“La respuesta suave calma la ira,
así como el aceite calma las olas.
Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena,
es una de las empresas más difíciles de este mundo...”
De Noel Clarasó (1899-1985)Escritor y autor teatral español, consagrado guionista de cine y televisión. Noel Clarasó nació en Egipto, de padres catalanes.
sábado, 30 de julio de 2011
viernes, 29 de julio de 2011
Nos regalas el perdón. Teilhard de Chardin
No nos pides negociarlo contigo a base de castigos y contratos.
“Tu pecado está perdonado. No peques más.
Vete y vive sin temor. Y no cargues el cadáver de ayer sobre tu espalda libre”.
No nos pides sanear la deuda impagable de habernos vuelto contra ti.
Nos ofreces una vida nueva sin tener que trabajar abrumados por la angustia,
pagando los intereses de una cuenta infinita.
Nos perdonas con todo el corazón.
No eres un Dios de tantos por ciento en el amor:
“A éste setenta y cinco y al otro sólo veintitrés”.
Hagamos lo que hagamos somos hijos cien por cien.
Tu perdón es para todos.
No sólo cargas sobre el hombro a la oveja perdida,
sino también al lobo manchado con la sangre de la oveja.
Perdonas siempre. Setenta veces siete saltas al camino para acoger nuestro regreso,
sin cerrarnos el rostro ni racionarnos la palabra, por nuestras fugas repetidas.
Con el perdón nos das el gozo. No quieres que rumiemos en un rincón de la casa
nuestro pasado roto, como un animal herido, sino que celebremos la fiesta de todos los hermanos, vestidos de gala y de perfume, entrando en tu alegría.
Te pedimos en el Padrenuestro: “Perdónanos como perdonamos”.
Hoy te pedimos más todavía: enséñanos a perdonar a los demás y a nosotros mismos
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa,
reflejo de la que el Señor continuamente te dirige.
Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, como fuente de energía y
criterio de verdad, todo aquello que te llene de la paz de Dios.
Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso. Te lo aseguro en el
nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste, adora y confía.
“Tu pecado está perdonado. No peques más.
Vete y vive sin temor. Y no cargues el cadáver de ayer sobre tu espalda libre”.
No nos pides sanear la deuda impagable de habernos vuelto contra ti.
Nos ofreces una vida nueva sin tener que trabajar abrumados por la angustia,
pagando los intereses de una cuenta infinita.
Nos perdonas con todo el corazón.
No eres un Dios de tantos por ciento en el amor:
“A éste setenta y cinco y al otro sólo veintitrés”.
Hagamos lo que hagamos somos hijos cien por cien.
Tu perdón es para todos.
No sólo cargas sobre el hombro a la oveja perdida,
sino también al lobo manchado con la sangre de la oveja.
Perdonas siempre. Setenta veces siete saltas al camino para acoger nuestro regreso,
sin cerrarnos el rostro ni racionarnos la palabra, por nuestras fugas repetidas.
Con el perdón nos das el gozo. No quieres que rumiemos en un rincón de la casa
nuestro pasado roto, como un animal herido, sino que celebremos la fiesta de todos los hermanos, vestidos de gala y de perfume, entrando en tu alegría.
Te pedimos en el Padrenuestro: “Perdónanos como perdonamos”.
Hoy te pedimos más todavía: enséñanos a perdonar a los demás y a nosotros mismos
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa,
reflejo de la que el Señor continuamente te dirige.
Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, como fuente de energía y
criterio de verdad, todo aquello que te llene de la paz de Dios.
Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso. Te lo aseguro en el
nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste, adora y confía.
martes, 26 de julio de 2011
Daniel Barenboim y su infatigable brega pacifista
La lección humana de Gaza (Palestina)
En plena 'primavera árabe', un concierto dirigido por el argentino-israelí Daniel Barenboim que reunía a músicos de las mejores orquestas europeas (1) manifestó su apoyo a la sociedad civil del territorio de Gaza, Palestina, en su lucha por construir un mundo mejor y más pacífico. Y el anhelo del músico Baremboim por poder llevar, algún día a la orquesta Orquesta East Western Divan integrada por jóvenes israelíes y árabes.
Tras décadas de estancamiento social y político, los sucesos revolucionarios producidos en Egipto, Túnez, Libia, Bahréin y Yemen durante los últimos meses, conocidos como "el despertar árabe", han cambiado de forma radical nuestra visión de las perspectivas y las posibilidades de Oriente Próximo. Impulsados casi exclusivamente por jóvenes bien informados y sin prejuicios, que se relacionan unos con otros sobre todo a través de la Red, los acontecimientos se han desarrollado a una velocidad extraordinaria y nos han demostrado que lo que, hace no mucho tiempo, considerábamos unas estructuras feudales rígidas e inmutables pueden caer hechas añicos gracias a los movimientos populares. Ese es el espíritu que nos animó a iniciar nuestra misión en Gaza.
La injusticia y estrechez de miras del bloqueo israelí castiga y perjudica a 1,2 millones de personas. Podemos construir puentes entre los pueblos, y no esperar a que lo hagan los Gobiernos.
Aparte de las implicaciones políticas, la injusticia y la estrechez de miras del bloqueo israelí, que reparte una culpa colectiva entre todo un pueblo, su consecuencia más terrible es el perjuicio que causa en la calidad de vida de los habitantes de Gaza. Sin embargo, mi experiencia reciente me ha convencido de que, a pesar de las circunstancias, a menudo insoportables, a las que están sometidos, muchos habitantes de Gaza siguen siendo personas esperanzadas, activas y dispuestas a construir un futuro mejor y más pacífico. Lo mismo, por cierto, que muchos israelíes. De lo que se trata es de encontrar una forma de establecer un contacto entre estos dos pueblos que, a la hora de la verdad, tienen aspiraciones similares.
Una sociedad civil joven y vibrante
Históricamente, Gaza siempre ha estado bajo dominación de una potencia totalmente extranjera: primero, cuatro siglos de dominio otomano, seguidos de la anexión al Imperio Británico y, por último, la ocupación egipcia. Estos periodos sucesivos de poder extranjero han hecho que la población de Gaza esté aislada y separada del resto de los palestinos. Por el contrario, cuando Cisjordania estaba bajo el dominio jordano, el hecho de que tuviera una nutrida población palestina hizo que hubiera una relación natural más estrecha entre los palestinos de las orillas este y oeste del Jordán que entre los habitantes de Gaza y sus vecinos egipcios. Estas especificidades geopolíticas son, en gran parte, la razón de que el pueblo de Gaza haya mostrado una mayor necesidad de autodeterminación e independencia. Y esa necesidad, hoy, solo puede satisfacerse con la existencia de un Estado palestino autónomo y soberano.
Las circunstancias concretas de Gaza también han contribuido al desarrollo de una sociedad civil joven y vibrante. El 85% de los casi 1,2 millones de habitantes de Gaza tiene menos de 30 años, y, a pesar del bloqueo, han conseguido construir y sostener ¡nada menos que 12 universidades! La generación joven de palestinos está muy bien formada, dispone de mucha información y es muy ambiciosa, así que no hay duda de que desempeñará un papel muy importante en el desarrollo futuro de la región. El principal objetivo de nuestra visita a Gaza era dialogar con los miembros de la sociedad civil y expresarles nuestra solidaridad. Nuestra misión era completamente apolítica, y no mantuvimos ningún contacto directo con la dirección política actual, que tampoco asistió al concierto; el público estuvo formado por niños y representantes de la sociedad civil, en especial ONG palestinas. Hacía mucho tiempo que yo tenía el deseo de visitar Gaza como muestra de solidaridad con sus habitantes, porque considero que su aislamiento, su encierro, es uno de los aspectos más inquietantes del conflicto palestino-israelí. Quería dar un concierto allí para romper el bloqueo, al menos en un plano cultural.
Aunque otros intentos anteriores de llevar a cabo el concierto habían fracasado, los recientes sucesos de Egipto permitían pensar que ahora contábamos con otra vía para intentarlo: un aspecto muy problemático de cualquier visita a Gaza es siempre el paso de la frontera, y una de las primeras directrices de las autoridades posrevolucionarias egipcias fue abrir el paso de Rafah (que llevaba cerrado desde 2007), lo cual quería decir que podíamos entrar en Gaza desde Egipto. El concierto del 3 de mayo se celebró bajo los auspicios de Naciones Unidas (en particular UNRWA) [Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo] y UNESCO [Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz]), pero también fue posible gracias a la estrecha colaboración con el nuevo Gobierno egipcio. Una vez solucionados los problemas logísticos, asumí la tarea de reunir uno de los mejores grupos de músicos a los que he dirigido jamás: varios miembros de la Staatskapelle de Berlín, la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Orquesta de París y la Orquesta de La Scala de Milán aceptaron acompañarme en este proyecto e hicieron gala de gran valentía y humanidad.
Nuestra llegada a Egipto, el 2 de mayo, coincidió con un destacado acontecimiento político que iba a dominar las 24 horas siguientes: la muerte de Osama bin Laden en Pakistán. Aunque el concierto contaba con el patrocinio exclusivo de Naciones Unidas y las ONG palestinas, habíamos tenido que recurrir a la colaboración de Hamás en materia de seguridad. Sé por experiencia que, en la cultura árabe, la música se considera algo de lo que solo debe disfrutarse en ocasiones felices, y, al conocerse los hechos del 2 de mayo, los dirigentes de Hamás, que habían hecho una declaración inaceptable sobre la muerte de Bin Laden, expresaron graves preocupaciones sobre lo oportuno de permitir que se celebrase un concierto al día siguiente. Su inquietud por la posibilidad de que las facciones islamistas radicales interpretasen el concierto como una celebración tolerada por Hamás en un día que debía ser de luto hizo que, la víspera, estuviera a punto de cancelarse. Con la orquesta ya en la ciudad egipcia fronteriza de El Arish, vivimos tensas horas hasta la una de la mañana, cuando por fin recibimos la luz verde de Gaza y el permiso para actuar.
El concierto, en el que interpretamos un programa dedicado en exclusiva a Mozart, se celebró en el único museo nacional de Gaza, Al Mathaf, una casa particular cuyo propietario ha reunido una colección de artefactos históricos hallados en la región, sobre todo durante trabajos de construcción. Su ambición de crear y preservar un relato histórico de Gaza al mismo tiempo que se construye una sociedad moderna es sintomática de la dinámica positiva que hemos visto en la zona. Los 500 espectadores, la mitad de los cuales eran colegiales, recibieron a los músicos con entusiasmo; después del concierto, aproveché la oportunidad para dirigirme al público y explicar por qué estábamos allí: les dije que queríamos mostrarles nuestra solidaridad y que creíamos en la capacidad de la sociedad civil de Gaza para crear un futuro mejor; que la tarea de crear un Estado palestino viable e independiente dentro de las fronteras de 1967 es una misión justa; y que cualquier solución al conflicto debe lograrse por medios pacíficos, porque la violencia no sirve más que para debilitar la razón de la causa palestina.
Una Orquesta que derriba obstáculos
Las revoluciones en Túnez y Egipto y los movimientos reformistas en Yemen, Siria, Libia y Bahréin nos han demostrado que la reforma y el desarrollo surgen del pueblo, no de los Gobiernos. En Gaza sentimos un vínculo con los habitantes; vimos una oportunidad de dialogar con ellos al margen de las restricciones políticas. La lección más importante que debemos extraer, por tanto, es que podemos construir puentes entre los pueblos, y no esperar que los Gobiernos lo hagan por nosotros. Las relaciones intergubernamentales tardan demasiado tiempo en desarrollarse, mientras que nosotros podemos conectar con la gente de Gaza ya. Asimismo, las sociedades civiles de Gaza e Israel pueden empezar a aproximarse con cautela y encontrar un terreno común, aunque, desde el punto de vista oficial, ese acercamiento parezca todavía impensable. Es posible que los Gobiernos, en el futuro, puedan atravesar los puentes que hayan construido las sociedades civiles y los utilicen para el progreso político.
Mi sueño es seguir trabajando en Gaza; regresar allí con frecuencia y hacer una contribución a una sociedad civil que me ha parecido dinámica y extraordinaria. Confío en que un día pueda llevar la West-Eastern Divan Orchestra allí. Por desgracia, la orquesta, que se ha convertido en un mito en muchas partes del mundo, no puede todavía actuar precisamente en los países que están representados en ella. Pero no va a dejar de llevar a cabo su misión, que es la de derribar obstáculos.
(1) Músicos de la Staatskapelle y de la Filarmónica de Berlín, de la Orquesta Sinfónica de París, la Filarmónica de Viena y la Scala de Milán tomaron parte de la denominada Orquesta para Gaza, que Barenboim dirigió en su carácter no sólo de músico sino también de Embajador de la Paz de Naciones Unidas.
* (Buenos Aires, 15 de noviembre de 1942). Músico argentino de familia judía de origen ruso, nacionalizado israelí y español y con la ciudadanía palestina. Una de las figuras más importantes de la interpretación musical clásica de la segunda mitad del siglo XX. Logró gran fama como pianista, aunque con posterioridad ha obtenido gran reconocimiento como director de orquesta, faceta por la que es más conocido. En el año 2001 generó polémica al dirigir una obra del alemán Richard Wagner en Israel. Es fundador de la Orquesta East Western Divan junto con el fallecido ensayista palestino Edward W. Said.
Fuente: El Arca (digital)
En plena 'primavera árabe', un concierto dirigido por el argentino-israelí Daniel Barenboim que reunía a músicos de las mejores orquestas europeas (1) manifestó su apoyo a la sociedad civil del territorio de Gaza, Palestina, en su lucha por construir un mundo mejor y más pacífico. Y el anhelo del músico Baremboim por poder llevar, algún día a la orquesta Orquesta East Western Divan integrada por jóvenes israelíes y árabes.
Tras décadas de estancamiento social y político, los sucesos revolucionarios producidos en Egipto, Túnez, Libia, Bahréin y Yemen durante los últimos meses, conocidos como "el despertar árabe", han cambiado de forma radical nuestra visión de las perspectivas y las posibilidades de Oriente Próximo. Impulsados casi exclusivamente por jóvenes bien informados y sin prejuicios, que se relacionan unos con otros sobre todo a través de la Red, los acontecimientos se han desarrollado a una velocidad extraordinaria y nos han demostrado que lo que, hace no mucho tiempo, considerábamos unas estructuras feudales rígidas e inmutables pueden caer hechas añicos gracias a los movimientos populares. Ese es el espíritu que nos animó a iniciar nuestra misión en Gaza.
La injusticia y estrechez de miras del bloqueo israelí castiga y perjudica a 1,2 millones de personas. Podemos construir puentes entre los pueblos, y no esperar a que lo hagan los Gobiernos.
Aparte de las implicaciones políticas, la injusticia y la estrechez de miras del bloqueo israelí, que reparte una culpa colectiva entre todo un pueblo, su consecuencia más terrible es el perjuicio que causa en la calidad de vida de los habitantes de Gaza. Sin embargo, mi experiencia reciente me ha convencido de que, a pesar de las circunstancias, a menudo insoportables, a las que están sometidos, muchos habitantes de Gaza siguen siendo personas esperanzadas, activas y dispuestas a construir un futuro mejor y más pacífico. Lo mismo, por cierto, que muchos israelíes. De lo que se trata es de encontrar una forma de establecer un contacto entre estos dos pueblos que, a la hora de la verdad, tienen aspiraciones similares.
Una sociedad civil joven y vibrante
Históricamente, Gaza siempre ha estado bajo dominación de una potencia totalmente extranjera: primero, cuatro siglos de dominio otomano, seguidos de la anexión al Imperio Británico y, por último, la ocupación egipcia. Estos periodos sucesivos de poder extranjero han hecho que la población de Gaza esté aislada y separada del resto de los palestinos. Por el contrario, cuando Cisjordania estaba bajo el dominio jordano, el hecho de que tuviera una nutrida población palestina hizo que hubiera una relación natural más estrecha entre los palestinos de las orillas este y oeste del Jordán que entre los habitantes de Gaza y sus vecinos egipcios. Estas especificidades geopolíticas son, en gran parte, la razón de que el pueblo de Gaza haya mostrado una mayor necesidad de autodeterminación e independencia. Y esa necesidad, hoy, solo puede satisfacerse con la existencia de un Estado palestino autónomo y soberano.
Las circunstancias concretas de Gaza también han contribuido al desarrollo de una sociedad civil joven y vibrante. El 85% de los casi 1,2 millones de habitantes de Gaza tiene menos de 30 años, y, a pesar del bloqueo, han conseguido construir y sostener ¡nada menos que 12 universidades! La generación joven de palestinos está muy bien formada, dispone de mucha información y es muy ambiciosa, así que no hay duda de que desempeñará un papel muy importante en el desarrollo futuro de la región. El principal objetivo de nuestra visita a Gaza era dialogar con los miembros de la sociedad civil y expresarles nuestra solidaridad. Nuestra misión era completamente apolítica, y no mantuvimos ningún contacto directo con la dirección política actual, que tampoco asistió al concierto; el público estuvo formado por niños y representantes de la sociedad civil, en especial ONG palestinas. Hacía mucho tiempo que yo tenía el deseo de visitar Gaza como muestra de solidaridad con sus habitantes, porque considero que su aislamiento, su encierro, es uno de los aspectos más inquietantes del conflicto palestino-israelí. Quería dar un concierto allí para romper el bloqueo, al menos en un plano cultural.
Aunque otros intentos anteriores de llevar a cabo el concierto habían fracasado, los recientes sucesos de Egipto permitían pensar que ahora contábamos con otra vía para intentarlo: un aspecto muy problemático de cualquier visita a Gaza es siempre el paso de la frontera, y una de las primeras directrices de las autoridades posrevolucionarias egipcias fue abrir el paso de Rafah (que llevaba cerrado desde 2007), lo cual quería decir que podíamos entrar en Gaza desde Egipto. El concierto del 3 de mayo se celebró bajo los auspicios de Naciones Unidas (en particular UNRWA) [Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo] y UNESCO [Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz]), pero también fue posible gracias a la estrecha colaboración con el nuevo Gobierno egipcio. Una vez solucionados los problemas logísticos, asumí la tarea de reunir uno de los mejores grupos de músicos a los que he dirigido jamás: varios miembros de la Staatskapelle de Berlín, la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Orquesta de París y la Orquesta de La Scala de Milán aceptaron acompañarme en este proyecto e hicieron gala de gran valentía y humanidad.
