justicia de la Cruz , porque es demasiado
elevada para la mente humana. Consiste en cargar sobre si los pecados del mundo
y sus consecuencias, no simplemente el no castigar y el exhortar a cambiar el corazón.
Ésta es la novedad inaudita. En la visión evangélica es Dios mismo quien en
Jesús se implica en los sufrimientos del mundo, dejándose herir y aplastar por
un cúmulo de injusticias, amando a los hombres injustos y perdonándolos desde
la cruz, ofreciéndoles una vía nueva de justicia en la mansedumbre, en el
compartir los sufrimientos, en el desinterés, en el amor gratuito”
(Cardenal
Carlo María Martini, La exigencia de la justicia, Trotta, 2006)
El Resucitado convoca a su comunidad en
torno al Evangelio y la llena de su Espíritu de perdón que nace de una fe muy
profunda en el Dios de la Vida ,
hasta que llegue el tiempo de la cosecha cuando “El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán”
¡Muy fecunda Pascua de Resurrección!
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