Comunicación no violenta (CNV) es un modelo desarrollado por Marshall Rosenberg que busca que las personas se comuniquen entre sí de manera efectiva y con empatía. Enfatiza la importancia de expresar con claridad observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones a los demás de un modo que evite el lenguaje evaluativo que etiquete o defina a los interlocutores o a terceros.
Los que usan comunicación no violenta (también llamada "comunicación empática") consideran que todas las acciones se originan en un intento de satisfacer necesidades humanas, pero tratan de hacerlo evitando el uso del miedo, la culpa, la vergüenza, la acusación, la coerción y las amenazas. El ideal de la CNV es que las propias necesidades, deseos, anhelos, esperanzas no se satisfagan a costa de otra persona. Un principio clave de la comunicación no violenta que facilita esto es la capacidad de expresarse sin usar juicios sobre lo que está bien o mal, sobre lo que es correcto o incorrecto, por eso se hace hincapié en expresar sentimientos y necesidades, en lugar de críticas o juicios morales.
Rosenberg, formado como psicólogo clínico, ha aplicado el modelo de Comunicación No Violenta en programas de paz en Ruanda, Burundi, Nigeria, Malasia, Indonesia, Sri Lanka, Medio Oriente, Serbia, Croacia, e Irlanda. La teoría tiene mucho en común con conceptos usados en mediación y resolución de conflictos y es usada por algunos mediadores en su trabajo.
Rosenberg eligió el nombre comunicación "no violenta" para referirse a la filosofía de Gandhi del ahimsa o no violencia, sin embargo, a diferencia de Gandhi, Rosenberg aprueba el uso protector de la fuerza —el uso de la fuerza para evitar heridas, pero no con un sentido punitivo—, es decir, está en contra de aplicar una fuerza con la intención de castigar o dañar a alguien por un hecho pasado. Rosenberg afirma que el deseo de castigar y el uso de medidas punitivas sólo existen en culturas que tienen visiones moralistas del mundo, las que piensan en categorías de bueno/malo, correcto/incorrecto. Señala que los antropólogos han descubierto culturas en muchas partes del mundo en que la idea de que alguien sea "malo" carece de sentido y que tales culturas tienden a ser más pacíficas.
Fuente: internet
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