Nuestra llegada a Egipto, el 2 de mayo, coincidió con un destacado acontecimiento político que iba a dominar las 24 horas siguientes: la muerte de Osama bin Laden en Pakistán. Aunque el concierto contaba con el patrocinio exclusivo de Naciones Unidas y las ONG palestinas, habíamos tenido que recurrir a la colaboración de Hamás en materia de seguridad. Sé por experiencia que, en la cultura árabe, la música se considera algo de lo que solo debe disfrutarse en ocasiones felices, y, al conocerse los hechos del 2 de mayo, los dirigentes de Hamás, que habían hecho una declaración inaceptable sobre la muerte de Bin Laden, expresaron graves preocupaciones sobre lo oportuno de permitir que se celebrase un concierto al día siguiente. Su inquietud por la posibilidad de que las facciones islamistas radicales interpretasen el concierto como una celebración tolerada por Hamás en un día que debía ser de luto hizo que, la víspera, estuviera a punto de cancelarse. Con la orquesta ya en la ciudad egipcia fronteriza de El Arish, vivimos tensas horas hasta la una de la mañana, cuando por fin recibimos la luz verde de Gaza y el permiso para actuar.
El concierto, en el que interpretamos un programa dedicado en exclusiva a Mozart, se celebró en el único museo nacional de Gaza, Al Mathaf, una casa particular cuyo propietario ha reunido una colección de artefactos históricos hallados en la región, sobre todo durante trabajos de construcción. Su ambición de crear y preservar un relato histórico de Gaza al mismo tiempo que se construye una sociedad moderna es sintomática de la dinámica positiva que hemos visto en la zona. Los 500 espectadores, la mitad de los cuales eran colegiales, recibieron a los músicos con entusiasmo; después del concierto, aproveché la oportunidad para dirigirme al público y explicar por qué estábamos allí: les dije que queríamos mostrarles nuestra solidaridad y que creíamos en la capacidad de la sociedad civil de Gaza para crear un futuro mejor; que la tarea de crear un Estado palestino viable e independiente dentro de las fronteras de 1967 es una misión justa; y que cualquier solución al conflicto debe lograrse por medios pacíficos, porque la violencia no sirve más que para debilitar la razón de la causa palestina.
Una Orquesta que derriba obstáculos
Las revoluciones en Túnez y Egipto y los movimientos reformistas en Yemen, Siria, Libia y Bahréin nos han demostrado que la reforma y el desarrollo surgen del pueblo, no de los Gobiernos. En Gaza sentimos un vínculo con los habitantes; vimos una oportunidad de dialogar con ellos al margen de las restricciones políticas. La lección más importante que debemos extraer, por tanto, es que podemos construir puentes entre los pueblos, y no esperar que los Gobiernos lo hagan por nosotros. Las relaciones intergubernamentales tardan demasiado tiempo en desarrollarse, mientras que nosotros podemos conectar con la gente de Gaza ya. Asimismo, las sociedades civiles de Gaza e Israel pueden empezar a aproximarse con cautela y encontrar un terreno común, aunque, desde el punto de vista oficial, ese acercamiento parezca todavía impensable. Es posible que los Gobiernos, en el futuro, puedan atravesar los puentes que hayan construido las sociedades civiles y los utilicen para el progreso político.
Mi sueño es seguir trabajando en Gaza; regresar allí con frecuencia y hacer una contribución a una sociedad civil que me ha parecido dinámica y extraordinaria. Confío en que un día pueda llevar la West-Eastern Divan Orchestra allí. Por desgracia, la orquesta, que se ha convertido en un mito en muchas partes del mundo, no puede todavía actuar precisamente en los países que están representados en ella. Pero no va a dejar de llevar a cabo su misión, que es la de derribar obstáculos.
(1) Músicos de la Staatskapelle y de la Filarmónica de Berlín, de la Orquesta Sinfónica de París, la Filarmónica de Viena y la Scala de Milán tomaron parte de la denominada Orquesta para Gaza, que Barenboim dirigió en su carácter no sólo de músico sino también de Embajador de la Paz de Naciones Unidas.
* (Buenos Aires, 15 de noviembre de 1942). Músico argentino de familia judía de origen ruso, nacionalizado israelí y español y con la ciudadanía palestina. Una de las figuras más importantes de la interpretación musical clásica de la segunda mitad del siglo XX. Logró gran fama como pianista, aunque con posterioridad ha obtenido gran reconocimiento como director de orquesta, faceta por la que es más conocido. En el año 2001 generó polémica al dirigir una obra del alemán Richard Wagner en Israel. Es fundador de la Orquesta East Western Divan junto con el fallecido ensayista palestino Edward W. Said.
Fuente: El Arca (digital)
La "lógica" del terrorismo
Un silencio que nos aturde. Por William Quinteros. Noruega.
Los hechos.
El viernes 22 de julio apenas pasadas las tres de la tarde, mientras mirábamos el Tour de France (la vuelta ciclista de Francia) se interrumpió la trasmisión para dar la noticia que se había producido una explosión en la zona de la ciudad de Oslo donde se concentran varios ministerios y la propia oficina del ministro de estado.
Esperamos unos minutos para al cabo de los cuales nos fuimos enterando de que la explosión era resultado de una bomba de gran poder, cuya onda expansiva había causado daños en varias cuadras a la redonda.
Poco a poco fuimos viendo imágenes que para nosotros estaban asociadas a regiones lejanas como Medio Oriente, Afganistán o Pakistán. Vimos personas heridas con pedazos de maderas incrustados en el cuerpo, personas sangrando a causa de las heridas producidas por los vidrios que la explosión había reventado y expulsado como proyectiles.
Demoramos mas en saber que sí, que el atentando había cobrado víctimas fatales. ¿Cuántas? aun imposible de precisar. Los daños en los edificios fueron casi totales. Pero aun faltaba lo peor.
Una hora después en una isla en un lago en las cercanías de Oslo donde se reúnen todos los años la juventud del Partido de los Trabajadores, para celebrar su reunión social y política anual. Se trata de un campamento con más de quinientos participantes de todo el país. Hasta allí llegó un individuo disfrazado de policía y armado comenzó a disparar indiscriminadamente sobre estos muchachos y muchachas de entre 16 y 20 años.
Lo hizo durante una hora, los iba ejecutando de manera indiscriminada y con total sangre fría. El pánico fue indescriptible, los jóvenes corrían en diferentes direcciones tratando de buscar refugios, algunos se tiraron al mar y trataron de nada a la otra orilla a más de 800 metros de distancia, aparecieron algunas pequeñas embarcaciones de vecinos que empezaron a salvar a los muchachos mientras la policía tomaba cuentas de la situación.
El criminal fue detenido casi inmediatamente por la policía. Se trataba de un solo individuo. El mismo había sido el responsable de la bomba en el centro de la ciudad.
¿Quién era? Para la policía se trataba de una persona desconocida, sin antecedentes. Perteneciente a una familia de buenos recursos. Vivía con su madre. Es noruego. No tenia cómplices aparentemente, la bomba había sido fabricada con el viejo y conocido recurso de usar abonos químicos.
Poco a poco nos fuimos enterando de más cosas. Que se trataba de una persona con pensamientos de ultra derecha, que había sido miembro del partido ultra derechista de Noruega hasta hace dos años atrás. Que es una persona aparentemente normal, bien dotada y de recursos. Que no había recibido instrucción militar, pero que era miembro de club de tiro de pistola y era dueño de varias armas cortas. Que había sido miembro de la masonería. Que es contrario a la política multicultural noruega y que profesa una forma de cristianismo ultraconservador.
Hoy, unos días después nos enteramos que una hora antes del atentado puso en un sitio de internet un documento de mil quinientas páginas donde exponía sus ideas y fundamentaba su acción como el único camino para lograr cambiar la sociedad noruega, por otra basada en un modelo autoritario y conservador.
El saldo hasta el momento en que escribo esto de 93 víctimas y más de 100 heridos algunos muy graves y algunos (no se sabe cuántos aun) desaparecidos. La inmensa mayoría (84) se trata de jóvenes. No cabe la menor duda de que el ataque tenía un muy bien definido objetivo, el Partido de los Trabajadores. Que había sido planificado durante mucho tiempo, teniendo en cuenta hasta los mínimos detalles, por ejemplo, la bomba explotó en el momento de hacer el cambio de guardia un viernes al final de la jornada laboral.
Es muy difícil explicar con palabras el dolor y el desconcierto de este acto terrorista. Durante años esta sociedad como el resto de Europa se ha estado preparando para un ataque terrorista de los más variados y exóticos orígenes, pero nadie pensaba que la bestia estaba entre nosotros, que era como nosotros, que comía, dormía y vivía como nosotros, y lo peor, no era extranjero ni de color oscuro, era blanca y hablaba en más fino dialecto noruego de lado “rico” de Oslo.
La reflexión
Durante muchos años hemos trabajado para que esta sociedad noruega fortalezca los niveles de tolerancia, para poner resistencia a las ideas y manifestaciones racistas y extremistas que tratan de polarizar la sociedad para crear enfrentamientos. Hemos trabajado para evitar la estigmatización de grupos de emigrantes, de quienes profesan otras religiones y a quienes mantienen una sexualidad alternativa.
¿Cuánto hemos logrado? Este casi centenar de víctimas nos cuestiona profundamente. No puede hacernos dudar de que lo nuestro es el camino cierto, pero nos cuestiona y nos dicen estas víctimas que no hemos hecho lo suficiente.
Convivimos con un racismo estructural, muchas veces tan adherido a nuestra practica social que lo toleramos sin reaccionar. Hoy esa falta de conciencia sobre nuestra propia condición nos hace que lloremos a estos jóvenes (casi niños) que se habían reunido para pensar y obrar por una sociedad justa, democrática, tolerante y solidaria. Han pagado con su sangre y es esa sangre de ellos la que hoy nos compromete a redoblar esfuerzos en la lucha por un mundo mejor.
Publicado por Eco de Flores de Uruguay por envío especial del autor.
Fuente: Prensa Ecuménica
domingo, 24 de julio de 2011
Tristes guerras
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Cancionero y romancero de ausencias
Miguel Hernández
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Cancionero y romancero de ausencias
Miguel Hernández
jueves, 21 de julio de 2011
VUELO DE VALIENTES - Koldo Aldai
No hubo ninguna amable azafata que le sonriera los buenos días. No le dieron toallita perfumada, ni caramelos de menta, ni le llevaron ningún pollo con verduras a la hora del almuerzo. No tuvo almohada, ni derecho a baño, ni a dibujos animados en la pantalla del asiento delantero. No, tampoco hubo opción al más breve sueño que le hubiera precipitado en caída de 20.000 metros.
El joven polizón cubano de 23 años, Adonis G. B., encontrado muerto el pasado miércoles en el aeropuerto de Barajas, escondido en el tren aterrizaje de un avión de Iberia procedente de La Habana, no traía consigo babuchas, ni billete, ni pasaporte, ni maleta, ni agua mineral…, pero era un ser humano, era un hermano con todo el derecho a hollar la tierra entera, a viajar a sus anchas sin arriesgar la vida, a emprender unos días nuevos en un lugar diferente.
No es el primero hallado en condiciones similares. Quería atravesar el Atlántico, no en el cómodo sillón de la aeronave, sino abrazado a unas barras de hierro, quería volar miles de kilómetros y aterrizar en un mundo ancho y libre. El anhelo de libertad puede salir caro cuando es irrefrenable, cuando alguien osa retar esas alturas gélidas, esos océanos interminables.
Por los valientes que abrazan trenes de aterrizaje en su irrefrenable anhelo de volar. Por quienes nunca les fue permitido subir a un avión, soñar y pisar otras islas, otros asfaltos, otras arenas, bañarse en otros mares… Por un mundo en el que nadie tenga que abrazar trenes de aterrizaje, dejarse la vida a miles de metros de altura, en la soledad absoluta de un cielo infinito. Por un mundo que sea de todos y de nadie, donde no haya fronteras, menos aún impedimento a traspasarlas.
En tanto que seres humanos aquí libres, somos llamados a expresar solidaridad con los que allí aún no lo son. Es bárbaro y abusivo anacronismo que en el siglo XXI la libertad de movimiento de muchos humanos sea aún arbitraria decisión de sus gobernantes. Dios nos ha creado absolutamente libres en medio de una tierra inmensa y libre.
No son líneas desde Miami, sino desde una geografía que se pretende pura de ideales y de sueños. La indispensable justicia social, la emancipación de los individuos comienza cuando éstos devienen dueños absolutos de sus vuelos, protagonistas de sus destinos.
Que sepa el dictador que la muerte de ese nuevo polizón valiente pesa sobre su responsabilidad, que absolutamente nadie le dio el derecho a prohibir el libre tránsito y despegue de los ciudadanos. Que sepa el dictador que no tiene ningún gobierno sobre adónde van o vienen los súbditos cubanos. Que sepan él y su hermano que es imposible construir socialismo sin libertad, tan imposible como atravesar el océano en un tren de aterrizaje y no morir en el intento.
Koldo Aldai
www.artegoxo.org
Fuente: Fe adulta
El joven polizón cubano de 23 años, Adonis G. B., encontrado muerto el pasado miércoles en el aeropuerto de Barajas, escondido en el tren aterrizaje de un avión de Iberia procedente de La Habana, no traía consigo babuchas, ni billete, ni pasaporte, ni maleta, ni agua mineral…, pero era un ser humano, era un hermano con todo el derecho a hollar la tierra entera, a viajar a sus anchas sin arriesgar la vida, a emprender unos días nuevos en un lugar diferente.
No es el primero hallado en condiciones similares. Quería atravesar el Atlántico, no en el cómodo sillón de la aeronave, sino abrazado a unas barras de hierro, quería volar miles de kilómetros y aterrizar en un mundo ancho y libre. El anhelo de libertad puede salir caro cuando es irrefrenable, cuando alguien osa retar esas alturas gélidas, esos océanos interminables.
Por los valientes que abrazan trenes de aterrizaje en su irrefrenable anhelo de volar. Por quienes nunca les fue permitido subir a un avión, soñar y pisar otras islas, otros asfaltos, otras arenas, bañarse en otros mares… Por un mundo en el que nadie tenga que abrazar trenes de aterrizaje, dejarse la vida a miles de metros de altura, en la soledad absoluta de un cielo infinito. Por un mundo que sea de todos y de nadie, donde no haya fronteras, menos aún impedimento a traspasarlas.
En tanto que seres humanos aquí libres, somos llamados a expresar solidaridad con los que allí aún no lo son. Es bárbaro y abusivo anacronismo que en el siglo XXI la libertad de movimiento de muchos humanos sea aún arbitraria decisión de sus gobernantes. Dios nos ha creado absolutamente libres en medio de una tierra inmensa y libre.
No son líneas desde Miami, sino desde una geografía que se pretende pura de ideales y de sueños. La indispensable justicia social, la emancipación de los individuos comienza cuando éstos devienen dueños absolutos de sus vuelos, protagonistas de sus destinos.
Que sepa el dictador que la muerte de ese nuevo polizón valiente pesa sobre su responsabilidad, que absolutamente nadie le dio el derecho a prohibir el libre tránsito y despegue de los ciudadanos. Que sepa el dictador que no tiene ningún gobierno sobre adónde van o vienen los súbditos cubanos. Que sepan él y su hermano que es imposible construir socialismo sin libertad, tan imposible como atravesar el océano en un tren de aterrizaje y no morir en el intento.
Koldo Aldai
www.artegoxo.org
Fuente: Fe adulta
A favor de la vida
La siguiente nota periodística fue escrita por Amy Goodman. Wikipedia la presenta así: "Egresada de Harvard University en 1984, Goodman es mejor conocida como la anfitriona del programa de Pacifica Radio Democracy Now! (¡Democracia Ya!), Los Angeles Times la describe como "la voz de radio de la izquierda no franquiciada". Cobertura a movimientos de paz y en pro de los derechos humanos así como apoyo a los medios independientes es lo más sobresaliente de su trabajo. Como una investigadora periodística, ha sido reconocida por exponer violaciones a los derechos humanos en Timor y Nigeria. Amy Goodman es judía pero no religiosa"
De izquierda o de derecha, progresistas o conservadores...demasiado odio ha circulado envenenando la vida, generando enfrentamientos y guerras. No importa quién alza su voz para denunciar el horror bélico. Los derechos humanos no tienen ideología, son universales. El dolor cuando esos derechos son violados tampoco tiene ideología,alcanza a todos,también es universal.
Nota periodística:
El suicidio de soldados y la política de condolencias de Obama.Por Amy Goodman.EEUU.
El Presidente Barak Obama anunció recientemente que será revertida la política de larga data por la que se negaban cartas de condolencia del presidente a las familias de soldados que se hubieran suicidado.
Los familiares de soldados muertos en combate reciben cartas del presidente. Sin embargo, el silencio oficial ha significado durante mucho tiempo el estigma de los que se quitan la vida. Esta medida significa un cambio de postura que se esperaba desde hacía mucho tiempo respecto al reconocimiento de la epidemia de suicidios de soldados y veteranos de guerra en este país, así como de la cantidad de heridas ocultas que deja la guerra.
La negación de cartas de condolencia en los casos de suicidio cobró relevancia a nivel nacional cuando Gregg y Jannett Keesling hablaron acerca del suicidio de su hijo Chancellor Keesling.
Chance Keesling se integró al ejército en el año 2003. Luego de prestar servicio activamente en Irak, fue transferido a las Fuerzas de Reserva del Ejército y llamado nuevamente para prestar servicio en Irak en el año 2009. Los años de guerra habían dejado sus huellas en el joven de veinticinco años de edad.
Como me dijo su padre, Gregg: “Fue entrenado para la reconstrucción de Irak. Era un ingeniero de combate entrenado. Operaba equipos grandes y amaba dirigir esos grandes equipos. Sin embargo, al final, fue entrenado nuevamente como artillero táctico para sentarse sobre un todoterreno militar, un Humvee. Y todo esto, porque en realidad allá no se estaba haciendo mucha reconstrucción.”
Cuando Chance Keesling regresó a su hogar, intentó acceder a un tratamiento psiquiátrico a través del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Guerra. Su matrimonio había fracasado y sabía que necesitaba sanar. Rechazó la oferta del Ejército de recibir un pago extra de veintisiete mil dólares para servir nuevamente en Irak.
