domingo, 14 de agosto de 2011

La locura del amor: San Maximiliano Kolbe


San Maximiliano María Kolbe O.F.M. (Zduńska Wola, Polonia, 8 de enero de 1894 - Auschwitz, 14 de agosto de 1941) Fraile franciscano conventual polaco.
En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów), un lugar que alojaba una organización que tuvo mucho éxito y expansión.

Durante la Segunda guerra mundial, los nazis invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada, llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores. Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.

A fines de julio de 1941 se fugó un preso del campo de concentración de Auschwitz.

El sargento polaco Franciszek Gajowniczek, por entonces de 40 años de edad, uno de los prisioneros, narró así su experiencia de aquel verano de 1941:

Yo era un veterano en el campo de Auschwitz; tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación. Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta la noche. El coronel Fritsch volvió a pasar lista y anunció que diez de nosotros seríamos ajusticiados.

A la mañana siguiente, Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel de las SS Karl Fritsch para ser ajusticiados en represalia por el escapado. Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por el coronel, musitó estas palabras: «Pobre esposa mía; pobres hijos míos». El P. Maximiliano estaba cerca y las oyó. Enseguida, dio un paso adelante y le dijo al coronel: «Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos» El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con otros nueve prisioneros, en ayuno obligado para que muriera. Los diez condenados fueron recluidos en una celda subterránea el 31 de julio de 1941.
Pero como —tras padecer tres semanas de hambre extrema— el 14 de agosto de 1941 aún sobrevivía junto a otros tres condenados y los oficiales a cargo del campo querían dar otro destino a la celda, Kolbe y sus tres compañeros de celda fueron asesinados administrándoles una inyección de fenol. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo. Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros.

El papa Pablo VI lo declaró beato en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años atrás. Once años después, Juan Pablo II canonizó a éste ante una multitud de polacos, el 10 de octubre de 1982. Posteriormente fue nombrado patrón de los radioaficionados a petición de los radioaficionados polacos

San Maximiliano Kolbe ha inspirado a algunos a vivir lo que otros han llamado «la locura del amor». Con su nombre se bautizó la denominada «Operación Kolbe» (2007), una iniciativa ecuménica de relevo de personas secuestradas en Colombia, país en el que en 2011 permanecen cautivas más de cuatro mil personas. El propósito de esta operación es reunir voluntarios que se ofrezcan como relevo, para que cada uno de ellos tome, eventualmente, el lugar de una persona secuestrada. El grupo está conformado, en su mayoría, por sacerdotes de distintas congregaciones, pero cuenta con un 40 por ciento de laicos, la mayoría profesionales mayores de 40 años; la iniciativa nació de la base de la Iglesia. Sus integrantes están dispuestos, en forma libre, autónoma y anónima, a asumir el cautiverio a cambio de la libertad de uno de los secuestrados: así interpretan y se proponen responder como Maximiliano Kolbe al llamado de Jesús en las Sagradas Escrituras: «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos».


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