POR AMY GOODMAN
El 11 de septiembre de 2001, la funda marcada con la inscripción "Víctima 0001” contenía el cadáver del Padre Mychal Judge, un capellán católico del Departamento de Bomberos de Nueva York. Cuando se enteró del desastre en el World Trade Center, el Padre Judge se puso su cuello de sacerdote y el traje de bombero y corrió hacia el centro de la ciudad. Vio a la gente saltar de los edificios y encontrar la muerte, para evitar así el infierno que acontecía a más de 300 metros de altura. A las 9:59 de la mañana la Torre Sur se derrumbó, y es probable que la fuerza de la caída de esa masa de acero, hormigón, vidrio y humanidad y los escombros que llegaron al suelo haya sido lo que provocó la muerte del Padre Mychal. La suya fue la primera muerte registrada a causa de los atentados esa mañana. El trabajo que realizó en vida debería estar en el centro de las conmemoraciones del décimo aniversario de los atentados del 11 de Septiembre: paz, tolerancia y reconciliación.
Una de las primeras vigilias realizadas este año fue en honor al Padre Mychal. Alrededor de 300 personas se congregaron el domingo frente a la Iglesia de San Francisco donde el Padre Judge vivía y trabajaba, justo en la misma cuadra de la estación de bomberos Ladder 24/ Engine 1. La marcha siguió el camino final del Padre Mychal hasta la Zona Cero. El hombre que organizó la conmemoración es Steven McDonald, un ex detective de la policía de Nueva York que recibió un disparo en 1986. McDonald estaba interrogando a Shavod Jones, un joven de 15 años de edad, en el Central Park y Jones le disparó, dejándolo paralítico de por vida.
Hablé con McDonald mientras encabezaba la procesión en su silla de ruedas por la Séptima Avenida. Habló sobre lo que el Padre Mychal significó para él:
"El Padre Mychal fue un ser humano maravilloso, muy cariñoso, compasivo, un verdadero testigo de la fe en Dios en su vida. Y es por eso que hoy estamos aquí reunidos”.
El Padre Mychal había logrado que Jones hablara por teléfono con McDonald y su esposa. Les pidió disculpas desde la prisión. McDonald lo perdonó. Tras aprender las lecciones de la reconciliación, el ex detective ahora en silla de ruedas, acompañó a Judge en un viaje a Irlanda del Norte donde trabajaron juntos para ayudar a poner fin a la violencia que azotaba al país.
El Padre Mychal era muy conocido entre los pobres y los desvalidos de la Ciudad de Nueva York y de Nueva Jersey. Ayudaba a los sin techo y a la gente que padecía VIH/SIDA. Como miembro de la orden franciscana, a menudo vestía el tradicional hábito marrón y sandalias. (…)
Una década más tarde, Brendan Fay reflexiona acerca de la vida de su amigo: "Creo que, de alguna manera, es muy importante que pensemos en la humanidad de toda la gente que murió el 11 de Septiembre. Lo que podemos aprender de Mychal Judge, en medio de este infierno, guerra, mal y violencia, es que aquí hay un hombre que nos conduce por otro camino posible del ser humano: podemos elegir el camino de la compasión, de la no violencia y de la reconciliación. Mychal Judge tenía un corazón tan grande como Nueva York. Había lugar para todos en él. Y creo que esta es la lección que podemos aprender de él”.
Fuente: Adital
Publicado el 8 de septiembre de 2011.
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