Finalmente, fue de todos modos enviado a Irak. Dos meses después de ser desplegado nuevamente, Chance llevó su revólver a una letrina y se disparó. En el informe que emitió, el Pentágono consideró su muerte como “un incidente no vinculado al combate”. Cinco meses después de su muerte y sumando a la herida el agravio, el Departamento de Asuntos de los Veteranos envió una carta a Chance, la cual fue recibida por sus padres, solicitándole completar su “Reajuste post despliegue.”
Kevin y Joyce Lucey entienden bien de qué se trata todo esto. Su hijo Jeffrey formó parte de la invasión a Irak en el año 2003. Luego de regresar a su hogar en Massachusetts, presentó síntomas de trastorno de estrés postraumático. A él y a su familia les fue casi imposible acceder a los servicios que necesitaban recibir a través del Departamento de Asuntos de los Veteranos.
Jeffrey decidió automedicarse: se volcó al alcohol. Se vestía con ropas de camuflaje y caminaba por el barrio con su arma en la mano. Destruyó el automóvil de la familia. Una noche, tras cumplir veintitrés años, Jeffrey se acurrucó en el regazo de su padre, afligido. Kevin, su padre, recordó lo sucedido: “Esa noche me pidió si podía sentarse en mi regazo. Lo acuné durante tres cuartos de hora y luego se fue a su cuarto. Al día siguiente, el 22 de junio, lo tuve nuevamente en mi regazo mientras cortaba la soga que lo sujetaba a una viga.” Jeffrey Lucey se colgó en el sótano de la casa familiar. Sobre su cama yacían las chapas de identificación que había quitado a los soldados iraquíes a los que dijo haber matado.
Dado que Jeffrey era técnicamente un veterano y no estaba en servicio, su suicidio es uno más entre los miles que se sospecha que ocurren.
Con frustración, Kevin Lucey resumió: “La cifra formal de suicidios que escuchamos nos parece tremendamente baja con respecto a la real. Debido a que, como decías, el suicidio de Jeff se encuentra entre los que no figuran en los cálculos, entre los que no son conocidos, los que no son reconocidos; es que en este momento ponemos el tema sobre la mesa ante la opinión pública, ya que sentimos, al igual que la familia Keesling, que es una situación que necesita ser discutida. Aunque hayan pasado los años, nuestro hijo murió en 2004, pero casi todos los años se anuncia la creación de una comisión presidencial de investigación. ¿Qué tan seguido es necesario investigar una epidemia de suicidios?”
No existe un sistema para llevar registro de los suicidios de los veteranos. Algunos estudios epidemiológicos llevados a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, así como otros estudios, sugieren que la tasa de suicidios en veteranos de guerra es siete u ocho veces mayor que en la población en general.
Un informe del año 2005 y restringido a dieciséis estados estableció que los suicidios de veteranos de guerra representaban el veinte por ciento del total, un hallazgo extraordinario, considerando que los veteranos representan menos del uno por ciento de la población.
Actualmente se cree que el trastorno de estrés postraumático afecta al treinta por ciento de los casi dos millones de soldados en actividad y veteranos de las guerras de Irak y Afganistán. La tasa de desempleo de veteranos de guerra de sexo masculino supera actualmente el veintidós por ciento.
Pensemos en una base: Fort Hood, Texas. El Mayor Nidal Hasan se enfrenta a la pena de muerte por presuntamente haber asesinado a trece personas en noviembre del año 2009 en el marco de un horrendo ataque sumamente difundido por los medios masivos de comunicación. Mucho menos conocida es la epidemia de suicidios que hay en esa base. Veintidós personas se quitaron la vida en ese lugar, tomando en cuenta sólo el año 2010.
Ni la familia Lucey, ni la familia Keesling recibirán una carta de condolencia del presidente a pesar del cambio respecto a esa política. La familia Keesling no la recibirá porque la medida no es retroactiva. La familia Lucey no la recibiría aunque lo fuera, ya que sólo se aplica a los suicidios cometidos por soldados en actividad desplegados en zonas de combate activo.
Quienes padecen trastorno de estrés postraumático pueden abandonar el campo de batalla. Lamentablemente, el campo de batalla nunca los abandona a ellos. Algunos ven en el suicidio su única salida. Ellos también son bajas de guerra.+ (PE/Democracy Now)
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Fuente: Prensa Ecuménica
De izquierda o de derecha, progresistas o conservadores...demasiado odio ha circulado envenenando la vida, generando enfrentamientos y guerras. No importa quién alza su voz para denunciar el horror bélico. Los derechos humanos no tienen ideología, son universales. El dolor cuando esos derechos son violados tampoco tiene ideología,alcanza a todos,también es universal.
Nota periodística:
El suicidio de soldados y la política de condolencias de Obama.Por Amy Goodman.EEUU.
El Presidente Barak Obama anunció recientemente que será revertida la política de larga data por la que se negaban cartas de condolencia del presidente a las familias de soldados que se hubieran suicidado.
Los familiares de soldados muertos en combate reciben cartas del presidente. Sin embargo, el silencio oficial ha significado durante mucho tiempo el estigma de los que se quitan la vida. Esta medida significa un cambio de postura que se esperaba desde hacía mucho tiempo respecto al reconocimiento de la epidemia de suicidios de soldados y veteranos de guerra en este país, así como de la cantidad de heridas ocultas que deja la guerra.
La negación de cartas de condolencia en los casos de suicidio cobró relevancia a nivel nacional cuando Gregg y Jannett Keesling hablaron acerca del suicidio de su hijo Chancellor Keesling.
Chance Keesling se integró al ejército en el año 2003. Luego de prestar servicio activamente en Irak, fue transferido a las Fuerzas de Reserva del Ejército y llamado nuevamente para prestar servicio en Irak en el año 2009. Los años de guerra habían dejado sus huellas en el joven de veinticinco años de edad.
Como me dijo su padre, Gregg: “Fue entrenado para la reconstrucción de Irak. Era un ingeniero de combate entrenado. Operaba equipos grandes y amaba dirigir esos grandes equipos. Sin embargo, al final, fue entrenado nuevamente como artillero táctico para sentarse sobre un todoterreno militar, un Humvee. Y todo esto, porque en realidad allá no se estaba haciendo mucha reconstrucción.”
Cuando Chance Keesling regresó a su hogar, intentó acceder a un tratamiento psiquiátrico a través del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Guerra. Su matrimonio había fracasado y sabía que necesitaba sanar. Rechazó la oferta del Ejército de recibir un pago extra de veintisiete mil dólares para servir nuevamente en Irak.
Finalmente, fue de todos modos enviado a Irak. Dos meses después de ser desplegado nuevamente, Chance llevó su revólver a una letrina y se disparó. En el informe que emitió, el Pentágono consideró su muerte como “un incidente no vinculado al combate”. Cinco meses después de su muerte y sumando a la herida el agravio, el Departamento de Asuntos de los Veteranos envió una carta a Chance, la cual fue recibida por sus padres, solicitándole completar su “Reajuste post despliegue.”
Kevin y Joyce Lucey entienden bien de qué se trata todo esto. Su hijo Jeffrey formó parte de la invasión a Irak en el año 2003. Luego de regresar a su hogar en Massachusetts, presentó síntomas de trastorno de estrés postraumático. A él y a su familia les fue casi imposible acceder a los servicios que necesitaban recibir a través del Departamento de Asuntos de los Veteranos.
Jeffrey decidió automedicarse: se volcó al alcohol. Se vestía con ropas de camuflaje y caminaba por el barrio con su arma en la mano. Destruyó el automóvil de la familia. Una noche, tras cumplir veintitrés años, Jeffrey se acurrucó en el regazo de su padre, afligido. Kevin, su padre, recordó lo sucedido: “Esa noche me pidió si podía sentarse en mi regazo. Lo acuné durante tres cuartos de hora y luego se fue a su cuarto. Al día siguiente, el 22 de junio, lo tuve nuevamente en mi regazo mientras cortaba la soga que lo sujetaba a una viga.” Jeffrey Lucey se colgó en el sótano de la casa familiar. Sobre su cama yacían las chapas de identificación que había quitado a los soldados iraquíes a los que dijo haber matado.
Dado que Jeffrey era técnicamente un veterano y no estaba en servicio, su suicidio es uno más entre los miles que se sospecha que ocurren.
Con frustración, Kevin Lucey resumió: “La cifra formal de suicidios que escuchamos nos parece tremendamente baja con respecto a la real. Debido a que, como decías, el suicidio de Jeff se encuentra entre los que no figuran en los cálculos, entre los que no son conocidos, los que no son reconocidos; es que en este momento ponemos el tema sobre la mesa ante la opinión pública, ya que sentimos, al igual que la familia Keesling, que es una situación que necesita ser discutida. Aunque hayan pasado los años, nuestro hijo murió en 2004, pero casi todos los años se anuncia la creación de una comisión presidencial de investigación. ¿Qué tan seguido es necesario investigar una epidemia de suicidios?”
No existe un sistema para llevar registro de los suicidios de los veteranos. Algunos estudios epidemiológicos llevados a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, así como otros estudios, sugieren que la tasa de suicidios en veteranos de guerra es siete u ocho veces mayor que en la población en general.
Un informe del año 2005 y restringido a dieciséis estados estableció que los suicidios de veteranos de guerra representaban el veinte por ciento del total, un hallazgo extraordinario, considerando que los veteranos representan menos del uno por ciento de la población.
Actualmente se cree que el trastorno de estrés postraumático afecta al treinta por ciento de los casi dos millones de soldados en actividad y veteranos de las guerras de Irak y Afganistán. La tasa de desempleo de veteranos de guerra de sexo masculino supera actualmente el veintidós por ciento.
Pensemos en una base: Fort Hood, Texas. El Mayor Nidal Hasan se enfrenta a la pena de muerte por presuntamente haber asesinado a trece personas en noviembre del año 2009 en el marco de un horrendo ataque sumamente difundido por los medios masivos de comunicación. Mucho menos conocida es la epidemia de suicidios que hay en esa base. Veintidós personas se quitaron la vida en ese lugar, tomando en cuenta sólo el año 2010.
Ni la familia Lucey, ni la familia Keesling recibirán una carta de condolencia del presidente a pesar del cambio respecto a esa política. La familia Keesling no la recibirá porque la medida no es retroactiva. La familia Lucey no la recibiría aunque lo fuera, ya que sólo se aplica a los suicidios cometidos por soldados en actividad desplegados en zonas de combate activo.
Quienes padecen trastorno de estrés postraumático pueden abandonar el campo de batalla. Lamentablemente, el campo de batalla nunca los abandona a ellos. Algunos ven en el suicidio su única salida. Ellos también son bajas de guerra.+ (PE/Democracy Now)
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Fuente: Prensa Ecuménica
martes, 19 de julio de 2011
Al llegar a conocernos como personas, aprenderemos a respetarnos
“Las religiones como instrumentos de paz” es el subtítulo del curso de verano de 2011 sobre “Construir una comunidad interreligiosa”. Veintitrés estudiantes de más de una docena de países se han reunido en el Instituto Ecuménico de Bossey, Suiza, con motivo del curso que tiene lugar del 4 al 29 de julio.
Uno de los primeros conferenciantes admitió que en la actualidad muchos observadores no ven las religiones como instrumentos de paz sino como razones para un conflicto. “Nuestras manos como líderes religiosos no están limpias”, dijo el rabino Richard Marker del Comité Judío Internacional para Consultas Interreligiosas.
A ello añadió que la experiencia de demasiadas naciones y de sus Gobiernos “es que la religión es motivo de división, lo cual va en contra de los valores compartidos”.
El curso de verano sobre relaciones interreligiosas del Instituto, que este año celebra su quinta edición, reúne a estudiantes de las tradiciones judía, cristiana y musulmana para un tiempo de estudio, experiencia compartida de los espacios sagrados de unos y otros, y reflexión sobre sus propias culturas, espiritualidades y visiones del mundo.
El alumnado está constituido por nueve hombres y catorce mujeres. Diez de ellos son cristianos, siete son musulmanes y hay seis judíos.
Han venido de América Latina, Europa Occidental y Europa del Este, Oriente Medio, Asia y Australia. Hay tres hermanas de órdenes religiosas de Colombia, Guatemala y Rumania. Tres estudiantes proceden de Israel y hay tres palestinos.
Danielle Antebi de Israel, que tiene formación académica en criminología y política internacional, estaba ansiosa por hacer el curso después de la experiencia positiva de su hermano como estudiante el pasado verano. “Mi hermano es arqueólogo y hace presentaciones sobre Israel en diversos lugares”, dice, “y quería tener la oportunidad de conocer personas de diferentes países y escuchar sus opiniones sobre Israel y sobre las relaciones entre personas de distintas religiones”.
Antebi decidió que un mes en Bossey con vistas al lago de Ginebra le brindaría “una gran oportunidad para conocer y relacionarse con personas que representan varias culturas”.
Charlotte Lindhé se enteró del curso gracias a su pastor de la Iglesia de Suecia. Tras terminar la enseñanza secundaria, comenzó un ambicioso programa de viajes y excursionismo de mochila que la ha llevado a China, el Sudeste Asiático y Oriente Medio. Entre sus próximos destinos están Grecia, la India y América del Norte.
“Espero saber más de mi propia religión en relación con las creencias de otros”, explica, “y espero poder compartir lo que aprendo con mi parroquia y otras personas cuando vuelva a Suecia”.
Lindhé dice que su visita a Israel y Palestina despertó en ella el interés por la actividad interreligiosa pues allí vio “religiones que coexisten, pero que realmente no conviven”.
Pasar de tolerar las diferencias a valorarlas:
Mohammed Azhari de Australia, que cursó estudios de enseñanzas islámicas y diálogo interreligioso durante sus estudios de posgrado en Damasco, ve el curso de Bossey como “una excelente oportunidad para venir a encontrar personas de otras creencias. Aquí empezaremos por construir una comunidad entre nosotros con la esperanza de que sea el primer paso hacia algunos logros mayores”.
Azhari ve a los estudiantes preguntarse: “¿Cómo alcanzan las personas la paz por medio de la oración, de sus creencias? Al llegar a conocernos como personas, aprenderemos a respetarnos. De esta manera podemos pasar de la mera tolerancia a la valoración, a la aceptación de lo que nos hace diferentes incluso. Y es lo mejor, ya que es la ignorancia la que conduce a los conflictos”.
Durante la primera semana de clases, el gran rabino Marc Raphaël Guedj, presidente de la Fondation Racines et Sources (Fundación Raíces y Fuentes), se sumó al rabino Marker para hablar de judaísmo.
La profesora Fawzia Al-Ahmawi de la Universidad de Ginebra y Hafid Ouardiri, presidente de la Fundación Ta'aruf (conocimiento mutuo), ofrecen sus conocimientos especializados sobre el islam; el cristianismo será interpretado por varios miembros del personal del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el profesor S. Wesley Ariarajah de la Drew University de los Estados Unidos de América.
El profesor Odair Pedroso Mateus del Instituto Ecuménico, coordinador académico del curso de verano de 2011, apoya esta oportunidad de “promover el encuentro sin provocar el conflicto”, de plantear preguntas difíciles y estudiar la posibilidad del “diálogo como medio de cambio pacífico” en el mundo, de “fomentar la comunidad entre civilizaciones, en vez del choque de civilizaciones”.
La administración del Instituto Ecuménico tiene muy presentes los diversos hábitos alimenticios de los estudiantes, y se han dispuesto espacios para el culto adecuados a cada una de las tradiciones religiosas representadas.
Fundado en 1946, el Instituto Ecuménico de Bossey es el centro internacional del CMI para el encuentro, el diálogo y la formación. Está vinculado a la Universidad de Ginebra mediante un acuerdo de convenio con la Facultad Autónoma de Teología Protestante de esa universidad.
El curso de verano ha sido organizado conjuntamente por el Instituto Ecuménico, el programa del CMI sobre Diálogo y Cooperación Interreligiosos, la Fundación Ta'aruf y la Fondation Racines et Sources
(*) Theodore Gill es editor sénior de Publicaciones del CMI en Ginebra y pastor ordenado por la Iglesia Presbiteriana (Estados Unidos de América).
Uno de los primeros conferenciantes admitió que en la actualidad muchos observadores no ven las religiones como instrumentos de paz sino como razones para un conflicto. “Nuestras manos como líderes religiosos no están limpias”, dijo el rabino Richard Marker del Comité Judío Internacional para Consultas Interreligiosas.
A ello añadió que la experiencia de demasiadas naciones y de sus Gobiernos “es que la religión es motivo de división, lo cual va en contra de los valores compartidos”.
El curso de verano sobre relaciones interreligiosas del Instituto, que este año celebra su quinta edición, reúne a estudiantes de las tradiciones judía, cristiana y musulmana para un tiempo de estudio, experiencia compartida de los espacios sagrados de unos y otros, y reflexión sobre sus propias culturas, espiritualidades y visiones del mundo.
El alumnado está constituido por nueve hombres y catorce mujeres. Diez de ellos son cristianos, siete son musulmanes y hay seis judíos.
Han venido de América Latina, Europa Occidental y Europa del Este, Oriente Medio, Asia y Australia. Hay tres hermanas de órdenes religiosas de Colombia, Guatemala y Rumania. Tres estudiantes proceden de Israel y hay tres palestinos.
Danielle Antebi de Israel, que tiene formación académica en criminología y política internacional, estaba ansiosa por hacer el curso después de la experiencia positiva de su hermano como estudiante el pasado verano. “Mi hermano es arqueólogo y hace presentaciones sobre Israel en diversos lugares”, dice, “y quería tener la oportunidad de conocer personas de diferentes países y escuchar sus opiniones sobre Israel y sobre las relaciones entre personas de distintas religiones”.
Antebi decidió que un mes en Bossey con vistas al lago de Ginebra le brindaría “una gran oportunidad para conocer y relacionarse con personas que representan varias culturas”.
Charlotte Lindhé se enteró del curso gracias a su pastor de la Iglesia de Suecia. Tras terminar la enseñanza secundaria, comenzó un ambicioso programa de viajes y excursionismo de mochila que la ha llevado a China, el Sudeste Asiático y Oriente Medio. Entre sus próximos destinos están Grecia, la India y América del Norte.
“Espero saber más de mi propia religión en relación con las creencias de otros”, explica, “y espero poder compartir lo que aprendo con mi parroquia y otras personas cuando vuelva a Suecia”.
