jueves, 27 de octubre de 2011

Terminando el texto de Pikaza

EL AMOR

6. Todo lo cubre, todo lo cree, todo lo espera.

Se ha dicho "todo lo soporta" y la traducción es buena, pero he querido mantener el matiz de "cubrir", vinculado al sentido originario de la palabra stegê (cubierta, tejado), de la que proviene el verbo que se emplea aquí (stegei). Igual que un tejado cubre la casa y permite que sus habitantes vivan al resguardo de viento y lluvia, así el amor resguarda y cubre a quienes se aman para siempre. El amor es esa cobertura de Dios que mantiene protegida nuestra vida, libre de la irritación y la tormenta de los tiempos, en fe y en esperanza. Por eso se añade que el mismo amor lo cree todo, todo lo espera. Fe y esperanza son, según eso, expansiones del amor, porque sólo el amor es capaz de confiar siempre (de ponerse en manos de Dios, estando en manos de los otros) y de mantenerse a la espera, sabiendo que la vida es camino de Dios. El texto ha repetido tres veces una palabra esencial (panta), que hemos traducido por todo, pero que, en sentido estricto, significa también siempre. Así podíamos haber dicho que el amor cubre siempre, cree siempre, espera siempre, vinculando el aspecto más temporal (siempre) y el más espacial (todo) del amor interpretado como realidad total, pero creadora y liberadora. Hay un todo dictatorial, como vienen destacando de un modo especial los filósofos judíos: un todo que oprime y que somete por igual a todos. Aquí, en cambio, tenemos un todo de amor que cubre y protege, permitiéndonos vivir en gratuidad.

7. Siempre permanece.

En este último caso, que es conclusión y culmen de desarrollo anterior, debemos traducir el panta (que antes era "todo") por siempre, diciendo que el amor siempre permanece, como realidad primera y final, que se identifica con Dios y que se expresa en forma de camino duradero, de plenitud, para los hombres. Al decir que permanece (hypomenei) no estamos indicando simplemente que aguanta de un modo pasivo, sino que se mantiene firme, de manera activa, siempre y en todo (dando así el doble sentido a la palabra panta). Quizá pudiéramos añadir que el mismo amor es esa paciencia creadora, dando a esa palabra el sentido que tiene el nombre de la misma raíz (hypomonê) en el libro del Apocalipsis: en medio de la gran lucha de historia permanece y triunfa la paciencia de Dios, que se revela en los creyentes, es decir, en aquellos que mantienen el amor del Cordero sacrificado. Todas las realidades del mundo cambian, todas se acaban y muere. Sólo la paciencia activa queda, como presencia y permanencia de un amor, que todo lo cubre, lo cree y lo espera, superando así el desgaste del tiempo y revelando en medio de esta vida de pruebas el rostro y gozo de Dios.

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