PERDÓN... tan lejos… de la mente y del
corazón…
Violencia...algo más de violencia…mucha más violencia…
Violencia cotidiana,
Violencia política,
Violencia económica,
Violencia laboral,
Violencia familiar,
Violencia de arriba hacia abajo,
Violencia de abajo hacia arriba,
Violencia entre semejantes…
Violencia…odio, resentimientos, venganzas, muertes….dolor, dolores…
Violencia, una espiral comenzada hace tiempo, una espiral que sigue y sigue…
Violencia que nos desgarra, nos devora, nos divide, nos separa, nos aleja…
Puños, palabras, silencios….la violencia los usa para destruir…
Manos, palabras, diálogo….junto con el Perdón, para construir….
Aquí estamos transitando la dura realidad de una Argentina y un mundo que enarbolan la bandera de la violencia como un camino a seguir.
Charlas, diarios, mensajes y realidades del caminar diario por un territorio signado para vivir de sus muertos, de su pasado, de abrir heridas en forma permanente… ¿Qué está sucediendo en nuestros corazones y nuestras mentes?
Hombres de toda la sociedad, de todos los rangos, de todos los estratos, de todos los puntos cardinales se empecinan en tironear, como lo hicieron los españoles con el indígena Túpac Amaru, a esta bendita patria Argentina para desmembrarla, acabarla, descoyuntarla, asesinarla, matarla.
Deténgan-se, detengá-monos...
Es un tiempo de reflexión y de construcción…
Por eso comparto algunas ideas de perdón y reconciliación del teólogo alemán Bernad Häring:
Violencia...algo más de violencia…mucha más violencia…
Violencia cotidiana,
Violencia política,
Violencia económica,
Violencia laboral,
Violencia familiar,
Violencia de arriba hacia abajo,
Violencia de abajo hacia arriba,
Violencia entre semejantes…
Violencia…odio, resentimientos, venganzas, muertes….dolor, dolores…
Violencia, una espiral comenzada hace tiempo, una espiral que sigue y sigue…
Violencia que nos desgarra, nos devora, nos divide, nos separa, nos aleja…
Puños, palabras, silencios….la violencia los usa para destruir…
Manos, palabras, diálogo….junto con el Perdón, para construir….
Aquí estamos transitando la dura realidad de una Argentina y un mundo que enarbolan la bandera de la violencia como un camino a seguir.
Charlas, diarios, mensajes y realidades del caminar diario por un territorio signado para vivir de sus muertos, de su pasado, de abrir heridas en forma permanente… ¿Qué está sucediendo en nuestros corazones y nuestras mentes?
Hombres de toda la sociedad, de todos los rangos, de todos los estratos, de todos los puntos cardinales se empecinan en tironear, como lo hicieron los españoles con el indígena Túpac Amaru, a esta bendita patria Argentina para desmembrarla, acabarla, descoyuntarla, asesinarla, matarla.
Deténgan-se, detengá-monos...
Es un tiempo de reflexión y de construcción…
Por eso comparto algunas ideas de perdón y reconciliación del teólogo alemán Bernad Häring:
“En cuanto al perdón, retengo como muy importante el perdón a sí mismo: el que no es capaz de perdonarse no es capaz de llevar adelante el perdón de los demás. El que no es capaz de reconocer los propios errores y de perdonarse –no de justificarse, sino de perdonarse- el que no es capaz de reconciliarse cada vez consigo mismo, no es capaz de perdonar los errores de los demás ni de reconciliarse con ellos”.
“El pedido de perdón es un signo de reconciliación y la reconciliación es un signo de perdón, pero aquélla exige que se llegue a nuevas relaciones interpersonales”.
Algunos ejemplos: “Es más bien una obligación de las naciones ricas renunciar a las deudas del tercer mundo. No se trata sólo de un problema moral de cada uno de los fieles, de la salvación de las almas, sino del bien del mundo. En la oración del Padrenuestro decimos siempre: Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Hay que asegurarse de que lo obtenido por la venta de los productos del tercer mundo vaya efectivamente a la población de aquellos países, según u precio justo”.
“Pedir perdón, para la iglesia, implica voluntad de convertirse. El perdón debe contemplar también las relaciones de autoridad en su interior. Hay que educar en la sinceridad y en la virtud de la crítica también dentro de
Perdón humano…perdón divino…nos dice el teólogo: “Hay que superar una concepción demasiado legalista del perdón divino. En realidad, la presencia de la trascendencia es ya presencia de un perdón. Cuando una persona encuentra la justa dimensión de sí misma y de los otros, ya está presente la dimensión transcendente y vive una experiencia de perdón. Por otra parte, sí la dimensión trascendente no se hace carne en la vida concreta, permanece vacía. El perdón divino se expresa como experiencia de un amor transcendente, que se abre a todas las dimensiones del amor humano. Un parangón significativo de esta apertura de a la trascendencia se puede tomar de la experiencia del amor entre padres e hijos, que se manifiesta como un apertura a todas la dimensiones del perdón”
Perdón...algo más de perdón…mucho más perdón…
Perdón en lo cotidiano,
Perdón en la política,
Perdón en lo económico,
Perdón en las relaciones laborales,
Perdón entre los miembros de la familia,
Perdón de arriba hacia abajo,
Perdón de abajo hacia arriba,
Perdón entre semejantes…
Perdón…amor, compasión, unión, vida,…esperanza…sanación…
Perdón, una espiral que puede comenzar hoy, una espiral que puede seguir y seguir creciendo…
Perdón que nos une, nos fraterniza, nos abraza, nos acerca…
Manos tendidas, palabras sinceras, silencios de reconciliación…el perdón los usa para construir…
PERDÓN...tan cerca…de la mente y del
corazón…
Pietro Bruno
Publicado en 70veces7.info
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