Lindhé dice que su visita a Israel y Palestina despertó en ella el interés por la actividad interreligiosa pues allí vio “religiones que coexisten, pero que realmente no conviven”.
Pasar de tolerar las diferencias a valorarlas:
Mohammed Azhari de Australia, que cursó estudios de enseñanzas islámicas y diálogo interreligioso durante sus estudios de posgrado en Damasco, ve el curso de Bossey como “una excelente oportunidad para venir a encontrar personas de otras creencias. Aquí empezaremos por construir una comunidad entre nosotros con la esperanza de que sea el primer paso hacia algunos logros mayores”.
Azhari ve a los estudiantes preguntarse: “¿Cómo alcanzan las personas la paz por medio de la oración, de sus creencias? Al llegar a conocernos como personas, aprenderemos a respetarnos. De esta manera podemos pasar de la mera tolerancia a la valoración, a la aceptación de lo que nos hace diferentes incluso. Y es lo mejor, ya que es la ignorancia la que conduce a los conflictos”.
Durante la primera semana de clases, el gran rabino Marc Raphaël Guedj, presidente de la Fondation Racines et Sources (Fundación Raíces y Fuentes), se sumó al rabino Marker para hablar de judaísmo.
La profesora Fawzia Al-Ahmawi de la Universidad de Ginebra y Hafid Ouardiri, presidente de la Fundación Ta'aruf (conocimiento mutuo), ofrecen sus conocimientos especializados sobre el islam; el cristianismo será interpretado por varios miembros del personal del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el profesor S. Wesley Ariarajah de la Drew University de los Estados Unidos de América.
El profesor Odair Pedroso Mateus del Instituto Ecuménico, coordinador académico del curso de verano de 2011, apoya esta oportunidad de “promover el encuentro sin provocar el conflicto”, de plantear preguntas difíciles y estudiar la posibilidad del “diálogo como medio de cambio pacífico” en el mundo, de “fomentar la comunidad entre civilizaciones, en vez del choque de civilizaciones”.
La administración del Instituto Ecuménico tiene muy presentes los diversos hábitos alimenticios de los estudiantes, y se han dispuesto espacios para el culto adecuados a cada una de las tradiciones religiosas representadas.
Fundado en 1946, el Instituto Ecuménico de Bossey es el centro internacional del CMI para el encuentro, el diálogo y la formación. Está vinculado a la Universidad de Ginebra mediante un acuerdo de convenio con la Facultad Autónoma de Teología Protestante de esa universidad.
El curso de verano ha sido organizado conjuntamente por el Instituto Ecuménico, el programa del CMI sobre Diálogo y Cooperación Interreligiosos, la Fundación Ta'aruf y la Fondation Racines et Sources
(*) Theodore Gill es editor sénior de Publicaciones del CMI en Ginebra y pastor ordenado por la Iglesia Presbiteriana (Estados Unidos de América).
domingo, 17 de julio de 2011
"La discusión fue tan viva, que terminaron por separarse" - José Luis D'Amico
“Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: ‘Volvamos a visitar a los hermanos que están en las ciudades donde ya hemos anunciado la Palabra del Señor, para ver cómo se encuentran’. Bernabé quería llevar consigo también a Juan, llamado Marcos. Pero Pablo consideraba que no debía llevar a quien los había abandonado cuando estaban en Panfilia y no había trabajado con ellos. La discusión fue tan viva, que terminaron por separarse; Bernabé, llevando consigo a Marcos, se embarcó rumbo a Chipre. Pablo, por su parte, eligió por compañero a Silas y partió, encomendado por sus hermanos a la gracia del Señor. Así atravesó la Siria y la Cilicia, confirmando a las comunidades” (Hech 15, 36-41).
El texto se preocupa en aclarar que se produjo una discusión “tan viva”, que acabaron por separarse. Sin embargo, eso no afectó a la misión de la Iglesia. Cada grupo se dedicará a lo que estaba llamado: transmitir el evangelio.
La pasión por lo que se cree lleva generalmente a discusiones, a distintas interpretaciones de una misma realidad, incluso, a peleas y distancias. La comunidad de nuestros antepasados no estaba exenta de eso. Lo que nos enseña, justamente, es el modo de resolver estos conflictos. ¿Cómo obramos nosotros? Seguramente dedicaríamos bastante tiempo en “análisis”, en “terapias” internas, estrategias para desautorizar al oponente, o en reproches nostálgicos y llenos de desilusiones al enfrentarnos con lo que creemos que no es la Iglesia de Cristo.
En ningún momento, se predijo que, en la Iglesia de Cristo, estaban prohibidas las peleas. Lo que debe primar, sin dudas, es el amor, pero no se puede evitar la discusión, las separaciones, la hostilidad. ¿Por qué escandalizarse? Es parte de la convivencia humana y también cristiana. El romanticismo aleja los problemas de la realidad y cree en una ilusión desencajada de la historia, lo concreto son las personas, la tarea es la misión, y, frente a ello, todo lo demás es parte de la vida.
José Luis D´Amico, Desde las raíces. Conflictos y crecimiento en la comunidad eclesial, Buenos Aires, SAN PABLO, 1994.
Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la verdad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
para ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Fuente: Revista on line San Pablo
El texto se preocupa en aclarar que se produjo una discusión “tan viva”, que acabaron por separarse. Sin embargo, eso no afectó a la misión de la Iglesia. Cada grupo se dedicará a lo que estaba llamado: transmitir el evangelio.
La pasión por lo que se cree lleva generalmente a discusiones, a distintas interpretaciones de una misma realidad, incluso, a peleas y distancias. La comunidad de nuestros antepasados no estaba exenta de eso. Lo que nos enseña, justamente, es el modo de resolver estos conflictos. ¿Cómo obramos nosotros? Seguramente dedicaríamos bastante tiempo en “análisis”, en “terapias” internas, estrategias para desautorizar al oponente, o en reproches nostálgicos y llenos de desilusiones al enfrentarnos con lo que creemos que no es la Iglesia de Cristo.
En ningún momento, se predijo que, en la Iglesia de Cristo, estaban prohibidas las peleas. Lo que debe primar, sin dudas, es el amor, pero no se puede evitar la discusión, las separaciones, la hostilidad. ¿Por qué escandalizarse? Es parte de la convivencia humana y también cristiana. El romanticismo aleja los problemas de la realidad y cree en una ilusión desencajada de la historia, lo concreto son las personas, la tarea es la misión, y, frente a ello, todo lo demás es parte de la vida.
José Luis D´Amico, Desde las raíces. Conflictos y crecimiento en la comunidad eclesial, Buenos Aires, SAN PABLO, 1994.
Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la verdad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
para ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Fuente: Revista on line San Pablo
Destruir al otro -
El 27 de junio de 1810, apenas un mes después de la instalación de la Primera Junta, su secretario, Mariano Moreno , publicó en La Gazeta de Buenos Ayres esta clara advertencia a los enemigos de la Revolución de Mayo: “La Junta cuenta con recursos efectivos para hacer entrar en sus deberes a los díscolos que pretenden la división de estos pueblos, que es hoy día tan peligrosa: los perseguirá y hará castigo ejemplar que escarmiente y aterré a los malvados”.
Comenzaba así, con una declaración política, una etapa de violencia física que nos perseguiría hasta décadas recientes. Esa advertencia luce hoy comprensible quizá en la intención de las flamantes autoridades de sostener el poder ante la presión de invasores y potencias extranjeras, pero no puede ser tolerada de acuerdo a los modernos principios de convivencia y desarrollo en paz.
Aquellas palabras inauguraron décadas de violencia, que impregnaron a la vida institucional, a los partidos políticos y a las Fuerzas Armadas. Por caso, es notorio que Domingo Faustino Sarmiento escribió aquella infamia de “no ahorrar sangre de gauchos; es un abono útil para la tierra”, que recuerda a cobardes intelectuales porteños que instigaron por escrito a Juan Lavalle el inicuo fusilamiento de Manuel Dorrego .
A su turno, Bartolomé Mitre envió al interior del país las expediciones criminales de Paunero, Flores, Arredondo y Sandes (el más sádico de todos ellos), que ensangrentaron el territorio nacional con horrendas matanzas. La historia de horrores y errores tiene cientos de páginas.
Es cierto que no hay pueblo sin capítulos trágicos. El nuestro, que se precia de ser pacífico y fraternal, también los tiene. Pero se obstina en olvidarlos y en olvidar que todas las violencias políticas comenzaron con agresiones orales, censuras y silenciamientos. Cuando advierta que en su horizonte comienzan a arder las hogueras de la crueldad, ya será demasiado tarde.
Por ello, se impone que la razón, la convivencia civilizada, el respeto a las opiniones y actitudes de los demás, la tolerancia, el apego a las leyes, se coronen por encima de toda otra barbarie o justificación verbal, que se usa por estos días para destruir al adversario político.
Pero no son sólo las actitudes de los hombres públicos las que preocupan. En el ámbito de los negocios, de la cultura, el deporte y el espectáculo, se ha instalado la insana costumbre de destruir al oponente, de desprestigiarlo con acusaciones falsas o argumentaciones rebuscadas, de condenarlo en forma veloz y furiosa. Todo sirve para “ejecutar” al que piensa distinto o simplemente compite para ganar una elección, lograr un triunfo deportivo o presentar un buen espectáculo.
Un simple repaso por los años recientes o por los hechos más tristes de nuestra historia debería obligarnos a corregir la catarata de palabras y actitudes violentas que empleamos para descalificar y poner a un lado a otros argentinos
Fuente: La Voz del Interior
Comenzaba así, con una declaración política, una etapa de violencia física que nos perseguiría hasta décadas recientes. Esa advertencia luce hoy comprensible quizá en la intención de las flamantes autoridades de sostener el poder ante la presión de invasores y potencias extranjeras, pero no puede ser tolerada de acuerdo a los modernos principios de convivencia y desarrollo en paz.
Aquellas palabras inauguraron décadas de violencia, que impregnaron a la vida institucional, a los partidos políticos y a las Fuerzas Armadas. Por caso, es notorio que Domingo Faustino Sarmiento escribió aquella infamia de “no ahorrar sangre de gauchos; es un abono útil para la tierra”, que recuerda a cobardes intelectuales porteños que instigaron por escrito a Juan Lavalle el inicuo fusilamiento de Manuel Dorrego .
A su turno, Bartolomé Mitre envió al interior del país las expediciones criminales de Paunero, Flores, Arredondo y Sandes (el más sádico de todos ellos), que ensangrentaron el territorio nacional con horrendas matanzas. La historia de horrores y errores tiene cientos de páginas.
Es cierto que no hay pueblo sin capítulos trágicos. El nuestro, que se precia de ser pacífico y fraternal, también los tiene. Pero se obstina en olvidarlos y en olvidar que todas las violencias políticas comenzaron con agresiones orales, censuras y silenciamientos. Cuando advierta que en su horizonte comienzan a arder las hogueras de la crueldad, ya será demasiado tarde.
Por ello, se impone que la razón, la convivencia civilizada, el respeto a las opiniones y actitudes de los demás, la tolerancia, el apego a las leyes, se coronen por encima de toda otra barbarie o justificación verbal, que se usa por estos días para destruir al adversario político.
Pero no son sólo las actitudes de los hombres públicos las que preocupan. En el ámbito de los negocios, de la cultura, el deporte y el espectáculo, se ha instalado la insana costumbre de destruir al oponente, de desprestigiarlo con acusaciones falsas o argumentaciones rebuscadas, de condenarlo en forma veloz y furiosa. Todo sirve para “ejecutar” al que piensa distinto o simplemente compite para ganar una elección, lograr un triunfo deportivo o presentar un buen espectáculo.
Un simple repaso por los años recientes o por los hechos más tristes de nuestra historia debería obligarnos a corregir la catarata de palabras y actitudes violentas que empleamos para descalificar y poner a un lado a otros argentinos
Fuente: La Voz del Interior
viernes, 15 de julio de 2011
Todos los días sucede la Pascua
"Pedro, mete la espada en la vaina!"- (Pascua 2011)
por Leonel Narváez Gómez, misionero de la Consolata
Esta frase tan densa de significado, se la dijo Jesús a Pedro cuando para defenderlo durante su captura sacó la espada e hirió a uno de los soldados. Mientras le hago llegar mis mejores deseos de Pascua, en Siria y otros países de la zona de África del Norte y Oriente, miles de jóvenes sufren persecución y muerte por haber elegido luchar por la democracia y la justicia sin recurrir a la violencia. Hace sólo dos meses la población egipcia empujada por su jóvenes, poniendo la espada en la vaina, fue liberada del dictador Mubarak. En noviembre pasado en Birmania, Aung San Suu Kyi, después de su liberación abundó en palabras de perdón y reconciliación. Unos días antes, el Presidente serbio en la ciudad de Vukovar, Croacia, pronunció sorprendentes palabras de disculpa, de perdón y de reconciliación en los lugares donde los serbios habían realizado las más crueles masacres a los croatas durante la guerra en la ex Yugoslavia. Recordamos y celebramos el ejemplo cotidiano de muchas pequeñas comunidades y grupos humanos, unos conocidos y otros no, como aquellos en Tuwani, Al-Masara y Bi ' lin en Cisjordania, las muchas comunidades de paz y grupos ESPERE en Colombia y 13 países más del Continente, y en fin, muchos hombres y mujeres que en humilde anonimato, siguen haciendo de la no-violencia y, mejor aún del perdón, su forma de lucha y resistencia. Todos, grandes y pequeños, sabiéndolo o no, viven unidos por un compromiso común: nunca sacar la espada y por el contrario, dar su vida para la justicia, la verdad y la reconciliación. Para los creyentes, es un reconocimiento más de que la historia va ineludiblemente hacia la resurrección y hacia la vida. Para los no-creyentes, es el testimonio de que el amor es más fuerte que la bomba atómica… como nos lo testimonió Gandhi, Luther King, Mandela…y sobretodo, Jesús.
A todos, la Pascua nos recuerda que el perdón y la no-violencia significa elevarse a altos niveles de existencia, de civilización, de espiritualidad.
"Poner su espada en la vaina" se convierte en entonces en uno de los mensajes centrales de la Semana Santa. Es un mensaje que renueva, que libera, que RESUCITA. Cada vez que metemos la espada en la vaina… y cada vez que perdonamos…la humanidad resucita!
Esta es la tarea central de la Fundación para la Reconciliación. GRACIAS POR ANIMARNOS CON SU CONSTANTE PRESENCIA Y COMPROMISO!
Fuente: www.fundacionparalareconciliacion.org - Colombia
por Leonel Narváez Gómez, misionero de la Consolata
Esta frase tan densa de significado, se la dijo Jesús a Pedro cuando para defenderlo durante su captura sacó la espada e hirió a uno de los soldados. Mientras le hago llegar mis mejores deseos de Pascua, en Siria y otros países de la zona de África del Norte y Oriente, miles de jóvenes sufren persecución y muerte por haber elegido luchar por la democracia y la justicia sin recurrir a la violencia. Hace sólo dos meses la población egipcia empujada por su jóvenes, poniendo la espada en la vaina, fue liberada del dictador Mubarak. En noviembre pasado en Birmania, Aung San Suu Kyi, después de su liberación abundó en palabras de perdón y reconciliación. Unos días antes, el Presidente serbio en la ciudad de Vukovar, Croacia, pronunció sorprendentes palabras de disculpa, de perdón y de reconciliación en los lugares donde los serbios habían realizado las más crueles masacres a los croatas durante la guerra en la ex Yugoslavia. Recordamos y celebramos el ejemplo cotidiano de muchas pequeñas comunidades y grupos humanos, unos conocidos y otros no, como aquellos en Tuwani, Al-Masara y Bi ' lin en Cisjordania, las muchas comunidades de paz y grupos ESPERE en Colombia y 13 países más del Continente, y en fin, muchos hombres y mujeres que en humilde anonimato, siguen haciendo de la no-violencia y, mejor aún del perdón, su forma de lucha y resistencia. Todos, grandes y pequeños, sabiéndolo o no, viven unidos por un compromiso común: nunca sacar la espada y por el contrario, dar su vida para la justicia, la verdad y la reconciliación. Para los creyentes, es un reconocimiento más de que la historia va ineludiblemente hacia la resurrección y hacia la vida. Para los no-creyentes, es el testimonio de que el amor es más fuerte que la bomba atómica… como nos lo testimonió Gandhi, Luther King, Mandela…y sobretodo, Jesús.
A todos, la Pascua nos recuerda que el perdón y la no-violencia significa elevarse a altos niveles de existencia, de civilización, de espiritualidad.
"Poner su espada en la vaina" se convierte en entonces en uno de los mensajes centrales de la Semana Santa. Es un mensaje que renueva, que libera, que RESUCITA. Cada vez que metemos la espada en la vaina… y cada vez que perdonamos…la humanidad resucita!
Esta es la tarea central de la Fundación para la Reconciliación. GRACIAS POR ANIMARNOS CON SU CONSTANTE PRESENCIA Y COMPROMISO!
Fuente: www.fundacionparalareconciliacion.org - Colombia
jueves, 14 de julio de 2011
El que quiera entender, que entienda...
Tú eres mala, le dijo el trigo a la cizaña, mientras crecían juntos en la era. Ella le contestó: No me condenes todavía. Mis delgadas espigas sirven de medicina a algunos pajarillos. Además, al crecer cerca a ti, puedo enseñarte que no seas autosuficiente y vanidoso. ¿No crees además que quien cambió el agua en vino, algún día me puede transformar? Mira que ambos somos creaturas del Señor. Y yo sé que aunque siga siendo cizaña, Dios me ama.
Autor anónimo.
Autor anónimo.
miércoles, 13 de julio de 2011
Reconciliación en Sudáfrica como parte de la totalidad o plenitud - Antjie Krog
Existen distintas aproximaciones a lo que ha ocurrido en los años del Apartheid en Sudáfrica desde la política, la psicología, la moralidad, la espiritualidad, el pragmatismo, y cada mirada da lugar a nuevas propuestas.
No importa desde dónde miramos, en todos los casos surge la pregunta acerca de cómo tratar los hechos de incomprensible horror e injusticia, como por ejemplo los acaecidos en el Holocausto y otros.
Recorriendo toda la discusión en la Comisión de Verdad y Reconciliación (Truth and Reconcilation Comission, TRC) podemos decir que uno no puede perdonar la muerte en nombre del muerto. No se puede perdonar lo imperdonable. ¿Cómo podríamos perdonarlo? No está en nuestro poder ni en nuestras manos ni en nuestra capacidad.
