“Dios de paz,
aunque seamos frágiles,
querríamos seguirte
por el camino que nos conduce
a amar como Tú nos amas”.
“Dios de misericordia,
Tú iluminas nuestras almas
con una luz inesperada.
Entonces descubrimos que,
aunque pueda permanecer en nosotros
una parte de oscuridad,
en cada uno habita sobre todo,
el misterio de tu presencia”
“Dios de consolación,
por tu Espíritu Santo
vienes a transfigurar nuestro corazón.
Incluso en nuestras pruebas
haces crecer
la comunión contigo”.
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