“¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. Si se nos dijera: “No tenemos que perdonar, esto no es cristiano, no es siquiera humano matar sacerdotes” responderíamos sin vacilar: el cristiano tiene que perdonar a todos. Pero otra cosa es aprobar los errores y otra aún no trabajar para evitar que estas cosas sucedan. …No se acuerdan que Tertuliano dice que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos? Así, los mismos verdugos son instrumentos, en cierta manera, para el bien, para que surja una comunidad fuerte en la fe, en la esperanza y en el amor. Seremos felices si Dios los perdona y queremos que se hayan dado cuenta de lo que han hecho. Esperamos también que aquellos que han usado su inteligencia en este crimen la vean iluminada con la verdad. Y rogamos que lo que han maquinado Dios no permita que crean que lo han hecho en al hombre de la fe; ello sería una aberración. Nosotros, perdonemos y pidamos al Señor que los perdone.”
Monseñor Angelelli. De la homilía en la misa por los asesinados Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville
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