Según Jaques Derrida, perdonar no debería ser algo común ni normativo, tendría que permanecer excepcional y extraordinario, enfrentando lo imposible. Porque está interrumpiendo la corriente histórica de la temporalidad. No estamos acostumbrados a perdonar. Y cuando se logra un perdón es un milagro y hay que tratarlo de esta manera.
Para comprender el proceso transitado por la Comisión de Verdad y Reconciliación en África, quiero explorar su trasfondo.
Se preguntaron asombrados ¿por qué los 14 millones africanos negros no lucharon contra esta opresión durante tantos años?
Se encontraron con muchos rumores como respuestas: porque el arzobispo Tutu y Mandela obligaron a la gente a aceptarlo, o porque la gente prefirió someterse o bien porque no tuvo la fuerza necesaria para rebelarse, etc.
Para intentar contestar esta pregunta hay que mirar:
En primer lugar, los valores de la religión tradicional africana y valores cristianos como la salvación, el pecado y el mal.
En segundo lugar, cómo influenciaron esas raíces a los líderes intelectuales del África negra.
Por último, de qué manera esas raíces generaron un cambio radical en el pensamiento científico, especialmente para la Comisión de la Verdad.
Arriesgando una simplificación, hago una distinción entre la cultura eurocéntrica que cuenta con 25 siglos de cultura griega, manifestados en la filosofía, con la cultura romana que trajo la jurisprudencia y luego el cristianismo que originó múltiples religiones. Esa cultura da prioridad al individualismo y se considera universal, es decir, que los europeos consideran que estos valores tendrían que estar aplicados a todo el mundo. Viniendo de otro continente me parece muy extraña esta postura, pero es que la gente en Europa cree realmente, que ellos tienen los valores verdaderos y no pueden entender que haya otros.
La tensión entre lo particular y lo universal tiene que ser resuelta desde lo particular en la tradición europea y esto les parece obvio.
La visión afro-céntrica reflexiona sobre la cultura a través de formas simbólicas y tiene valores como el reconocimiento y el respeto (físico y espiritual), los cuentos de transmisión oral y escrita, la artesanía, la pluralidad de religiones e idiomas. Esta cultura pone el énfasis en la comunidad y valora a la persona en su contexto social.
La persona es una persona a través de otras personas. La palabra que usan para esta comprensión “ubuntu” no es entendida por los blancos. Pero contiene todos los valores y forma el concepto que tienen sobre el mundo. La gente negra lo tiene intrínsecamente incorporado, pero la gente blanca tiene que hacer un esfuerzo enorme para poder entenderlo.
Ahora miremos los valores como el pecado, el mal y la salvación en la cultura africana.
Según un teólogo importante africano, la espiritualidad de la cultura está basada en el concepto de la completud e integridad de la vida. Sus diferentes áreas como la religión, la espiritualidad, la materialidad y las demás no se pueden comprender aisladas. Todas están interrelacionadas. Esta mirada holística es muy importante para el entendimiento del concepto africano de la salvación.
La salvación en la cultura africana tradicional nunca puede estar puesta en una persona o en una parte. La salvación está puesta en el todo, en el cosmos. No está puesto en el individuo. Hay una interacción entre el todo y todos. Como el cielo, los animales y el aire entran en interacción con el ser humano y viceversa. Es decir, que la naturaleza de la salvación africana es mucho más amplia que en otras religiones occidentales y existe desde mucho antes que llegara mediante la doctrina cristiana al África. Para los africanos la palabra salvación es sinónimo de reconciliación.
Buthulezi dice que la salvación está dirigida hacia la restauración de la plenitud. Las palabras “pecado” y “mal” no tienen significado en la cultura africana.
Malo es solamente lo que pone en peligro la totalidad. El pecado se entiende solamente con respecto a las consecuencias. Si las consecuencias de un acto causan un mal para el cosmos, se puede considerar malo. Si no, no se habla del mal o del pecado. Lo peor es vivir en completo desacuerdo con los otros, esto es realmente malo.
Entonces, la salvación no es una cuestión del perdón, sino de la reparación de las partes destruidas de la relación o de la sociedad, para volver a la plenitud, y esto en la vida y no después de ella. Y para hacer la vida plena cada uno tiene que aportar su potencial. Salvación significa entonces que todos tenemos la obligación de curar nuestras heridas.
El concepto de la salvación viene de la religión cristiana: tienes que perdonar porque Dios ha perdonado, pero en la cultura africana no existe esa forma de salvación.
Según Tutu, sólo uno puede vivir humanamente en una sociedad humana. Si uno vive con odio en su corazón se deshumaniza a sí mismo, al otro y también a la sociedad. No se puede pensar al ser humano independientemente. Vivir significa estar involucrado.
Vivir, ser, significa participar. Ningún acto es equivocado por sí. Robar o matar no es intrínsecamente incorrecto, sino porque Dios así lo dice. Solamente es incorrecto, cuando destruye la plenitud del ser y de la comunidad. El interés en la salvación proviene únicamente del deseo de reparar la totalidad.
Entonces, los testimonios presentados ante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación tuvieron dos metas: describir como la completud fue destruida y por otro lado, cuestionar la humanidad de los perpetradores.
Y había una mujer que lloraba y dijo: “ni siquiera matarías un perro de esta manera, ni siquiera un pato, un patito porque uno tiene también sentimientos para un perro o un pato. Pero ni siquiera los trataron a nuestros hijos como patos. Con otras palabras: que no hubo nada en mis hijos que les hiciera recordar la propia humanidad, y esto muestra que han perdido su humanidad. Y porque tú has perdido tu humanidad, yo he perdido la mía.”
Diferencias en las culturas con respecto al trabajo:
la cultura europea que sigue la meta: hacer lo menos posible por la mayor cantidad de dinero posible. Ésta se opone a la cultura africana que dice: hacer algo significa hacer algo que es bueno para todos. El beneficio debe ser para todos. Uno no trabaja por su propio beneficio.
También hay dos palabras para “alma”,
Moya: es algo como el alma que une a tu cuerpo y cuando te vas, se retira el alma.
Pero también tienes un alma sombra: Seriti, la que tiene que estar fortalecida durante la vida, con rituales y reparaciones que uno hace para la sociedad.
Cuando llegaron los misioneros en el siglo XVIII, dividieron la sociedad en fieles y herejes. Entonces un negro creyente no permitió la entrada a otro negro hereje en su casa. Y de esta manera el “ubuntu” fue interrumpido. Cien años más tarde llegaron los extranjeros. Y ahora surge la pregunta: qué podemos hacer con los extranjeros en la sociedad, para no lastimar al “ubuntu”. Y aquí el “ubuntu” significa hospitalidad.
Entonces, uno es a través del otro y también necesitamos al extranjero para ser uno. Siempre hay alguien que está excluido y la tarea es recordar e incluir. La cultura africana incluye que cada uno tiene que ser abogado para alguien excluido, integrarlo y hacerlo miembro de la sociedad.
Nelson Mandela dio la mano a los blancos siguiendo el concepto de la integración. Porque todos los que estaban en Sudáfrica constituían la totalidad (plenitud, completud) de Sudáfrica. Y tratándolos como seres humanos pudo asegurar la humanidad de toda África.
Pero África no se convirtió en el paraíso con esta filosofía, del mismo modo, que en las sociedades cristianas se sucedieron también terribles acontecimientos.
¿Cómo sería perdonar a los perpetradores?
Mucha gente común vino a dejar sus testimonios:
Un pastor dijo que había perdido su plenitud aquel día en que la policía entró en su casa y llevó a su hijo. “Actuaron de un modo terriblemente inhumano, ni siquiera una hiena lo haría tan cruelmente como ellos lo hicieron. Habían perdido su humanidad”.
Una madre dijo que:
“Si la reconciliación significa que el perpetrador que mató a mi hijo, vuelva a ser humano y que nosotros también podamos volver a ser humanos, entonces realmente estoy de acuerdo con la reconciliación y la soporto”.
“Soy un ser humano. Necesito perdonar para poder seguir con vida.”
Hay que ayudar a los perpetradores para que puedan volver a ser humanos.
Ese es un concepto totalmente contrario al concepto de la venganza en el pensamiento de la post Guerra Mundial. Quienes quieren la venganza, no saben que hay que devolverle al perpetrador su humanidad.
Este concepto quiere devolver al perpetrador su humanidad para poder ser humano también. Ellos saben que necesitan al perpetrador. Saben que cuando matan al perpetrador, destruyen la oportunidad de volver a ser humanos para siempre. Anulan la oportunidad para sí mismos y para el perpetrador. Y de esta manera la sociedad se congela en inhumanidad.
Una poeta africana dice que no puede ser lo que dice Derrida, que ésta es una opinión que no ayuda a nadie. Al contrario, el perdón tendría que ser un hecho normal. Y una sociedad tendría que hacer un esfuerzo para encontrar posibilidades de reconciliación y ayudar a que se logren. Tendríamos que dedicarnos a esas preguntas filosóficas, porque somos en primer lugar seres humanos y no ideas. Entonces tenemos que encontrar un lenguaje para un diálogo de compromiso y tolerancia.
Se muestra que las víctimas quieren hablar con el perpetrador y también el perpetrador quiere hablar con las victimas. ¿Por qué quiere hablar con las víctimas un perpetrador que mató a una persona o destruyó un pueblo con bombas, o torturó un niño?
La autora da cinco razones que están penetradas por el sentido del “ubuntu” aunque no lo mencione explícitamente:
1. porque hay algo en el perpetrador que uno encuentra también en sí mismo. Es peligroso declarar al perpetrador como “un monstruo inhumano”. Si negamos su humanidad y lo consideramos solamente malo, nosotros también somos malos y nunca más salimos de este círculo de violencia.
2. La víctima necesita perdonar como parte del proceso de la humanidad, es decir, volver a re-humanizarse. Necesita completarse y deshacerse del miedo de la destrucción, que le llegó a través del perpetrador. No puede seguir viviendo con el odio en su corazón. Perdonar al perpetrador, aunque éste no quiera, significa quitarle este poder que tuvo sobre ti.
3. El perdón trasforma la imagen de la víctima como sujeto en la víctima como ser humano. De esta manera la víctima vuelve ser humana. Por eso las víctimas quieren saber, cuáles fueron las últimas palabras del hijo, qué hizo, cómo miraba, etc. Forzando al perpetrador a que piense en términos humanos, y recordar que la víctima lloraba, que tuvo una madre, recordar su dolor y su desesperación, todo esto hace conectar al perpetrador con su propia humanidad. Cuanto más reconoce el dolor el perpetrador puede reinstalar la memoria humana.
4. La víctima toma ahora el lugar de aquel que decide sobre buenos y malos. Readmisión. Diciendo que no puedo y no quiero devolver el daño que he recibido a través del perpetrador, puede poner a la víctima en el lugar de sentirse mejor que el perpetrador. Y éste es exactamente el crimen de la víctima.
5. Poner al perpetrador en el lugar del monstruo es dejarlo salir fácilmente. Hay que confrontarlo con su propia inhumanidad y hacerlo reflexionar sobre su posición entre monstruo y ser humano y dejarlo negociar entre el castigo y la reconciliación.
Y esto lleva a la conclusión que una sociedad puede sanarse con estos compromisos.
Resumiendo quiero decir que la Comisión de la Verdad y Reconciliación no tiene sus raíces en el cristianismo, sino en el concepto de la plenitud (Completud).
En nuestra Comisión tratábamos a las victimas de ambos bandos: los que lucharon contra el apartheid y los que lucharon para el apartheid y también a los perpetradores.
Además individualizamos la amnistía, no la generalizamos. Les dimos a los perpetradores la oportunidad de re-negociar su humanidad. ¿Qué han hecho mientras para volver a ser humanos?
Ahora necesito dirigir la mirada a los hechos en Europa y especialmente aquí en Alemania, donde nos encontramos en este momento.
El concepto del individualismo es el más moderno en el mundo.Trae el intento de independizar al individuo de cualquier dependencia comunitaria, dice que no hay desarrollo sin individualismo.
¿Por qué no podemos entrar en un diálogo con Bin Laden o con Bush o con Hitler, en concepto de encontrar una posibilidad de reparar la totalidad? Cómo podríamos hacer que las víctimas entraran en un diálogo con sus perpetradores para poder volver a la plenitud?¿Existen estos espacios entre víctimas y perpetradores? Cuando haya un perdón para Bin Laden, Bush o Hitler, podremos preguntarles qué han hecho mientras o qué están haciendo ahora, para restaurar la humanidad?
África podría decir al primer mundo:
Ustedes se han hecho con la riqueza de África. Han desarrollado sus ciencias y sus matemáticas con la sabiduría anciana de África. Sus más importantes movimientos artísticos fueron inspirados en las artes africanas. Su riqueza se ha construido con los recursos de nuestra tierra y con nuestros trabajadores.
En realidad, ustedes han tomado mucho de nosotros. Y han dejado solamente herencias de saqueos y colonialismo. Ustedes han perdido su humanidad hace mucho tiempo. Y porque ustedes son completamente inhumanos, África lo tiene difícil para ser humano. Ustedes nos necesitan, no para explorarnos sino para volver a ser humanos.
No importa desde dónde miramos, en todos los casos surge la pregunta acerca de cómo tratar los hechos de incomprensible horror e injusticia, como por ejemplo los acaecidos en el Holocausto y otros.
Recorriendo toda la discusión en la Comisión de Verdad y Reconciliación (Truth and Reconcilation Comission, TRC) podemos decir que uno no puede perdonar la muerte en nombre del muerto. No se puede perdonar lo imperdonable. ¿Cómo podríamos perdonarlo? No está en nuestro poder ni en nuestras manos ni en nuestra capacidad.
Según Jaques Derrida, perdonar no debería ser algo común ni normativo, tendría que permanecer excepcional y extraordinario, enfrentando lo imposible. Porque está interrumpiendo la corriente histórica de la temporalidad. No estamos acostumbrados a perdonar. Y cuando se logra un perdón es un milagro y hay que tratarlo de esta manera.
Para comprender el proceso transitado por la Comisión de Verdad y Reconciliación en África, quiero explorar su trasfondo.
Se preguntaron asombrados ¿por qué los 14 millones africanos negros no lucharon contra esta opresión durante tantos años?
Se encontraron con muchos rumores como respuestas: porque el arzobispo Tutu y Mandela obligaron a la gente a aceptarlo, o porque la gente prefirió someterse o bien porque no tuvo la fuerza necesaria para rebelarse, etc.
Para intentar contestar esta pregunta hay que mirar:
En primer lugar, los valores de la religión tradicional africana y valores cristianos como la salvación, el pecado y el mal.
En segundo lugar, cómo influenciaron esas raíces a los líderes intelectuales del África negra.
Por último, de qué manera esas raíces generaron un cambio radical en el pensamiento científico, especialmente para la Comisión de la Verdad.
Arriesgando una simplificación, hago una distinción entre la cultura eurocéntrica que cuenta con 25 siglos de cultura griega, manifestados en la filosofía, con la cultura romana que trajo la jurisprudencia y luego el cristianismo que originó múltiples religiones. Esa cultura da prioridad al individualismo y se considera universal, es decir, que los europeos consideran que estos valores tendrían que estar aplicados a todo el mundo. Viniendo de otro continente me parece muy extraña esta postura, pero es que la gente en Europa cree realmente, que ellos tienen los valores verdaderos y no pueden entender que haya otros.
La tensión entre lo particular y lo universal tiene que ser resuelta desde lo particular en la tradición europea y esto les parece obvio.
La visión afro-céntrica reflexiona sobre la cultura a través de formas simbólicas y tiene valores como el reconocimiento y el respeto (físico y espiritual), los cuentos de transmisión oral y escrita, la artesanía, la pluralidad de religiones e idiomas. Esta cultura pone el énfasis en la comunidad y valora a la persona en su contexto social.
La persona es una persona a través de otras personas. La palabra que usan para esta comprensión “ubuntu” no es entendida por los blancos. Pero contiene todos los valores y forma el concepto que tienen sobre el mundo. La gente negra lo tiene intrínsecamente incorporado, pero la gente blanca tiene que hacer un esfuerzo enorme para poder entenderlo.
Ahora miremos los valores como el pecado, el mal y la salvación en la cultura africana.
Según un teólogo importante africano, la espiritualidad de la cultura está basada en el concepto de la completud e integridad de la vida. Sus diferentes áreas como la religión, la espiritualidad, la materialidad y las demás no se pueden comprender aisladas. Todas están interrelacionadas. Esta mirada holística es muy importante para el entendimiento del concepto africano de la salvación.
La salvación en la cultura africana tradicional nunca puede estar puesta en una persona o en una parte. La salvación está puesta en el todo, en el cosmos. No está puesto en el individuo. Hay una interacción entre el todo y todos. Como el cielo, los animales y el aire entran en interacción con el ser humano y viceversa. Es decir, que la naturaleza de la salvación africana es mucho más amplia que en otras religiones occidentales y existe desde mucho antes que llegara mediante la doctrina cristiana al África. Para los africanos la palabra salvación es sinónimo de reconciliación.
Buthulezi dice que la salvación está dirigida hacia la restauración de la plenitud. Las palabras “pecado” y “mal” no tienen significado en la cultura africana.
Malo es solamente lo que pone en peligro la totalidad. El pecado se entiende solamente con respecto a las consecuencias. Si las consecuencias de un acto causan un mal para el cosmos, se puede considerar malo. Si no, no se habla del mal o del pecado. Lo peor es vivir en completo desacuerdo con los otros, esto es realmente malo.
Entonces, la salvación no es una cuestión del perdón, sino de la reparación de las partes destruidas de la relación o de la sociedad, para volver a la plenitud, y esto en la vida y no después de ella. Y para hacer la vida plena cada uno tiene que aportar su potencial. Salvación significa entonces que todos tenemos la obligación de curar nuestras heridas.
El concepto de la salvación viene de la religión cristiana: tienes que perdonar porque Dios ha perdonado, pero en la cultura africana no existe esa forma de salvación.
Según Tutu, sólo uno puede vivir humanamente en una sociedad humana. Si uno vive con odio en su corazón se deshumaniza a sí mismo, al otro y también a la sociedad. No se puede pensar al ser humano independientemente. Vivir significa estar involucrado.
Vivir, ser, significa participar. Ningún acto es equivocado por sí. Robar o matar no es intrínsecamente incorrecto, sino porque Dios así lo dice. Solamente es incorrecto, cuando destruye la plenitud del ser y de la comunidad. El interés en la salvación proviene únicamente del deseo de reparar la totalidad.
Entonces, los testimonios presentados ante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación tuvieron dos metas: describir como la completud fue destruida y por otro lado, cuestionar la humanidad de los perpetradores.
Y había una mujer que lloraba y dijo: “ni siquiera matarías un perro de esta manera, ni siquiera un pato, un patito porque uno tiene también sentimientos para un perro o un pato. Pero ni siquiera los trataron a nuestros hijos como patos. Con otras palabras: que no hubo nada en mis hijos que les hiciera recordar la propia humanidad, y esto muestra que han perdido su humanidad. Y porque tú has perdido tu humanidad, yo he perdido la mía.”
Diferencias en las culturas con respecto al trabajo:
la cultura europea que sigue la meta: hacer lo menos posible por la mayor cantidad de dinero posible. Ésta se opone a la cultura africana que dice: hacer algo significa hacer algo que es bueno para todos. El beneficio debe ser para todos. Uno no trabaja por su propio beneficio.
También hay dos palabras para “alma”,
Moya: es algo como el alma que une a tu cuerpo y cuando te vas, se retira el alma.
Pero también tienes un alma sombra: Seriti, la que tiene que estar fortalecida durante la vida, con rituales y reparaciones que uno hace para la sociedad.
Cuando llegaron los misioneros en el siglo XVIII, dividieron la sociedad en fieles y herejes. Entonces un negro creyente no permitió la entrada a otro negro hereje en su casa. Y de esta manera el “ubuntu” fue interrumpido. Cien años más tarde llegaron los extranjeros. Y ahora surge la pregunta: qué podemos hacer con los extranjeros en la sociedad, para no lastimar al “ubuntu”. Y aquí el “ubuntu” significa hospitalidad.
Entonces, uno es a través del otro y también necesitamos al extranjero para ser uno. Siempre hay alguien que está excluido y la tarea es recordar e incluir. La cultura africana incluye que cada uno tiene que ser abogado para alguien excluido, integrarlo y hacerlo miembro de la sociedad.
Nelson Mandela dio la mano a los blancos siguiendo el concepto de la integración. Porque todos los que estaban en Sudáfrica constituían la totalidad (plenitud, completud) de Sudáfrica. Y tratándolos como seres humanos pudo asegurar la humanidad de toda África.
Pero África no se convirtió en el paraíso con esta filosofía, del mismo modo, que en las sociedades cristianas se sucedieron también terribles acontecimientos.
¿Cómo sería perdonar a los perpetradores?
Mucha gente común vino a dejar sus testimonios:
Un pastor dijo que había perdido su plenitud aquel día en que la policía entró en su casa y llevó a su hijo. “Actuaron de un modo terriblemente inhumano, ni siquiera una hiena lo haría tan cruelmente como ellos lo hicieron. Habían perdido su humanidad”.
Una madre dijo que:
“Si la reconciliación significa que el perpetrador que mató a mi hijo, vuelva a ser humano y que nosotros también podamos volver a ser humanos, entonces realmente estoy de acuerdo con la reconciliación y la soporto”.
“Soy un ser humano. Necesito perdonar para poder seguir con vida.”
Hay que ayudar a los perpetradores para que puedan volver a ser humanos.
Ese es un concepto totalmente contrario al concepto de la venganza en el pensamiento de la post Guerra Mundial. Quienes quieren la venganza, no saben que hay que devolverle al perpetrador su humanidad.
Este concepto quiere devolver al perpetrador su humanidad para poder ser humano también. Ellos saben que necesitan al perpetrador. Saben que cuando matan al perpetrador, destruyen la oportunidad de volver a ser humanos para siempre. Anulan la oportunidad para sí mismos y para el perpetrador. Y de esta manera la sociedad se congela en inhumanidad.
Una poeta africana dice que no puede ser lo que dice Derrida, que ésta es una opinión que no ayuda a nadie. Al contrario, el perdón tendría que ser un hecho normal. Y una sociedad tendría que hacer un esfuerzo para encontrar posibilidades de reconciliación y ayudar a que se logren. Tendríamos que dedicarnos a esas preguntas filosóficas, porque somos en primer lugar seres humanos y no ideas. Entonces tenemos que encontrar un lenguaje para un diálogo de compromiso y tolerancia.
Se muestra que las víctimas quieren hablar con el perpetrador y también el perpetrador quiere hablar con las victimas. ¿Por qué quiere hablar con las víctimas un perpetrador que mató a una persona o destruyó un pueblo con bombas, o torturó un niño?
La autora da cinco razones que están penetradas por el sentido del “ubuntu” aunque no lo mencione explícitamente:
1. porque hay algo en el perpetrador que uno encuentra también en sí mismo. Es peligroso declarar al perpetrador como “un monstruo inhumano”. Si negamos su humanidad y lo consideramos solamente malo, nosotros también somos malos y nunca más salimos de este círculo de violencia.
2. La víctima necesita perdonar como parte del proceso de la humanidad, es decir, volver a re-humanizarse. Necesita completarse y deshacerse del miedo de la destrucción, que le llegó a través del perpetrador. No puede seguir viviendo con el odio en su corazón. Perdonar al perpetrador, aunque éste no quiera, significa quitarle este poder que tuvo sobre ti.
3. El perdón trasforma la imagen de la víctima como sujeto en la víctima como ser humano. De esta manera la víctima vuelve ser humana. Por eso las víctimas quieren saber, cuáles fueron las últimas palabras del hijo, qué hizo, cómo miraba, etc. Forzando al perpetrador a que piense en términos humanos, y recordar que la víctima lloraba, que tuvo una madre, recordar su dolor y su desesperación, todo esto hace conectar al perpetrador con su propia humanidad. Cuanto más reconoce el dolor el perpetrador puede reinstalar la memoria humana.
4. La víctima toma ahora el lugar de aquel que decide sobre buenos y malos. Readmisión. Diciendo que no puedo y no quiero devolver el daño que he recibido a través del perpetrador, puede poner a la víctima en el lugar de sentirse mejor que el perpetrador. Y éste es exactamente el crimen de la víctima.
5. Poner al perpetrador en el lugar del monstruo es dejarlo salir fácilmente. Hay que confrontarlo con su propia inhumanidad y hacerlo reflexionar sobre su posición entre monstruo y ser humano y dejarlo negociar entre el castigo y la reconciliación.
Y esto lleva a la conclusión que una sociedad puede sanarse con estos compromisos.
Resumiendo quiero decir que la Comisión de la Verdad y Reconciliación no tiene sus raíces en el cristianismo, sino en el concepto de la plenitud (Completud).
En nuestra Comisión tratábamos a las victimas de ambos bandos: los que lucharon contra el apartheid y los que lucharon para el apartheid y también a los perpetradores.
Además individualizamos la amnistía, no la generalizamos. Les dimos a los perpetradores la oportunidad de re-negociar su humanidad. ¿Qué han hecho mientras para volver a ser humanos?
Ahora necesito dirigir la mirada a los hechos en Europa y especialmente aquí en Alemania, donde nos encontramos en este momento.
El concepto del individualismo es el más moderno en el mundo.Trae el intento de independizar al individuo de cualquier dependencia comunitaria, dice que no hay desarrollo sin individualismo.
¿Por qué no podemos entrar en un diálogo con Bin Laden o con Bush o con Hitler, en concepto de encontrar una posibilidad de reparar la totalidad? Cómo podríamos hacer que las víctimas entraran en un diálogo con sus perpetradores para poder volver a la plenitud?¿Existen estos espacios entre víctimas y perpetradores? Cuando haya un perdón para Bin Laden, Bush o Hitler, podremos preguntarles qué han hecho mientras o qué están haciendo ahora, para restaurar la humanidad?
África podría decir al primer mundo:
Ustedes se han hecho con la riqueza de África. Han desarrollado sus ciencias y sus matemáticas con la sabiduría anciana de África. Sus más importantes movimientos artísticos fueron inspirados en las artes africanas. Su riqueza se ha construido con los recursos de nuestra tierra y con nuestros trabajadores.
En realidad, ustedes han tomado mucho de nosotros. Y han dejado solamente herencias de saqueos y colonialismo. Ustedes han perdido su humanidad hace mucho tiempo. Y porque ustedes son completamente inhumanos, África lo tiene difícil para ser humano. Ustedes nos necesitan, no para explorarnos sino para volver a ser humanos.
COMO FERMENTO - JOSÉ ANTONIO PAGOLA
ECLESALIA, 13/07/11.- Con una audacia desconocida, Jesús sorprendió a todos proclamando lo que ningún profeta de Israel se había atrevido a decir: "Ya está aquí Dios con su fuerza creadora de justicia abriéndose camino en el mundo para hacer la vida de sus hijos más humana y dichosa". Es necesario cambiar. Hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios está llegando.
Jesús hablaba con pasión. Muchos se sentían atraídos por sus palabras. En otros surgían no pocas dudas. ¿No era todo una locura? ¿Dónde se podía ver la fuerza de Dios transformando el mundo? ¿Quién podía cambiar el poderoso imperio de Roma?
Un día Jesús contó una parábola muy breve. Es tan pequeña y humilde que, muchas veces, ha pasado desapercibida para los cristianos. Dice así: «Con el reino de Dios sucede como con la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado».
Aquella gente sencilla sabía de qué les estaba hablando Jesús. Todos habían visto a sus madres elaborar el pan en el patio de su casa. Sabían que la levadura queda "escondida", pero no permanece inactiva. De manera callada y oculta lo va fermentando todo desde dentro. Así está Dios actuando desde el interior de la vida.
Dios no se impone desde fuera, sino que transforma a las personas desde dentro. No domina con su poder, sino atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Poco a poco, aprenderemos a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Ya no cultivaremos tantos deseos de poder ni de prestigio. No gastaremos nuestras fuerzas en grandes operaciones de imagen. Buscaremos lo esencial. Caminaremos en la verdad de Jesús.
Siguiendo sus deseos, trataremos de vivir como "fermento" de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de "sal" que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna. Contagiaremos en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Pasaremos la vida haciendo el bien. Como Jesús.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Jesús hablaba con pasión. Muchos se sentían atraídos por sus palabras. En otros surgían no pocas dudas. ¿No era todo una locura? ¿Dónde se podía ver la fuerza de Dios transformando el mundo? ¿Quién podía cambiar el poderoso imperio de Roma?
Un día Jesús contó una parábola muy breve. Es tan pequeña y humilde que, muchas veces, ha pasado desapercibida para los cristianos. Dice así: «Con el reino de Dios sucede como con la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado».
Aquella gente sencilla sabía de qué les estaba hablando Jesús. Todos habían visto a sus madres elaborar el pan en el patio de su casa. Sabían que la levadura queda "escondida", pero no permanece inactiva. De manera callada y oculta lo va fermentando todo desde dentro. Así está Dios actuando desde el interior de la vida.
Dios no se impone desde fuera, sino que transforma a las personas desde dentro. No domina con su poder, sino atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Poco a poco, aprenderemos a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Ya no cultivaremos tantos deseos de poder ni de prestigio. No gastaremos nuestras fuerzas en grandes operaciones de imagen. Buscaremos lo esencial. Caminaremos en la verdad de Jesús.
Siguiendo sus deseos, trataremos de vivir como "fermento" de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de "sal" que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna. Contagiaremos en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Pasaremos la vida haciendo el bien. Como Jesús.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
martes, 12 de julio de 2011
Doce millones de niños cantarán "cumpleaños feliz" a Mandela .
Más de 12 millones de niños sudafricanos cantarán el "cumpleaños feliz" de manera simultánea desde sus colegios al expresidente Nelson Mandela el próximo 18 de julio, día en el que el primer gobernante negro de Sudáfrica cumplirá 93 años.
La melodía elegida une el tradicional "cumpleaños feliz" con una canción popular sudafricana que ensalza la figura de Mandela, según la emisora Talk Radio, que participa junto a otros medios locales en la iniciativa.
La canción será retransmitida a través de las 18 emisoras y los 3 canales del grupo mediático público SABC, informó hoy el servicio de información gubernamental, BuaNews.
A las ocho de la mañana del lunes, todos los colegios del país izarán la bandera nacional, verán una presentación sobre la figura de Mandela y después cantarán la canción para el Premio Nobel de la Paz 1993.
La celebración este año se llevará a cabo en el estadio de Giyani, en la provincia sudafricana de Limpopo (norte), y contará con la presencia del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma , y la del vicepresidente, Kgalema Motlanthe.
Mandela pasará su cumpleaños en su casa de Houghton, Johannesburgo, acompañado por 90 niños sudafricanos, 10 por cada provincia del país.
Ceremonia. El Día de Mandela es un evento de proyección internacional que, en el nacimiento del expresidente, propone a los ciudadanos que dediquen 67 minutos de su vida a actos que emulen el espíritu del exgobernante sudafricano, que dedicó 67 años de su vida a combatir el apartheid.
El régimen de segregación racial impuesto por la minoría blanca sudafricana o apartheid -por su nombre en el idioma afrikaans-, comenzó su apertura en 1990, con la puesta en libertad de Nelson Mandela , y se prolongó hasta el año 1994, cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas en el país.
Agencia EFE
La melodía elegida une el tradicional "cumpleaños feliz" con una canción popular sudafricana que ensalza la figura de Mandela, según la emisora Talk Radio, que participa junto a otros medios locales en la iniciativa.
La canción será retransmitida a través de las 18 emisoras y los 3 canales del grupo mediático público SABC, informó hoy el servicio de información gubernamental, BuaNews.
A las ocho de la mañana del lunes, todos los colegios del país izarán la bandera nacional, verán una presentación sobre la figura de Mandela y después cantarán la canción para el Premio Nobel de la Paz 1993.
La celebración este año se llevará a cabo en el estadio de Giyani, en la provincia sudafricana de Limpopo (norte), y contará con la presencia del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma , y la del vicepresidente, Kgalema Motlanthe.
Mandela pasará su cumpleaños en su casa de Houghton, Johannesburgo, acompañado por 90 niños sudafricanos, 10 por cada provincia del país.
Ceremonia. El Día de Mandela es un evento de proyección internacional que, en el nacimiento del expresidente, propone a los ciudadanos que dediquen 67 minutos de su vida a actos que emulen el espíritu del exgobernante sudafricano, que dedicó 67 años de su vida a combatir el apartheid.
El régimen de segregación racial impuesto por la minoría blanca sudafricana o apartheid -por su nombre en el idioma afrikaans-, comenzó su apertura en 1990, con la puesta en libertad de Nelson Mandela , y se prolongó hasta el año 1994, cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas en el país.
Agencia EFE
lunes, 11 de julio de 2011
La resiliencia - Arnaldo Pérez Wat
Del latín resilio (saltar hacia atrás, volver, rebotar) sale la palabra resiliens (resistencia), que da origen al término tecnológico resiliencia. Ésta expresa el procedimiento que se usa en el ensayo de materiales aumentándole la carga, de golpe o lentamente, para medir su capacidad de resistir.
En Psicología, el término define, entre otros conceptos, lo que ya trae el individuo sobre el que hay que actuar; esto es, su naturaleza o su herencia, además de sus condiciones de vida e, incluso, su medio social.
Podríamos agregar que es la ciencia explicativa del comportamiento humano que proporciona hipótesis agudas para superar determinados traumas. Así, reiterando, la resiliencia resulta la habilidad para enfrentar de manera eficaz y adecuada experiencias adversas traumáticas, canalizando atributos y habilidades innatas.
Y así como hay material de hierro, vidrio, madera, etcétera, existen individuos de distinto temperamento y carácter. Los de carácter fuerte o de gran voluntad pueden crear totalmente las condiciones del medio de las que tienen necesidad y llegar a ser grandes figuras. Desde luego, no es fácil cambiar el carácter, como lo dice el refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”.
La herencia y el ambiente son vitales; por ello, los especialistas destacan la necesidad de trabajar con niños pequeños.
Si tuviésemos que definir el agente de esta ciencia o técnica con una sola palabra, consignaríamos voluntad, que es una de las tres facultades del alma. Las otras son el pensamiento (razón) y el sentimiento. Respecto a esta última, no deben perderse de vista la autoestima, la amistad, el amor, la responsabilidad.
Para apoyar a la razón, se estudia la autonomía, el autocontrol y la observación de sí mismo. Y la voluntad –que para Juan Jacobo Rousseau y Federico Nietzsche es la facultad más importante de la conciencia– es capital para tratar la frustración, el enojo y el dolor, además también de la autoestima.
Una dura prueba. Volviendo a la comparación, imperfecta como la mayoría, el mazazo para probar la resistencia ejemplifica un caso que todos hemos presenciado alguna vez.
Nos referimos a padres con un hijo con síndrome de Down. Al principio, en un mar de lágrimas, deseando que Dios hiciese retroceder el tiempo un año, todo les pareció negativo. Al comparar su niño con los demás, sintieron que su lucha era distinta de todas las otras y para el resto de la vida. La voluntad dirigida por la razón, por lo general con la ayuda de terceros, fue aquí, al principio, el arma principal de combate. Pasados unos años, vuelven a sonreír al ver a su pequeño correr por el parque. Porque el motor de tamaña voluntad fue aquí un sentimiento: el amor.
Si apareciese Dios ofreciéndoles retroceder a un tiempo anterior al nacimiento, no aceptarían, como no aceptarían tampoco cambiarlo por otro, porque gracias a ese hijo han tejido un fuerte lazo de amor y han descubierto que se ocultaba en el fondo de sus almas una indestructible fuerza moral y muchas virtudes que no hubiesen salido a la luz y que ahora adornan su vida.
De aquí suele inferirse otra definición de resiliencia: el procedimiento que sacrifica muchos deseos y encauza otros, para colocar en la cúspide –como resultado– un deseo más valioso y constructivo.
Nos queda por tratar cómo se practica la resiliencia; si basta un libro de autoayuda o bien si es menester el apoyo de maestros, de un psicólogo, un analista, un psiquiatra, o formando grupos de apoyo.
Fuente: La Voz del Interior
En Psicología, el término define, entre otros conceptos, lo que ya trae el individuo sobre el que hay que actuar; esto es, su naturaleza o su herencia, además de sus condiciones de vida e, incluso, su medio social.
Podríamos agregar que es la ciencia explicativa del comportamiento humano que proporciona hipótesis agudas para superar determinados traumas. Así, reiterando, la resiliencia resulta la habilidad para enfrentar de manera eficaz y adecuada experiencias adversas traumáticas, canalizando atributos y habilidades innatas.
Y así como hay material de hierro, vidrio, madera, etcétera, existen individuos de distinto temperamento y carácter. Los de carácter fuerte o de gran voluntad pueden crear totalmente las condiciones del medio de las que tienen necesidad y llegar a ser grandes figuras. Desde luego, no es fácil cambiar el carácter, como lo dice el refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”.
La herencia y el ambiente son vitales; por ello, los especialistas destacan la necesidad de trabajar con niños pequeños.
Si tuviésemos que definir el agente de esta ciencia o técnica con una sola palabra, consignaríamos voluntad, que es una de las tres facultades del alma. Las otras son el pensamiento (razón) y el sentimiento. Respecto a esta última, no deben perderse de vista la autoestima, la amistad, el amor, la responsabilidad.
Para apoyar a la razón, se estudia la autonomía, el autocontrol y la observación de sí mismo. Y la voluntad –que para Juan Jacobo Rousseau y Federico Nietzsche es la facultad más importante de la conciencia– es capital para tratar la frustración, el enojo y el dolor, además también de la autoestima.
Una dura prueba. Volviendo a la comparación, imperfecta como la mayoría, el mazazo para probar la resistencia ejemplifica un caso que todos hemos presenciado alguna vez.
Nos referimos a padres con un hijo con síndrome de Down. Al principio, en un mar de lágrimas, deseando que Dios hiciese retroceder el tiempo un año, todo les pareció negativo. Al comparar su niño con los demás, sintieron que su lucha era distinta de todas las otras y para el resto de la vida. La voluntad dirigida por la razón, por lo general con la ayuda de terceros, fue aquí, al principio, el arma principal de combate. Pasados unos años, vuelven a sonreír al ver a su pequeño correr por el parque. Porque el motor de tamaña voluntad fue aquí un sentimiento: el amor.
Si apareciese Dios ofreciéndoles retroceder a un tiempo anterior al nacimiento, no aceptarían, como no aceptarían tampoco cambiarlo por otro, porque gracias a ese hijo han tejido un fuerte lazo de amor y han descubierto que se ocultaba en el fondo de sus almas una indestructible fuerza moral y muchas virtudes que no hubiesen salido a la luz y que ahora adornan su vida.
De aquí suele inferirse otra definición de resiliencia: el procedimiento que sacrifica muchos deseos y encauza otros, para colocar en la cúspide –como resultado– un deseo más valioso y constructivo.
Nos queda por tratar cómo se practica la resiliencia; si basta un libro de autoayuda o bien si es menester el apoyo de maestros, de un psicólogo, un analista, un psiquiatra, o formando grupos de apoyo.
Fuente: La Voz del Interior
sábado, 9 de julio de 2011
Sobre el encuentro humano - Khalil Gibran
Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades, sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida.
Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros y estar dispuesto a entregarse. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto.
Que no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien. Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes, hasta que me hieran.
Déjame ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana. Me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia, mañana, quién sabe, yo seré menos tonto.
Cuando dos personas se encuentran deben ser como dos lirios acuáticos que se abren de lado a lado, cada cual mostrando su corazón dorado, y reflejando el lago, las nubes y los cielos.
No logro entender por qué un encuentro genera lo contrario de esto: corazones cerrados y temor a los sufrimientos.
Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros y estar dispuesto a entregarse. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto.
Que no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien. Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes, hasta que me hieran.
Déjame ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana. Me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia, mañana, quién sabe, yo seré menos tonto.
Cuando dos personas se encuentran deben ser como dos lirios acuáticos que se abren de lado a lado, cada cual mostrando su corazón dorado, y reflejando el lago, las nubes y los cielos.
No logro entender por qué un encuentro genera lo contrario de esto: corazones cerrados y temor a los sufrimientos.
viernes, 8 de julio de 2011
De Dioses y Hombres - Héctor Godino
¿Qué puede tener en común el glamour del Festival de Cannes y el silencio de un monasterio enclavado al sur de la provincia de Buenos Aires? Relato de un encuentro singular.
Desde un centro comercial en Buenos Aires…
La noticia que una película interesante había sido premiada en la edición 2010 del Festival de Cannes llegó rápidamente a Alver y bastaron unos pocos datos, “es sobre unos monjes asesinados en Argelia”, para ponernos en movimiento. La presentación de la semana de Cannes en Buenos Aires en diciembre nos dio la oportunidad de verla. No nos quedaron dudas que DE DIOSES Y HOMBRES era una película excepcional, volviendo firme la decisión de ubicarla.
Luego de muchas averiguaciones dimos con Alejandro De Grazia, un joven distribuidor que confió en nosotros facilitándonos la copia antes de su estreno, ayudando de esta manera en su difusión. El lunes 30 de mayo, día del hallazgo de los restos de los monjes en Argelia, estábamos haciendo el avant premiére en una de las salas del Hoyts Abasto, conseguida por la atenta generosidad de algunos amigos.
Nosotros fuimos los primeros sorprendidos por un auditorio de lo más heterogéneo, donde se combinaban el secretario del Nuncio Apostólico, docentes universitarios, la directora de Amnistía Internacional en Argentina, periodistas de medios nacionales, sacerdotes con funciones en la Arquidiócesis, la responsable de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad, el director de la principal agencia católica de noticias y un diputado nacional con su esposa, entre otros.
El silencio conmovido y generalizado al finalizar, fue el testimonio del impacto que produjo la belleza de una película donde se mostraban a unos hombres, frágiles como todos, que deben decidir o, mejor, reconocer por quién dan su vida.
Pero esta nueva aventura que nos tocó protagonizar y nos hizo entrar en relación con personalidades de los más diversos ámbitos, nos tenía deparada algo aun más importante, abriendo nuestro horizonte hasta un lugar insospechado.
El Abad General de la orden Trapense al que tocó seguir todo el proceso del secuestro y posterior ejecución de estos mártires, resultó ser argentino y pertenecer al Monasterio Trapense de Azul. Le hicimos llegar una invitación, la reseña de lo sucedido y nuestra intención de conocerlo. Él agradeció todo esto y nos invitó al Monasterio. Sin dudarlo, fuimos a su encuentro.
…hasta un Monasterio en Azul
Si al padre Bernardo Olivera le pareció un poco extraño que viajáramos diez horas para verlo por sólo dos horas y media, mayor aún fue su sorpresa cuando vio aparecer la comitiva del centro cultural formada por nueve chicos y cinco adultos.
En un lugar dominado por el silencio, el canto de los monjes de la hora nona -con que comenzó nuestra estadía- resultaba una invitación a la memoria. Luego llegaría el momento de la entrevista.
El padre Bernardo, un monje de carácter afable y sereno, habla pausado, eligiendo cuidadosamente palabras sencillas atendiendo al auditorio juvenil. Relata hechos, en sus palabras no hay sobresaltos, tan sólo el espacio para festejar alguna ocurrencia.
Comienza describiendo la comunidad del monasterio de Nuestra Señora de Atlas, que conoció especialmente debido a su interés en el mundo islámico. Su prior, el padre Christian, “era una personalidad interesante, un idealista”, aun cuando a veces no se daba cuenta lo que sucedía alrededor, que “hablaba bien, capaz de reflexiones interesantes”. El padre Cristophe, maestro de novicios, “hizo un camino personal, un proceso de entrega desde su inicial resolución de quedarse en el monasterio hasta que fue secuestrado”.
Fundamentalmente le interesa resaltar el papel de la Iglesia local, tanto del recordado Cardenal Mons. Leon-Etienne Duval, quien asumió personalmente la defensa del monasterio años antes cuando se estaba decidiendo su cierre, como Mons. Henri Teissier, Arzobispo de Argel (luego de Mons. Duval) que siempre acompañó a la comunidad. Los visitó dos días después de la Navidad de 1993, cuando se produjo el ingreso de los guerrilleros al monasterio, para recordarles la importancia de su presencia para el resto de los cristianos y hacerles la propuesta de un retiro paulatino. “Él fue la figura clave cuando se produjeron los asesinatos”.
Todo parece muy simple de comprender y aceptar en boca de este hombre que vive nuevamente en su monasterio luego de tres períodos como abad general, durante los cuales tuvo la enorme responsabilidad de seguir el proceso junto a los sobrevivientes, negociar con el gobierno argelino, hablar con los familiares y, sobre todo, conducir los destinos de su Orden en esa hora tan particular.
La conversación con el p. Bernardo fue ganando confianza, por lo cual no tuvo inconvenientes cuando le preguntamos por su vocación, por qué se había hecho trapense. También ahora lo hizo narrando hechos. “Era el día 28 de junio de 1962, estaba cursando veterinaria y salí de casa para rendir un final. Me di cuenta de que algo estaba pasando. Todo en la calle era lo que era. Tomé el colectivo y en un momento percibí delante mío una presencia que me decía “sígueme”. No había tomado nada antes, era plenamente conciente. Me baje, fui a un bar y pedí una chocolatada para despejarme. Resolví salir y tomar el primer colectivo que pasara: si iba para mi casa, dejaba la carrera y trataba de comprender esa indicación, si no, seguía con mi vida. Pasó el que se dirigía a mi casa, volví y le dije a mi madre que había terminado la facultad. Estuve algunos días encerrado sin poder reponerme. Leí un libro de Thomas Merton que una amiga me había regalado y entendí que tenía que ser monje. Por una serie de circunstancias llegue a Azul, donde recientemente se habían establecido unos monjes trapenses. Cuando recorrí la arboleda de entrada tenía un solo pensamiento: había llegado a casa.”
Se hacía la hora de despedirnos y le dejamos algunas de nuestras publicaciones, junto con el libro de Sotoo, Libertad vertical, que agració especialmente, comenzando ahí mismo a hojearlo mientras le explicábamos nuestra relación con el escultor de la Sagrada Familia. Su bendición sobre todos nosotros y los alfajores que les regaló a los chicos, marcaron el momento del retorno.
Es así como nuestro centro cultural, acostumbrado a las presentaciones públicas en lugares absolutamente laicos, en el término de pocos meses fue conducido al interior de la Iglesia misma, presentando la obra de Eliot en dos Catedrales. Más aun, a su mismo corazón, el cual palpita no muy lejos donde estos hombres día tras día afirman, en la simplicidad de sus vidas, que el fondo último de la existencia consiste en la dependencia.
Fuente: CC Charles Peguy
Desde un centro comercial en Buenos Aires…
La noticia que una película interesante había sido premiada en la edición 2010 del Festival de Cannes llegó rápidamente a Alver y bastaron unos pocos datos, “es sobre unos monjes asesinados en Argelia”, para ponernos en movimiento. La presentación de la semana de Cannes en Buenos Aires en diciembre nos dio la oportunidad de verla. No nos quedaron dudas que DE DIOSES Y HOMBRES era una película excepcional, volviendo firme la decisión de ubicarla.
Luego de muchas averiguaciones dimos con Alejandro De Grazia, un joven distribuidor que confió en nosotros facilitándonos la copia antes de su estreno, ayudando de esta manera en su difusión. El lunes 30 de mayo, día del hallazgo de los restos de los monjes en Argelia, estábamos haciendo el avant premiére en una de las salas del Hoyts Abasto, conseguida por la atenta generosidad de algunos amigos.
Nosotros fuimos los primeros sorprendidos por un auditorio de lo más heterogéneo, donde se combinaban el secretario del Nuncio Apostólico, docentes universitarios, la directora de Amnistía Internacional en Argentina, periodistas de medios nacionales, sacerdotes con funciones en la Arquidiócesis, la responsable de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad, el director de la principal agencia católica de noticias y un diputado nacional con su esposa, entre otros.
El silencio conmovido y generalizado al finalizar, fue el testimonio del impacto que produjo la belleza de una película donde se mostraban a unos hombres, frágiles como todos, que deben decidir o, mejor, reconocer por quién dan su vida.
Pero esta nueva aventura que nos tocó protagonizar y nos hizo entrar en relación con personalidades de los más diversos ámbitos, nos tenía deparada algo aun más importante, abriendo nuestro horizonte hasta un lugar insospechado.
El Abad General de la orden Trapense al que tocó seguir todo el proceso del secuestro y posterior ejecución de estos mártires, resultó ser argentino y pertenecer al Monasterio Trapense de Azul. Le hicimos llegar una invitación, la reseña de lo sucedido y nuestra intención de conocerlo. Él agradeció todo esto y nos invitó al Monasterio. Sin dudarlo, fuimos a su encuentro.
…hasta un Monasterio en Azul
Si al padre Bernardo Olivera le pareció un poco extraño que viajáramos diez horas para verlo por sólo dos horas y media, mayor aún fue su sorpresa cuando vio aparecer la comitiva del centro cultural formada por nueve chicos y cinco adultos.
En un lugar dominado por el silencio, el canto de los monjes de la hora nona -con que comenzó nuestra estadía- resultaba una invitación a la memoria. Luego llegaría el momento de la entrevista.
El padre Bernardo, un monje de carácter afable y sereno, habla pausado, eligiendo cuidadosamente palabras sencillas atendiendo al auditorio juvenil. Relata hechos, en sus palabras no hay sobresaltos, tan sólo el espacio para festejar alguna ocurrencia.
Comienza describiendo la comunidad del monasterio de Nuestra Señora de Atlas, que conoció especialmente debido a su interés en el mundo islámico. Su prior, el padre Christian, “era una personalidad interesante, un idealista”, aun cuando a veces no se daba cuenta lo que sucedía alrededor, que “hablaba bien, capaz de reflexiones interesantes”. El padre Cristophe, maestro de novicios, “hizo un camino personal, un proceso de entrega desde su inicial resolución de quedarse en el monasterio hasta que fue secuestrado”.
Fundamentalmente le interesa resaltar el papel de la Iglesia local, tanto del recordado Cardenal Mons. Leon-Etienne Duval, quien asumió personalmente la defensa del monasterio años antes cuando se estaba decidiendo su cierre, como Mons. Henri Teissier, Arzobispo de Argel (luego de Mons. Duval) que siempre acompañó a la comunidad. Los visitó dos días después de la Navidad de 1993, cuando se produjo el ingreso de los guerrilleros al monasterio, para recordarles la importancia de su presencia para el resto de los cristianos y hacerles la propuesta de un retiro paulatino. “Él fue la figura clave cuando se produjeron los asesinatos”.
Todo parece muy simple de comprender y aceptar en boca de este hombre que vive nuevamente en su monasterio luego de tres períodos como abad general, durante los cuales tuvo la enorme responsabilidad de seguir el proceso junto a los sobrevivientes, negociar con el gobierno argelino, hablar con los familiares y, sobre todo, conducir los destinos de su Orden en esa hora tan particular.
La conversación con el p. Bernardo fue ganando confianza, por lo cual no tuvo inconvenientes cuando le preguntamos por su vocación, por qué se había hecho trapense. También ahora lo hizo narrando hechos. “Era el día 28 de junio de 1962, estaba cursando veterinaria y salí de casa para rendir un final. Me di cuenta de que algo estaba pasando. Todo en la calle era lo que era. Tomé el colectivo y en un momento percibí delante mío una presencia que me decía “sígueme”. No había tomado nada antes, era plenamente conciente. Me baje, fui a un bar y pedí una chocolatada para despejarme. Resolví salir y tomar el primer colectivo que pasara: si iba para mi casa, dejaba la carrera y trataba de comprender esa indicación, si no, seguía con mi vida. Pasó el que se dirigía a mi casa, volví y le dije a mi madre que había terminado la facultad. Estuve algunos días encerrado sin poder reponerme. Leí un libro de Thomas Merton que una amiga me había regalado y entendí que tenía que ser monje. Por una serie de circunstancias llegue a Azul, donde recientemente se habían establecido unos monjes trapenses. Cuando recorrí la arboleda de entrada tenía un solo pensamiento: había llegado a casa.”
Se hacía la hora de despedirnos y le dejamos algunas de nuestras publicaciones, junto con el libro de Sotoo, Libertad vertical, que agració especialmente, comenzando ahí mismo a hojearlo mientras le explicábamos nuestra relación con el escultor de la Sagrada Familia. Su bendición sobre todos nosotros y los alfajores que les regaló a los chicos, marcaron el momento del retorno.
Es así como nuestro centro cultural, acostumbrado a las presentaciones públicas en lugares absolutamente laicos, en el término de pocos meses fue conducido al interior de la Iglesia misma, presentando la obra de Eliot en dos Catedrales. Más aun, a su mismo corazón, el cual palpita no muy lejos donde estos hombres día tras día afirman, en la simplicidad de sus vidas, que el fondo último de la existencia consiste en la dependencia.
Fuente: CC Charles Peguy
jueves, 7 de julio de 2011
Orar...con Thomas Merton
Enséñame cómo ir a este país
que está más allá de las palabras y más allá de los nombres.
Enséñame a orar a este lado de la frontera,
aquí, donde están estos bosques.
Necesito que me guíes.
Necesito que conmuevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración.
Necesito que fortalezcas mi voluntad.
Necesito que salves y cambies el mundo.
Te necesito para todos los que sufren, para los encarcelados,
para los que están en peligro y en el dolor.
Te necesito para toda la gente enloquecida.
Necesito que tus manos sanadoras actúen constantemente en mi vida.
Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo,
un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar cada cual su río.
Te necesito, tanto vivo como muerto. Amén
Thomas Merton
que está más allá de las palabras y más allá de los nombres.
Enséñame a orar a este lado de la frontera,
aquí, donde están estos bosques.
Necesito que me guíes.
Necesito que conmuevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración.
Necesito que fortalezcas mi voluntad.
Necesito que salves y cambies el mundo.
Te necesito para todos los que sufren, para los encarcelados,
para los que están en peligro y en el dolor.
Te necesito para toda la gente enloquecida.
Necesito que tus manos sanadoras actúen constantemente en mi vida.
Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo,
un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar cada cual su río.
Te necesito, tanto vivo como muerto. Amén
Thomas Merton
miércoles, 6 de julio de 2011
Incendies : el único objeto del perdón es lo imperdonable (Jacques Derrida)
Incendies, film de sobrecogedora potencia y vigoroso impacto emocional, apunta a una coyuntura en que colisionan la tragedia familiar, el drama personal acerca de los propios orígenes y los vestigios de un sangriento conflicto político-religioso en un imaginario país de Medio Oriente. Si éste no es identificado es porque el canadiense Denis Villeneuve prefiere abstraerse de la realidad histórica -un campo minado, según suele calificárselo- y aspirar a una dimensión mítica. Las atrocidades de las guerras civiles son las mismas; similares el odio que se retroalimenta, el encarnizamiento de la lucha entre fundamentalismos, las tragedias que viven los que son alcanzados por ellas, combatientes o no.
El film, que promueve la reconciliación sin ahorrar crudeza en la descripción de los enfrentamientos, intenta descubrir el origen del odio concentrándose en un caso personal. La historia -tomada de una pieza teatral del canadiense de origen libanés Majdi Mouawad- ofrece el siempre eficaz formato de una investigación detectivesca, que en este caso se duplica porque por una parte avanza del presente hacia el pasado tratando de reconstruir una vida de la que poco se sabe y por otro, se asiste paralelamente a la descripción cronológica de los hechos tal como sucedieron: la terrible trayectoria de una mujer que ha sido víctima y también verdugo, que algunos se niegan a recordar y en otros ha dejado el recuerdo de su inagotable capacidad de resistencia y el canto con que se acompañaba en las largas jornadas de cárcel, interrogatorios y torturas.
Una breve escena pone en marcha la historia. Dos gemelos canadienses asisten a la lectura del testamento de su madre y se enteran que les ha dejado dos cartas que los muchachos deberán entregar a sus destinatarios en el país donde ella nació y pasó gran parte de su vida. Una es para el padre, que ellos creían muerto; la otra para un hermano mayor del que jamás habían tenido noticia. La muchacha decide viajar de inmediato: confía que esa travesía podrá ayudarla a explicar los enigmas que rodeaban a su madre y desentrañar su oscuro pasado. Su hermano la seguirá tiempo después, cuando ya la investigación haya desentrañado los primeros enigmas.
Como en los films de detectives, cada paso (cada lugar de la región que los hijos visitan en busca de algún rastro o de algún testimonio sobre su madre, sobre la identidad y el paradero del padre, o sobre el destino del presunto hermano) trae una nueva revelación. El hilo se tensa cada vez más, los descubrimientos destapan otros frutos, cada vez más amargos y desgarradores, del odio, hasta que por fin se desemboca en la tragedia.
Villeneuve ha hecho un admirable trabajo de adaptación. Debió encontrar una traducción visual suficientemente potente y sugestiva para reemplazar la contundencia y el lirismo de las palabras de Mouawad y contó para ello con el magnífico trabajo de la cámara, la precisión del montaje y la impresionante máscara de Lubna Azabal, cuya sensibilidad hace transparentes los mil estados extremos por los que atraviesa su personaje, del amor al odio y del martirio a la fiereza, sin ocultar tampoco sus contradicciones ni perder la coherencia a lo largo de un retrato que abarca treinta años. También son notables los desempeños de Melissa Desormeaux-Poulin y de Rémy Girard, el recordado protagonista de Las invasiones bárbaras.
Fuente: Fernando López para La Nación
El film, que promueve la reconciliación sin ahorrar crudeza en la descripción de los enfrentamientos, intenta descubrir el origen del odio concentrándose en un caso personal. La historia -tomada de una pieza teatral del canadiense de origen libanés Majdi Mouawad- ofrece el siempre eficaz formato de una investigación detectivesca, que en este caso se duplica porque por una parte avanza del presente hacia el pasado tratando de reconstruir una vida de la que poco se sabe y por otro, se asiste paralelamente a la descripción cronológica de los hechos tal como sucedieron: la terrible trayectoria de una mujer que ha sido víctima y también verdugo, que algunos se niegan a recordar y en otros ha dejado el recuerdo de su inagotable capacidad de resistencia y el canto con que se acompañaba en las largas jornadas de cárcel, interrogatorios y torturas.
Una breve escena pone en marcha la historia. Dos gemelos canadienses asisten a la lectura del testamento de su madre y se enteran que les ha dejado dos cartas que los muchachos deberán entregar a sus destinatarios en el país donde ella nació y pasó gran parte de su vida. Una es para el padre, que ellos creían muerto; la otra para un hermano mayor del que jamás habían tenido noticia. La muchacha decide viajar de inmediato: confía que esa travesía podrá ayudarla a explicar los enigmas que rodeaban a su madre y desentrañar su oscuro pasado. Su hermano la seguirá tiempo después, cuando ya la investigación haya desentrañado los primeros enigmas.
Como en los films de detectives, cada paso (cada lugar de la región que los hijos visitan en busca de algún rastro o de algún testimonio sobre su madre, sobre la identidad y el paradero del padre, o sobre el destino del presunto hermano) trae una nueva revelación. El hilo se tensa cada vez más, los descubrimientos destapan otros frutos, cada vez más amargos y desgarradores, del odio, hasta que por fin se desemboca en la tragedia.
Villeneuve ha hecho un admirable trabajo de adaptación. Debió encontrar una traducción visual suficientemente potente y sugestiva para reemplazar la contundencia y el lirismo de las palabras de Mouawad y contó para ello con el magnífico trabajo de la cámara, la precisión del montaje y la impresionante máscara de Lubna Azabal, cuya sensibilidad hace transparentes los mil estados extremos por los que atraviesa su personaje, del amor al odio y del martirio a la fiereza, sin ocultar tampoco sus contradicciones ni perder la coherencia a lo largo de un retrato que abarca treinta años. También son notables los desempeños de Melissa Desormeaux-Poulin y de Rémy Girard, el recordado protagonista de Las invasiones bárbaras.
Fuente: Fernando López para La Nación
martes, 5 de julio de 2011
Tres ejes vitales - Marcelo Polakoff , Rabino, miembro del Comipaz
Si los tuviera que dibujar, haría un cerebro, un corazón y una mano. ¿Por qué? Porque por allí trascurre gran parte de los ejes que atraviesan nuestra existencia y, de acuerdo al trato (o maltrato) que les demos, será así el resultado –si es que acaso se puede hablar de “resultado”– en lo que a la vida concierne.
De todos modos, no es una creación mía. Ya lo afirmaba, en el Tratado de Principios del Talmud, Rabi Shimon, el Justo. Él solía decir: “Sobre tres cosas el mundo se sostiene: la Torá, el culto y los actos de benevolencia”.
Este texto bimilenario, producto de la primera compilación de la Torá Oral que constituye la Mishná (finalizada en los comienzos del siglo III e.c.), es una muy buena base para contextualizar de qué estamos hablando.
Aquellos tres pilares que Rabi Shimon nos enseña siguen siendo, hasta la actualidad, el trípode sobre el cual no sólo debiera sostenerse el mundo en el sentido más amplio del término, sino también toda tarea comunitaria e, incluso, el microcosmos que representa cada ser humano.
La tríada. De esta manera, cuando nos referimos al primer pilar, es decir al de la Torá, no hacemos más que referirnos, en un sentido estricto, al estudio de los textos sagrados, pero en un sentido más abarcativo estaríamos refiriéndonos al aprendizaje en general, como una actitud constante de búsqueda de conocimiento. Se trata del desarrollo intelectual, de la ampliación de los horizontes, de la profundización del pensamiento y la reflexión.
La segunda columna es la del culto –en hebreo, avodá–, cuya mejor traducción sería “servicio”. ¿Y qué servicio?, preguntan nuestras fuentes, y se contestan: el servicio del corazón.
Estamos aquí en el plano de lo sensitivo, del desarrollo espiritual, del aumento de la conciencia. De lo que se trata es de conectarse con aquello que nos trasciende, con la presencia de lo inefable, del misterio, del asombro, la presencia de lo divino.
La tríada se completa con los actos de benevolencia, donde el eje inexorablemente ya se desprende de lo individual, para horizontalizarse y permitir la inclusión necesaria de un otro, de un prójimo que dé sentido a los dos ejes anteriores.
Estamos ante lo que podríamos denominar “desarrollo social”; nos hallamos en pleno ámbito de la ética en su sentido más concreto y práctico. El hacer es lo que convoca. En resumen, el pensar, el sentir y el hacer se complementan, en un equilibrio ideal, cuando cada uno de estos pilares es llevado a cabo en armonía con sus vecinos.
El mismo Maimónides señalaba que habría que invertir un tercio de nuestros esfuerzos en cada una de estas áreas para tener un desarrollo pleno del ser humano, entendido desde la tradición judía.
El cerebro, el corazón y la mano dispuestos a entrelazarse para lanzarse a la aventura cotidiana. Tal el desafío, a fin de que no nos perdamos en una existencia esquizofrénica, en la que no hacemos con la mano lo que sentimos con el corazón ni lo que creemos con la cabeza.
Hace unos pocos miles de años, el pueblo hebreo inventó un GPS especial para encontrar estas coordenadas de manera diaria. Se denomina “tefilín” y son dos pequeñas cajitas que en su interior contienen párrafos bíblicos y que en casi todo amanecer se atan con unas tiras de cuero alrededor de la cabeza, del brazo y la mano, y una de ellas se anuda en dirección al corazón. No garantizan que uno se encuentre. Pero al menos nos dan una pista bastante clara de por dónde hay que conducirse.
Fuente: La Voz del Interior (Córdoba, Argentina)
De todos modos, no es una creación mía. Ya lo afirmaba, en el Tratado de Principios del Talmud, Rabi Shimon, el Justo. Él solía decir: “Sobre tres cosas el mundo se sostiene: la Torá, el culto y los actos de benevolencia”.
Este texto bimilenario, producto de la primera compilación de la Torá Oral que constituye la Mishná (finalizada en los comienzos del siglo III e.c.), es una muy buena base para contextualizar de qué estamos hablando.
Aquellos tres pilares que Rabi Shimon nos enseña siguen siendo, hasta la actualidad, el trípode sobre el cual no sólo debiera sostenerse el mundo en el sentido más amplio del término, sino también toda tarea comunitaria e, incluso, el microcosmos que representa cada ser humano.
La tríada. De esta manera, cuando nos referimos al primer pilar, es decir al de la Torá, no hacemos más que referirnos, en un sentido estricto, al estudio de los textos sagrados, pero en un sentido más abarcativo estaríamos refiriéndonos al aprendizaje en general, como una actitud constante de búsqueda de conocimiento. Se trata del desarrollo intelectual, de la ampliación de los horizontes, de la profundización del pensamiento y la reflexión.
La segunda columna es la del culto –en hebreo, avodá–, cuya mejor traducción sería “servicio”. ¿Y qué servicio?, preguntan nuestras fuentes, y se contestan: el servicio del corazón.
Estamos aquí en el plano de lo sensitivo, del desarrollo espiritual, del aumento de la conciencia. De lo que se trata es de conectarse con aquello que nos trasciende, con la presencia de lo inefable, del misterio, del asombro, la presencia de lo divino.
La tríada se completa con los actos de benevolencia, donde el eje inexorablemente ya se desprende de lo individual, para horizontalizarse y permitir la inclusión necesaria de un otro, de un prójimo que dé sentido a los dos ejes anteriores.
Estamos ante lo que podríamos denominar “desarrollo social”; nos hallamos en pleno ámbito de la ética en su sentido más concreto y práctico. El hacer es lo que convoca. En resumen, el pensar, el sentir y el hacer se complementan, en un equilibrio ideal, cuando cada uno de estos pilares es llevado a cabo en armonía con sus vecinos.
El mismo Maimónides señalaba que habría que invertir un tercio de nuestros esfuerzos en cada una de estas áreas para tener un desarrollo pleno del ser humano, entendido desde la tradición judía.
El cerebro, el corazón y la mano dispuestos a entrelazarse para lanzarse a la aventura cotidiana. Tal el desafío, a fin de que no nos perdamos en una existencia esquizofrénica, en la que no hacemos con la mano lo que sentimos con el corazón ni lo que creemos con la cabeza.
Hace unos pocos miles de años, el pueblo hebreo inventó un GPS especial para encontrar estas coordenadas de manera diaria. Se denomina “tefilín” y son dos pequeñas cajitas que en su interior contienen párrafos bíblicos y que en casi todo amanecer se atan con unas tiras de cuero alrededor de la cabeza, del brazo y la mano, y una de ellas se anuda en dirección al corazón. No garantizan que uno se encuentre. Pero al menos nos dan una pista bastante clara de por dónde hay que conducirse.
Fuente: La Voz del Interior (Córdoba, Argentina)
lunes, 4 de julio de 2011
PARA APRENDER: Mediación y Diálogo - Jordi Palou Loverdos
Jordi Palou-Loverdos explicó los inicios del trabajo de mediación y diálogo en la zona de los Grandes Lagos africanos, tarea que calificó como “con mucha resonancia con la Carta de la Paz dirigida a la ONU”. Allí expresó que uno de los aspectos a tener en cuenta en el trabajo de mediación es el concepto de verdad (aletheia), es decir, generar sinergias para descubrir aquello que está oculto, sea de manera intencional o no. En este punto se encuentran muchas víctimas congolesas, ruandesas e incluso algunas españolas. Pero también –dijo-“hay muchas y diferentes víctimas que no son reconocidas como tal en el relato oficial del conflicto, que se centra exclusivamente en las víctimas de una etnia (tutsi) en el genocidio, obviando las víctimas de otras etnias y de otras nacionalidades de antes, durante y después del genocidio de 1994”.
Pero luego –continuó- está la iniciativa de los propios ruandeses para facilitar un diálogo entre ellos, el que denominan “Diálogo IntraRwandés”. Un diálogo que aspira a ser a nivel nacional y altamente inclusivo, con el fin de que los involucre a todos. Y en esa etapa del proceso se encuentran actualmente, después de haber recibido esta iniciativa internacional el apoyo unánime del Parlamento español.
Comentó también que al principio se preguntaban a sí mismos si estaban capacitados para llevar adelante esta ingente tarea. “El diálogo entre etnias empezó de forma muy discreta y muy sencilla en el año 2004 a partir de la iniciativa de dos personas que nos lo propusieron, una persona de etnia hutu y una persona de etnia tutsi. La idea inicial era encontrarse ellos dos para hablar, y cuando lo lograron y estuvieron de acuerdo propusieron ampliar la iniciativa a más personas, incluso invitando a otra etnia minoritaria como los twa (pigmeos)”. Después de siete años de proceso y once ediciones del diálogo en el que han participado cientos de rwandeses y congoleños, incluyendo dos exPresidentes de Rwanda, varios exministros, exembajadores, varios militares de diferentes fuerzas contendientes, líderes políticos de diversas organizaciones políticas, líderes de la sociedad civil (hombres y mujeres, tanto adultos como jóvenes), economistas, religiosos, periodistas y demás actores, después de haber creado una radio centrada en el contenido de este proceso de diálogo y que se escucha en Rwanda (y por la diáspora ruandesa) reconocen que su mayor reto es incorporar en el proceso de diálogo a los ruandeses del interior (incluido el actual gobierno).
Jordi Palou-Loverdos destaca que “hasta hoy han hecho un impresionante trabajo de unificar visiones sobre las raíces de la tragedia en el pasado –independientemente del régimen que ha gobernado el país- y en los últimos años se han centrado en consensuar propuestas intercomunitarias y estructurales que eviten la repetición de la violencia y permitan convivir a las generaciones futuras”. En este sentido, han decidido valientemente hacer públicas sus conclusiones orientadas a otorgarse mutuamente garantías políticas, democráticas, de seguridad y de respeto de los derechos fundamentales de conformidad con los principios de un estado de Derecho
“Siempre intentamos que sean ellos los que se gestionen las situaciones, pero también estamos allí, atentos, en los avances y retrocesos, facilitando el diálogo y moderando o aclarando lo que corresponda con su complicidad. Este es SU proceso de diálogo, al que sólo tenemos el honor de acompañar”, -concluyó.
Fuente: Carta de la Paz dirigida a la ONU
Pero luego –continuó- está la iniciativa de los propios ruandeses para facilitar un diálogo entre ellos, el que denominan “Diálogo IntraRwandés”. Un diálogo que aspira a ser a nivel nacional y altamente inclusivo, con el fin de que los involucre a todos. Y en esa etapa del proceso se encuentran actualmente, después de haber recibido esta iniciativa internacional el apoyo unánime del Parlamento español.
Comentó también que al principio se preguntaban a sí mismos si estaban capacitados para llevar adelante esta ingente tarea. “El diálogo entre etnias empezó de forma muy discreta y muy sencilla en el año 2004 a partir de la iniciativa de dos personas que nos lo propusieron, una persona de etnia hutu y una persona de etnia tutsi. La idea inicial era encontrarse ellos dos para hablar, y cuando lo lograron y estuvieron de acuerdo propusieron ampliar la iniciativa a más personas, incluso invitando a otra etnia minoritaria como los twa (pigmeos)”. Después de siete años de proceso y once ediciones del diálogo en el que han participado cientos de rwandeses y congoleños, incluyendo dos exPresidentes de Rwanda, varios exministros, exembajadores, varios militares de diferentes fuerzas contendientes, líderes políticos de diversas organizaciones políticas, líderes de la sociedad civil (hombres y mujeres, tanto adultos como jóvenes), economistas, religiosos, periodistas y demás actores, después de haber creado una radio centrada en el contenido de este proceso de diálogo y que se escucha en Rwanda (y por la diáspora ruandesa) reconocen que su mayor reto es incorporar en el proceso de diálogo a los ruandeses del interior (incluido el actual gobierno).
Jordi Palou-Loverdos destaca que “hasta hoy han hecho un impresionante trabajo de unificar visiones sobre las raíces de la tragedia en el pasado –independientemente del régimen que ha gobernado el país- y en los últimos años se han centrado en consensuar propuestas intercomunitarias y estructurales que eviten la repetición de la violencia y permitan convivir a las generaciones futuras”. En este sentido, han decidido valientemente hacer públicas sus conclusiones orientadas a otorgarse mutuamente garantías políticas, democráticas, de seguridad y de respeto de los derechos fundamentales de conformidad con los principios de un estado de Derecho
“Siempre intentamos que sean ellos los que se gestionen las situaciones, pero también estamos allí, atentos, en los avances y retrocesos, facilitando el diálogo y moderando o aclarando lo que corresponda con su complicidad. Este es SU proceso de diálogo, al que sólo tenemos el honor de acompañar”, -concluyó.
Fuente: Carta de la Paz dirigida a la ONU
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